Ardua y agotadora ha sido la jornada para la candidata de “Fuerza y Corazón por México”, tal vez más extenuante que cuando recorría bajo el inclemente sol los largos y áridos caminos de su pueblo natal para ir a la escuela.

Fue sorpresa para Xóchitl el dedazo a su favor. Beatriz Paredes quedó fuera a pesar de haber demostrado más tablas y preparación. Pero los líderes de los partidos se decidieron por Gálvez, la dicharachera, la mal hablada… Así como el pueblo.

La inflaron lanzándola con todo, para hacerla volar por los cielos con su holgado huipil inflado por el viento, y con esa amplia sonrisa que la caracteriza. Sus siniestros querubines Alito, Marko y Zambrano iban a su lado sonrientes, batiendo dispares las alas para darle empuje y así sostenerla en el vuelo inaugural, en ese despegue de la candidata que representa no solo a un partido como en antaño, ¡sino a tres! Ya con los líderes en pleno vuelo, surcando el cielo, el jefe X la vio fijamente -aunque con la mirada extraviada-, muy satisfecho de haber elegido a la candidata idónea, la “indígena por elección”; la que se metería y se codearía con la plebe para convencer a la bola de jodidos también “por elección” que se habían equivocado por haber votado por el “dictador”, porque México está peor que nunca. “Que no te engañen, me dijeron que soy la señora X y yo ah, jaja, ahaha, digo que soy la señora Xingona”.”Quiero un México Xingon”.

No faltaron los expresidentes que alabaron a la candidata daltónica tripartita “sin partido”. A la ex senadora del PAN, a la “candidata ciudadana”… Turbulencias fuertes la fueron bajando de las alturas, sus aliados y la propaganda la sostenían…

Personajes de indiscutible honorabilidad la elogiaron…

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Comenzaron los eventos, los mítines, y con ello la realidad. Los pasos indecisos, los bloqueos mentales surgieron, ni telepronteres, ni tarjetas, ni apuntador, Xóchitl siempre perdida.

Música para sus oídos, fueron las palabras del lúcido Vicente Fox, que entre luces suaves, se postró ante ella tomándole la mano para describirla con su evidente ceceo: “Xóchitl, eres como el ‘ángel caído’ del cielo que tanto esperábamos”. Fox, en los inicios de la fallida campaña de la señora X, agradecía a la vida que ella fuese la candidata que pondría a trabajar a los “huevones”, “¡fuera los programas sociales” (siendo él un joven octogenario), confiado estaba en que ella al ganar, le regresaría la pensión vitalicia como expresidente y los privilegios millonarios que perdió por la llegada de este traidor a la patria, el presidente Andrés Manuel López Obrador cuya aprobación -a pesar de muchos-, sigue alta a tan solo unos meses a que finalice su sexenio.

Felipe Calderón, el auto exiliado no ha dejado de adular a su candidata X, pero desde España porque no se atreve a pisar suelo mexicano, su patria, esa que dice amar… El expresidente que dejó a México sumido en la violencia. ¿Será que le permitan estar en ese país otro sexenio? Desde allá lanza dardos, instrucciones a los integrantes del PAN donde está su querida esposa la diputada Margarita Zavala y su sobrina Mariana Gómez del Campo que anda tras una diputación plurinominal. ¿Qué propuestas ha hecho Mariana? Bueno, eso sí, hay que reconocer que Mariana Gómez es presidenta de la “Organización Demócrata Cristiana de América”, organización regional (desconocida por muchos) de los partidos demócratas cristianos o de influencia ideológica en el humanismo cristiano. ¿Humanismo cristiano? Y odia y desprecia al presidente y a todos los que estamos a favor de la Cuarta Transformación. Su compañera Kenia López y Lilly Téllez conocidas por sus discursos neuróticos, llenos de odio y clasismo también andan tras las pluirs.

Guadalupe Loaeza también alzó la voz o mejor dicho utilizó su fina pluma la escritora, la “señora bien”: “Bendita Xóchitl, aparecida como la Virgen de Guadalupe, ¡cuando más te necesitábamos!”.

Xóchitl fue un fenómeno divino… Emuló un cirio de enorme circunferencia que sacaría de la oscuridad al país, solo las ráfagas de sus contradicciones e impertinencias hicieron que esa llama se fuera apagando y con ella la ilusoria esperanza de la oposición, que la señora del huipil pudiera ganarle a Claudia Sheinbaum… Aunque fuera candidata indígena, (no importaba que fuese por elección), el pueblo se lo creería, además muchas mujeres querrían seguir su camino: desde mero abajo, sin tener nada había llegado a ser empresaria vendiendo cientos de gelatinas diarias, y por haber tenido los, los… (…) como toronjas para poder irse a la capital del país para salir adelante. ¡Sola!

Del hiupil al traje sastre… De la natural desfachatez a la forzada compostura…

La tinta de la escritora fue perdiendo color, sus trazos entusiastas de la “milagrosa aparición” se transmutaron en signos desiguales, apenas legibles por la “triste decepción”; el fenómeno fue perdiendo el halo… El prodigio se fue apagando, “¿qué pasó contigo Xóchitl? ¿Y tu luz? Tus atuendos ya no son tan bonitos y atractivos como antes. Tu carisma, ya no tiene frescura. ¿Por qué ya no me inspiras como candidata vencedora?” Tu campaña es totalmente gris escribía la elegante escritora, lágrimas de tristeza habrán hinchado el fino papel y corrido la tinta…

La señora X se comió toditos los halagos… La empujaron a la “Fuerza”, excesiva, eso sí, y sin “Corazón”, entonces la realidad se esparció y evidenció a todos, lo único que querían o quieren es recuperar el poder para saquear al país, repartirlo… ¿Así como Marko Cortés quería repartir Coahuila? ¿O como Taboada pretende repartirse la capital del país?

Faltan pocos días, el tiempo avanza, ¿y Xóchitl? No. Ella no. Se quedó estancada, sin propuestas. Sus líderes continuarán con lo suyo, Marko y Alito van tras las pluris, mejor dicho tras el fuero, Zambrano tal vez se echará un alipús para apaciguar la derrota; el jefe Claudio X se quedará pensando con la mirada más perdida que nunca, en qué carajos se habrá equivocado al decidirse por Xóchitl.

Xóchitl Gálvez dejó huella, no cabe duda… Los chicles adheridos en las sillas y sillones de los eventos a los que asistió pensando y sabiéndose ya desde el inicio derrotada: “¡hacer campaña es una chinga espantosa!”.