Qué maravilla que exista un diario en México en el que un columnista denuncie como hampón a su propio patrón. Es lo que hizo este sábado, en Milenio, el señor Ricardo Raphael al continuar con su campaña de linchamiento contra Claudia Sheinbaum por los anuncios espectaculares que ella no pagó ni ordenó colocar.
Dijo don Ricardo Raphael: “El negocio de la publicidad exterior en México pertenece a un grupo muy selecto de hampones que cada vez ha ganado la batalla a las autoridades responsables de regularle”.
Como todo el mundo sabe, en tal selecto grupo de hampones participa el propietario de Milenio, don Francisco González, quien ha invertido en la industria de los espectaculares desde hace décadas.
Lo que sigue es esperar que el columnista, en un próximo escrito, presente las pruebas en las que se basa para acusar de pertenecer a una banda de maleantes al señor González. Va a estar buena la historia, digna de Netflix, Amazon, Paramount, Vix o Disney.
Pero no creo que Ricardo Raphael vaya a demostrar que Pancho González sea un hampón. Porque, la verdad de las cosas, no lo es. Él siempre ha sido un empresario trabajador y honesto. Lo conozco y lo aprecio, entonces me molesta que un tipo tan menor como ese columnista abuse de la libertad que le da Milenio para calumniar al dueño del periódico.
He tomado foto al párrafo en el que Raphael dice que los empresarios como Pancho son delincuentes. Lo he hecho por si acaso ocurriera que el hijo del señor González, un muy buen hijo comprensiblemente encabronado, llamara a la redacción y ordenara borrar el artículo: “Quiten esa chingadera. Quién se cree que es ese pendejo de Ricardo Raphael para insultar a gente decente”.
En fin, lo que sí vale la pena de lo dicho por Raphael acerca de los hampones de la publicidad exterior es que aporta elementos para entender la otra cara de la campaña de linchamiento contra Claudia: los intereses de quienes controlan una industria que nunca había sido regulada con energía en México, y que con Sheinbaum en la jefatura de gobierno empieza a estar en orden.
No son pocos los anuncios exteriores que el gobierno capitalino actual ha retirado por peligrosos o dañar el paisaje, y sí, entre estos los hay de todas las compañías, incluida la del dueño de Milenio. Volveré a este tema al final de mi artículo
Claudia en la mañanera
Con respeto a la investidura del gobernador del Estado de México y al buen trabajo que ha hecho el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, la invitada realmente importante a la última mañanera del año 2022 fue la jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Cito al presidente Andrés Manuel López Obrador: “Bueno, pues vamos a iniciar esta conferencia, que es la última de este año, porque mañana es sábado, domingo primero, nos vamos a volver a encontrar el lunes 2. Y en esta ocasión contamos con la presencia de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, que nos da mucho gusto que esté aquí con nosotros; lo mismo el gobernador constitucional del Estado de México, Alfredo del Mazo; nos acompaña también Jorge Nuño, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, porque vamos a exponer lo relacionado con el avance del tren Toluca-Ciudad de México”.
¿Por qué le dio “mucho gusto” a AMLO la presencia de Claudia en su mañanera? Desde luego, porque a todos nos alegra reunirnos con la gente que queremos, pero en este caso también —y sobre todo— porque era necesario que Andrés Manuel definiera una posición relacionada con el escándalo de los anuncios espectaculares generado por simpatizantes de Marcelo Ebrard.
El hecho de que haya invitado a la jefa de gobierno a su última conferencia de prensa de 2022, debe interpretarse como un apoyo a Claudia Sheinbaum, una mujer a la que han linchado medios de comunicación con intereses en la industria publicitaria y políticos desesperados por el pobre avance de Marcelo Ebrard en las encuestas.
Las encuestas
Quizá la gente de Marcelo conoce un tracking que por ahí circula —no el de MetricsMx publicado en SDPNoticias, en el que se ha ampliado la ventaja de Sheinbaum sobre Ebrard—. En la medición a la que hago referencia, que no es pública, Adán Augusto López ha crecido más o menos en la misma proporción en que Ebrard ha caído. Sigue en tercer lugar el secretario de Gobernación, pero ya disputa la segunda posición al canciller. La jefa de gobierno, en cambio, se mantiene firme en el liderato.
En las próximas encuestas sabremos cómo van las cosas. El tracking de MetricsMx solo mide a Claudia y Marcelo, y lo cierto es que el empate técnico de hace unos meses ha desaparecido: hoy son casi 10 puntos los que separan a la líder, Sheinbaum, del segundo lugar, Ebrard.
Con la presencia de Claudia en la última mañanera, Andrés Manuel puso en el contexto correcto algunas palabras suyas que habían sido utilizadas para golpear a la jefa de gobierno: “el que aspira y juega sucio, o actúa de manera ventajosa o se quiere pasar de listo, no le ayuda, se le revierte, tiene un efecto de búmeran. Entonces, hay que tener cuidado con los excesos y hay que aprender a autolimitarse y a respetar al pueblo”.
Personas cercanas a Ebrard —hoy lo hace en Milenio el columnista Ricardo Raphael— utilizaron lo que el 29 de diciembre dijo AMLO para difundir la idea de que el presidente había condenado a Claudia por algo que no hizo, sino que hicieron disputados y diputadas de Morena: colocar anuncios espectaculares.
Con Sheinbaum en la mañanera quedó claro que el presidente de México no cuestiona a la jefa de gobierno, menos aún por algo que no hizo. Quizá, pero ya es mi interpretación, fue a Marcelo Ebrard a quien AMLO se refería cuando dijo eso de “el que aspira y juega sucio”. Porque ha sido de gente de Ebrard, como la senadora Malú Micher, el único juego sucio que ha habido en los espectaculares de la cola de caballo de Claudia.
