Existe un rasgo destacado que en la historia de México identifica a Lázaro Cárdenas y a Ernesto Zedillo: la obligación y capacidad de sacudirse, un vez instalados en la silla presidencial, la influencia de sus predecesores, es decir, Plutarco Elías Calles y Carlos Salinas, respectivamente.

Es bien conocida la historia del Maximato: aquel periodo representado por las presidencias de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, pero dominado por la influencia política de Calles. Éste último, surgido de las filas revolucionarias, y con un carácter y personalidad avasallantes, continuó dirigiendo los destinos del país.

No fue sino hasta la llegada del general Lázaro Cárdenas que Calles finalmente fue desterrado de la vida política de México. El nuevo presidente, en tanto que uno de los últimos caudillos de la Revolución, imprimió a su gobierno un carácter muy personal, y le condujo a la implementación de reformas de gran calado con plena independencia de influencias ajenas.

Años más tarde Ernesto Zedillo, convertido en presidente de México tras el asesinato de Colosio, gracias al aparato del Estado y a pesar del éxito de la campaña de Diego Fernández, se vio obligado a deshacerse de la influencia de Carlos Salinas (el hombre que quiso ser rey, como dice le llama Enrique Krauze).

Y así lo hizo. Envío a la cárcel a Raúl por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, destruyó la reputación de Salinas y el expresidente huyó al extranjero.

Ahora, rumbo a la próximas elecciones, Claudia Sheinbaum estará ante un panorama similar. En tanto que heredera e hija política de AMLO, estaría en principio obligada a cumplir con la “tarea” de materializar las reformas constitucionales. En otras palabras, su propia independencia como jefa de Estado se vería limitada por la influencia de un líder moral que sueña con verse en los libros de historia a la altura de los grandes próceres de la nación.

¿Por qué estaría Sheinbaum obligada a dar cumplimiento a una serie de reformas constitucionales que no son otra caso que la búsqueda del desmantelamiento de la democracia liberal como la conocemos?

Claudia deberá, bajo el supuesto de que resulte electa, escoger entre seguir las líneas políticas dictadas por AMLO, dando espacio en los hechos a un nuevo maximato al estilo callista, o por el contrario, erigirse en una jefa de Estado autónoma dispuesta a tomar en sus manos los destinos de una nación que le ha conferido el máximo honor.