Sonora Power

¿Repentina inseguridad?, brotes de violencia en Chihuahua y en Baja California. Situaciones fuertes en Guanajuato, Michoacán y Jalisco. Muchos efectismo, mucho despliegue mediático, amarillismo y sensacionalismo en los medios.

¿Cuál es el fin?, la pregunta la lanzo al aire, porque todo pareciera ser para presentar la idea de que el país vive en la inestabilidad y en el caos.

¿Pero la realidad es así? Por supuesto cada cual hablará por su entorno, por su realidad, y vamos creo que afirmar que México entero arden en la violencia y la inseguridad, es realmente mentir y exagerar.

No fue el caso de Sonora en esta ocasión, más sí el de los estados vecinos de Chihuahua y Baja California, y por supuesto que aún en esos casos, los ciudadanos de ambas entidades no pueden hablar de violencia generalizada, si acaso de focos de violencia localizados.

En el pasado reciente tanto Tijuana como Ciudad Juárez fueron escenario de violentas guerras del narcotráfico por el control de las plazas, agregue usted la declaración manifiesta de guerra del gobierno federal, en ese momento de Felipe Calderón contra el crimen organizado.

En ese momento fue que el país estuvo en llamas, se desató el infierno, y hubo matanzas aquí y allá y el gobierno en ese momento panista, sostuvo que se caminaba por el camino correcto.

El resultado fueron miles de muertes y una violencia descontrolada.

Este fin de semana apareció el presidente del PAN, Marko Cortés en un video divulgado a través de redes sociales, en el que reclama profusamente lo que considera una estrategia fallida, pues sostiene que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no aprende a los delincuentes y que no protege a los ciudadanos.

Más lejos va aún y reclama la desaparición de la policía federal y la militarización del país.

Es natural que la oposición sea critica del gobierno, sin embargo una cosa es cuestionar las estrategias y otra muy distinta es recurrir al cinismo.

Al respecto el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández solo respondió lacónico que seguramente Marko extraña la oscuridad que se logró en materia de seguridad durante el mandato de Felipe Calderón.

La realidad es que la oposición ha decidido interponerse a la posibilidad de lograr avances y acuerdos políticos en esta segunda fase del gobierno de López Obrador y evidentemente se negará ya no digamos a discutir, se opondrá de principio a fin a la propuesta de reforma constitucional que supone que la Guardia Nacional pase al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional y que el Ejército y la Marina tomen atribuciones en materia del seguridad.

Sin embargo su plan es criticar y criticar la estrategia de ir al origen, a las causas del fenómeno de violencia y criminalidad.

Una pregunta válida para ellos es precisamente esa ¿Qué es lo que proponen?, ¿Cuál según ellos es la estrategia correcta?, ¿Acaso se debe recurrir al uso extremo de la fuerza y sacar a los delincuentes de sus madrigueras hasta lograr expulsarlos del país?

Creo que el país, la economía, los ciudadanos, no podríamos resistir una nueva guerra descarnada contra el crimen, el papel del gobierno es en efecto proteger al ciudadano y esto incluye no exponerlo una nueva guerra, con el fenómeno de híper violencia que esto trae.

Llama la atención como legisladores de la oposición incluso se burlan de la estrategia, señalando que el presidente propone tertulias con café y más ruedas de prensa como plan contra la delincuencia cuando no es así. La realidad es que la visión de López Obrador es no dejar espacios vacíos a la rumorología, a la infodemia y a la desinformación, que hace más daño que toda la delincuencia junta.

Hace unos días me detuvo en las calles de la Ciudad de México un sociólogo que me reconoció como periodista de las mañaneras y como emisor de noticias en el canal de Youtube #SonoraPower, su mensaje fue breve pero conciso y me pidió:

“Dile al presidente que las cosas contra la violencia avanzan en 2 frentes distintos, uno es el combate a la violencia social y cultural, motivar un cambio en la sociedad es algo que paulatinamente da frutos y me aseguró ya se comienza a sentir”.

“Sin embargo la hiperviolencia del narco y el crimen organizado, merece de una nueva visión, cerrar el círculo en torno a ellos, cerrarles el paso a sus rutas, cerrarles el acceso al dinero y no permitirles que se posesionen de mercados locales para la venta de sus mercancías dañinas”.

El académico de la UAM, no me quiso dar su nombre, solo estrechó mi mano y se retiró, sin embargo no deja de ser interesante su acercamiento y comentarios justo unas horas antes de que toda esta historia del fin de semana violento se desatara.

La realidad es que la estrategia avanza, hay resultados tangibles, el almirante Rafael Ojeda ilustraba que hay enormes decomisos de droga en altamar, el general Luis Crescencio Sandoval dio cuenta del mayor decomiso en puntos de revisión terrestre que se dio hace unos días en Sonora.

Hay detenciones, hay personas encarceladas y en proceso, los homicidios dolosos bajaron en 9 por ciento de acuerdo con la expectativa planteada por la secretaria de Seguridad Pública Rosa Icela Rodríguez, podrían bajar más con el corte a julio de este año.

El asunto es que la percepción que se ha sembrado en base a esta estrategia combinada de los medios que viven del sensacionalismo y el amarillismo y la oposición, combinado esto con hechos delincuenciales de alta exposición, hace que el ciudadano vea un escenario de violencia generalizada, aunque la realidad diste mucho de ello.

Ejemplos sobran, ni siquiera en las ciudades consideradas prioritarias es cierto que los habitantes estemos pecho a tierra, presa de balaceras y agresiones constantes.

Decir que hoy México vive la etapa de mayor inseguridad y violencia de su historia, realmente es un exceso y una vil mentira.

Correspondencia a demiandu1@me.com | En Twitter: @Demiandu