No lo merecía la ciudad más bella del mundo, pero evidentemente así lo quiso el jefe de la mafia política, don Claudio X. González, y ofendió a regios y regias.

La oposición, capitaneada por X. González envió a Monterrey, para ser la oradora principal en la marcha de ayer domingo, a una mujer que ha sido señalada, con pruebas sólidas, por sus actitudes nazis, Beatriz Pagés. Qué pena.

En el Zócalo de la Ciudad de México, un tipo que no es nazi, pero tampoco demócrata, Lorenzo Córdova, pronunció el único discurso. Dijo algunas mentiras y disparates:

  • Que la manifestación opositora no se proponía atacar a ningún gobierno ni a ninguna candidatura. ¿Ustedes le creyeron? Yo tampoco.
  • “Que quede claro: no estamos aquí reunidos, en ejercicio de nuestros derechos constitucionales, para apoyar o criticar a ninguna candidatura, a ninguna campaña, a ningún partido o coalición; es más, no estamos aquí para criticar a ningún gobierno en sí”. Vaya cinismo del señor Córdova.
  • Eso dijo, en efecto, pero toda su alocución —y todas las consignas y pancartas de la gente que lo escuchaba— eran cuestionamientos, durísimos por injustos y basados en no pocas falsedades, contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.
  • Córdova no mencionó ni a AMLO ni a Sheinbaum, pero no hacía falta: era evidente que su perorata iba dirigida contra el actual presidente y la próxima presidenta.
  • Abajo, la gente era mucho más directa en sus ataques, inclusive insultos contra Andrés y Claudia. En el país de libertades que es México, donde inclusive se abusa de la libertad de expresión —preferible el exceso que limitarla—, los medios todo lo dieron a conocer.
  • Lorenzo Córdova mencionó, escandalizado, que simpatizantes de Morena han exhibido figuras ofensivas de gente respetable —como la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña— elaboradas con madera y cartón. El orador tampoco mencionó por su nombre a la ministra Piña, pero no era necesario: nadie dudaba que se refería a ella.
  • Mientras Córdova hablaba de lo anterior en el templete, quienes lo escuchaban en la Plaza de la Constitución paseaban entre las personas que asistieron una especie de piñata de Claudia, a quien representaban como diabólica; algo del peor gusto, lógicamente diseñado y producido para incrementar el fanatismo de la derecha. La foto de semejante salvajada la vi en algunos diarios, muy destacada por cierto en los dos que más publicitaron la concentración opositora, Reforma y El Financiero.
  • “La bandera nos pertenece a todos y a todas”, afirmó el exconsejero del INE, quien es conocido por haberse sumado a la oposición desde que se suponía era el árbitro electoral —y que ahora, bien por él, opera contra el gobierno de AMLO ya sin la máscara de la imparcialidad—.
  • Olvidó don Lorenzo que, al menos en lo electoral, la bandera —sus colores, que son lo más importante porque con ellos todos y todas nos identificamos, hasta en los mundiales de futbol— desde hace décadas fue robada por uno de los partidos políticos a los que él apoyó en el Zócalo, el PRI.
  • El movimiento del presidente AMLO ha buscado en las cámaras legislativas que el PRI deje de usar los colores nacionales, pero no lo ha conseguido. Ojalá, si el plan C se concreta —esto es, si el partido de izquierda logra la mayoría que requiere para reformar las leyes— se le expropie la bandera al segundo de los institutos políticos que Córdova promueve. Valdría la pena una catafixia de reformas constitucionales: plantear una para quitarle al PRI los colores de la patria y desechar la de elegir por voto directo a jueces, juezas, magistrados, magistradas, ministros y ministras.
  • Hace años, lo recuerdo muy bien, el PAN luchaba por quitarle al PRI el monopolio de la bandera. No lo logró. Hoy los y las panistas no se atreven ni siquiera a mencionar semejante atropello para no romper la coalición que arropa a Xóchitl Gálvez, la candidata del orador Córdova.
  • Es su candidata, no hay la menor duda, aunque no la haya mencionado abiertamente. Y es que no, de la boca de don Lorenzo Córdova no salió el nombre de la candidata X., pero era evidente que todo su discurso buscaba apoyarla, lo mismo que a los tres partidos que la postulan, PRI, PAN y PRD.
  • Desde luego, sobraban simpatizantes de Xóchitl abajo de la tarima desde la que Córdova echaba su rollo, que la verdad sea dicha me pareció aburrido —estuve atento a su discurso, lo mismo que al de Claudia Sheinbaum; bastante mejor el de esta última—.
  • Sheinbaum dijo en su propio evento —el del registro oficial de su candidatura presidencial— que la del Zócalo fue la manifestación de la hipocresía. Se ganaron tal descalificación quienes la organizaron.
  • Fue una concentración de campaña política a la que asistieron mapaches electorales, oligarcas, gente de la farándula y hasta intelectuales respetables, aunque no muchos. Termino con una lista de famosos que estuvieron en el Zócalo.
  • Lorenzo Córdova, enemigo de la 4T desde que se suponía que era un árbitro imparcial.
  • Claudio X. González, el financiero de la oposición, quien según una columna de Milenio de este lunes ya no quiere ponerle dinero a la campaña de la candidata X.
  • Enrique Krauze, historiador de primer nivel desgraciadamente enojado de más con AMLO y, por lo visto, también con Sheinbaum.
  • Denise Dresser, comentócrata exhibicionista. Odiadora profesional de Andrés Manuel y Claudia.
  • Héctor Aguilar Camín, buen escritor, pero fanatizado porque su revista perdió dinero con la 4T. Por el tema de la bandera estaba muy alterado cuando redactó su columna periodística de hoy. ¿No se dio cuenta que uno de sus partidos favoritos, el PRI, se la apropió indebidamente desde hace bastante tiempo?
  • Ángeles Mastreta, escritora importante también enfurecida por las acciones de la 4T. Otra que hizo mitote por la bandera, en un artículo de Nexos. Otra que olvidó —o no quiso recordarlo— que el partido que ella ahora impulsa, el PRI, es el que se robó el lábaro patrio.
  • El comediante Gil Gamés (alias Rafael Pérez Gay). Personaje menor.
  • Carlos Alazraki, excelente publicista metido a fallido activista de la extrema derecha.
  • Enrique de la Madrid, gris político del PRI.
  • Francisco Labastida Ochoa, fracasado excandidato presidencial.
  • Mauricio Tabe, panista de la CDMX.
  • Marko Cortés, el peor dirigente que el PAN ha tenido en toda su historia.
  • Rosario Robles, experredista que se transformó en priista salinista y se corrompió —ha tenido que enfrentar graves acusaciones— en el sexenio de EPN.
  • Margarita Zavala. Acudió al Zócalo en representación de su esposo Felipe Calderón, huido a España para no estar cerca de los fiscales estadounidenses que podrían acusarlo de complicidad con el condenado por narco Genaro García Luna.
  • René Casados, farandulero.
  • Laura Zapata, algo así como actriz.
  • Lalo España, algo así como actor.
  • Brozo (alias Víctor Trujillo). No se supo si estuvo en la manifestación acompañado de su patiño, Carlos Loret de Mola.
  • Eduardo Medina Mora, exministro de la SCJN que dejó el cargo por quién sabe qué raras finanzas personales.
  • José Narro Robles, respetable universitario que nomás no ha dado una en la política electoral.