Dos de los tres hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador ya habían sido exhibidos sacando ventaja de la posición de su padre. Pero a la historia de “La Casa Gris”, los conflictos de interés, las súbitas riquezas y los contratos multimillonarios entregados por asignación directa a sus amigos y prestanombres sin tener que concursar para ganarlos -como lo marca la ley- incurriendo en tráfico de influencias, y evidenciando al mismo tiempo la corrupción campante en el gobierno obradorista, nos faltaba por conocer lo que estaba haciendo otro de ellos, Gonzalo López Beltrán.

De acuerdo con una investigación de Latinus presentada el pasado martes 9 de enero en el programa de Carlos Loret de Mola, Gonzalo, el tercer hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, es el articulador de una red de negocios y de tráfico de influencias que controla miles de millones de pesos en la construcción del Tren Maya.

Así lo reveló Amílcar Olán, íntimo amigo de los hermanos López Beltrán, y contratista que recibió millones de pesos del gobierno morenista de Quintana Roo por la venta de medicamentos, como lo publicó el mismo portal el pasado 6 de diciembre.

A través de una serie de audios, Amílcar detalla cómo Gonzalo, quien se hace llamar “Bobby”, da órdenes, supervisa los tramos del Tren Maya y es quien opera el millonario negocio del balasto, que es la piedra triturada que va debajo de las vías del tren.

En los audios, se establece la relación de amistad, confianza y cercanía que hay entre Amílcar y el tercer hijo del presidente López Obrador. Son decenas las menciones que Amílcar hace de Gonzalo, a quien no sólo llama por su apodo, también lo trata cariñosamente como “Gonzalito”.

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El citado medio también documenta el alcance y la magnitud de los negocios y relaciones que se establecen en los audios, a través de la investigación en registros públicos, plataformas de transparencia y correos electrónicos hackeados al ejército por el colectivo Guacamaya.

“Es un negocio redondo que se hace a través de la Secretaría de la Defensa Nacional y de los grandes consorcios encargados de construir los tramos del Tren Maya, a quienes Amílcar vende el balasto que necesitan”, se afirma en la publicación.

A través de su columna de opinión, el periodista Mario Maldonado, entregó mayor información al respecto en una de sus colaboraciones para El Universal, a través de la cual detalla:

“El balasto que el flamante empresario Jorge Amílcar Olán Aparicio vendió a la Secretaría de la Defensa Nacional para la construcción del Tren Maya tuvo un sobreprecio de casi el 70% respecto al promedio de lo que la dependencia había adquirido el mismo material a otras proveedoras”.

“Según los contratos con otras empresas a los que tuvo acceso esta columna, los montos a los que se adquirió la piedra a las compañías vinculadas con el amigo de Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán, son 55% más altos que los que el gobierno de México tuvo que pagar por el balasto proveniente desde Cuba”.

“En nueve contratos firmados con las razones sociales Energía Solar y Proyectos de Ingeniería S.A. de C.V., Equipos y Maquinaria Industrial de México S.A. de C.V. y Gami Ingeniería e Instalaciones S.A. de C.V., se han invertido un total de 4 mil 238 millones de pesos por concepto de proveeduría de esta piedra para el Tren Maya, lo que ampara la compra de alrededor de 1.9 millones de metros cúbicos de material.

El precio promedio de compra de cada metro cúbico es de 2 mil 242 pesos –el más bajo 2 mil 150 pesos y el más alto 2 mil 355–; es decir, un costo más bajo de hasta mil 539 pesos que el ofertado por el Grupo Minero el Alicante S.A. de C.V., según la cotización que dio a conocer Latinus, de 3 mil 781 pesos por metro cúbico. Los montos en ambos casos consideran el flete del material hacia la zona de Cancún, Quintana Roo, que es donde se encuentra el verdadero negocio, tal cual lo reconoce Amílcar Olán en los audios revelados por Latinus.

El balasto que requiere una obra como la del Tren Maya es un material escaso en el mercado. En México sólo puede extraerse de la región de Los Tuxtlas en Veracruz. Pocas empresas tienen permitido extraerlo y, al parecer, una de ellas, o quizá la única, está vinculada a la familia de AMLO”.

Mario Maldonado

Por cierto, en los audios dados a conocer, Amílcar presume haber logrado utilidades por 250 millones de pesos en solo seis meses.

Cabe recordar que en otra investigación también de Latinus presentada en mayo pasado, se reveló que contratos millonarios para un parque ecológico en los terrenos del antiguo aeropuerto de Texcoco habían sido otorgados, presuntamente, a amigos de los hijos del presidente López Obrador, por la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

Los nuevos ricos de la 4T”, así calificó Loret de Mola a los amigos de los López Beltrán, que -dijo- comparten intereses y viajes, además de hacer negocios en el gobierno federal. Estos empresarios forman parte de una red de compañías que simulan competencia y cuyos despachos de arquitectura y diseño tienen en común socios, dueños, administradores y la misma ubicación.

En tanto, en la investigación de Latinus, se calcula que los amigos del hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, identificados como Alejandro, Santiago y Diego, han ganado más de 100 millones de pesos del erario con la red de tráfico de influencias.

Pero el primer atrapado en un caso de corrupción y conflicto de interés en la familia del presidente de México, fue José Ramón López Beltrán.

En una colaboración de Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, se revelaron los lujos con los que vivía José Ramón en el extranjero.

“Casonas en Houston con alberca y una sala de cine, e incluso una camioneta Mercedes Benz, son algunos de los bienes que documenta el reportaje y que contrastan con el llamado a la austeridad de su padre, sin embargo, el nombre de Carolyn Adams, esposa de López Beltrán, juega un papel importante en la investigación, puesto que, de acuerdo al reportaje, tanto uno de los inmuebles como el vehículo se encuentran a su nombre.

El trabajo reveló que una de las casas donde habitó López Beltrán y su esposa, se encuentra en una zona privada del fraccionamiento Jacobs Reserve en Texas, a las afueras de Houston, donde las residencias tienen un valor superior al millón de dólares, y lo más delicado, que “La Casa Gris”, constituía un beneficio otorgado al hijo del presidente tras una negociación del gobierno federal con una filial de la empresa Baker Hughes, siendo uno de los dueños el propietario de la casa que habitaba José Ramón.

Así las cosas, cabe destacar que ninguna de las afirmaciones denunciadas por Loret de Mola y Mexicanos Contra la Corrupción han sido desmentidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ante cada investigación y prueba se limita a preguntar “¿Cuánto gana Loret?”.

Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad

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