Los y las ebrardistas se lanzaron a los medios a atacar con excesiva mala leche a la jefa de gobierno cuando el tema pudieron haberlo resuelto negociando al interior de Morena, inclusive con la presencia del propio Andrés Manuel como árbitro. El equipo de campaña del canciller no aplicó aquel sabio refrán de que la ropa sucia se lava en casa.
Lo que sea, en la mañanera de ayer quedó clarísimo que no ha disminuido —y hasta puede haber aumentado— la confianza del presidente de México en la jefa de gobierno capitalina.
¿Por qué la diputada Aleida se echó para atrás?
Por falta de carácter. Recordemos que la diputada Aleida Álvarez fue una de las legisladores que pagaron los espectaculares de la cola de caballo. También lo hicieron los diputados Miguel Torruco Garza y Mauricio Cantú y la diputada Patricia Armendáriz.
La legisladora Álvarez dijo que va a bajar los espectaculares que ella subió, aunque no reconoce haber violado ninguna ley: lo hará para “proteger el proceso de transformación”.
Torruco, Cantú y Armendáriz no han dicho nada y, la verdad de las cosas, deberían mostrar más entereza que Álvarez y sostenerse en lo que hicieron. Si piensan que no violaron la ley y que actuaron amparados en la libre expresión, que debe ser sagrada, deben ir hasta el final, litigar el asunto y aceptar cualquier castigo que la autoridad electoral les imponga.
Andar de cagones pusilánimes daña más a la cuarta transformación que aceptar las consecuencias de las acciones que libremente se emprendieron.
Como me dijo un agente de tránsito de Monterrey: el tren se lleva a los coches que cruzan la vía pero se detienen a la mitad a ver si viene la locomotora. Cuando uno decide ir hacia adelante, debe hacerlo con el acelerador a fondo. Y pagar el precio que se tenga que pagar.
En este caso, la diputada Aleida debió esperar a que le exigiera retirar los espectaculares alguna autoridad o, de plano, que se lo pidiera públicamente Andrés Manuel, o hasta la propia Claudia. Quizá se lo exigieron el presidente y la jefa de gobierno, no lo sé, pero la legisladora debió responderles que, con todo gusto, pero pídanlo en los medios o al menos en algún tuit para que, de esa manera, el ridículo sea menor.
El negocio de la publicidad exterior
Como dije al principio, el gran negocio de quienes venden publicidad en espectaculares se da en las calles de la Ciudad de México, comercialmente más valiosas que las del resto del país.
Urge que se regule esa industria por todo lo que afea. Ha sido uno de los logros medibles de la gestión de Sheinbaum en el gobierno de la capital. Leía en El Heraldo de México, hace un par de días, que se han retirado 300 espectaculares de azoteas en CDMX: “Las empresas que pusieron los espectaculares han asumido los gastos del retiro, que en promedio cuestan 150 mil pesos cada uno”.
Ha podido hacerlo la jefa de gobierno porque tuvo éxito en una batalla legal contra las empresas de anuncios espectaculares, que hasta me parece llegó a la corte suprema.
Obviamente las empresas afectadas han incrementado el escándalo por las carteleras de la cola de caballo. Sobre todo lo han hecho las que, además, controlan medios de comunicación.
Pero hay otro lado del negocio, el de la competencia. Desde que conozco a Alejandro Junco, de Reforma y El Norte —lo empecé a tratar en 1986 y escribí artículos diariamente en su periódico hasta 1994—, este editor ha sentido como competencia desleal a la publicidad exterior. Así que la ha combatido con furia. Desde luego, ha hecho un servicio a la comunidad ya que se trata de una industria sin controles que ha destruido el paisaje en nuestras ciudades.
Así las cosas, además de identificación ideológica con Marcelo Ebrard —quien evidentemente es el candidato del señor Junco—, en los diarios del Grupo Reforma se ha hecho escándalo de más con los espectaculares de Claudia por ganas de restarle efectividad a ese medio de publicidad política. El mensaje es claro: “Candidatos y candidatas, si quieren anunciarse vengan a Reforma y a El Norte, aquí como quiera nos arreglamos, porque si siguen en las azoteas y al lado de las grandes avenidas, lío habrá”.
¿Conclusión?
Según Ricardo Raphael, los espectaculares han ayudado a “remontar en las encuestas” a la jefa de gobierno. En opinión del columnista de Milenio, la publicitad exterior ha sido “clave para hacerla avanzar en las encuestas que miden popularidad, dentro y fuera de Morena”.
Se refiere Raphael a algunos anuncios de hace meses pagados por una empresa que promociona las portadas de sus revistas. Y compara a Claudia con la priista Alejandra del Moral, candidata a gobernadora del Estado de México.
Si lo anterior fuera cierto, Del Moral sería líder en las encuestas mexiquenses. Pero no lo es: la supera con una amplia ventaja la candidata de Morena, Delfina Gómez.
Así que es un mito eso de que los anuncios espectaculares ayudan a ganar elecciones y liderar encuestas. A Alejandra del Moral no le están funcionando. ¿A Claudia Sheinbaum? El escándalo se ha hecho para perjudicarla, así que si continúa de líder en las encuestas de enero será por otras razones.
Lo importante es que Claudia cumpla su promesa de fin de año: “Cerramos este 2022 con otra meta cumplida, el retiro de 300 espectaculares de azoteas. El próximo año habremos retirado los mil 200 espectaculares censados”.
Y ahí no debe parar la jefa de gobierno: debe también retirar mucha de la publicidad exterior que no está en azoteas. El abuso ha sido enorme. Y cuánto afea a la capital mexicana la abundancia de espectaculares.