Es una tontería de los diarios Reforma y El Universal —y de otros medios y periodistas— sugerir y hasta asegurar que se trató de un regalo de AMLO a Biden la detención de Olvido Guzmán —alias El Ratón, también conocido como El Chapito—.

¿Por qué politizar de una manera tan chocarrera una acción del gobierno que solo puede ser considerada positiva? Porque la comentocracia sigue dolida por la pérdida de privilegios en la 4T. No hay otra explicación.

Ha sido un operativo exitoso, a pesar de las terribles horas de horror que ha vivido la gente en Sinaloa, donde el terrorismo del narco llegó al extremo de disparar contra un avión de Aeroméxico que, afortunadamente, no había despegado.

Antes de continuar debe destacarse el buen trabajo de la mencionada aerolínea que muy a tiempo detectó el daño en el fuselaje del Embraer 190 y canceló el vuelo AM165 Culiacán-Ciudad de México. Esta empresa y todas las otras que operan en los aeropuertos nacionales deberán reforzar las ya de por sí estrictas medidas de seguridad, ya que en su desesperación el crimen organizado puede insistir en retar al Estado mexicano con cualquier locura, por violenta que sea.

Con la caída de El Chapito —o El Ratón se ha derrumbado también una de las calumnias más difundidas por los y las columnistas: que el gobierno de AMLO tenía un pacto con la mafia sinaloense.

¿Se acabaron los abrazos y llegó el momento de los balazos? No, por supuesto que no. Los abrazos —esto es, el ideal de amistad y convivencia pacífica— seguirá siendo lo fundamental en la lucha contra la violencia heredada por la 4T y que tuvo su origen en el fraude electoral que llevó a Felipe Calderón a la presidencia.

Pero, ya con la Guardia Nacional operando en todo el país, coordinada en lo operativo por las fuerzas armadas de México, donde tenga que enfrentarse a los criminales sin poner en riesgo a las familias, se les enfrentará.

Es lo que ocurrió en Sinaloa. Hubo coordinación entre las fuerzas armadas y el gobierno estatal, encabezado por Rubén Rocha. Cuando el operativo estaba en marcha la madrugada de este jueves, las autoridades locales se movieron en medios y redes para pedir a la gente no salir de sus casas y se ordenó el cierre de todas las actividades: se suspendieron las clases en las escuelas, cerraron las oficinas públicas, no abrieron empresas y comercios, etcétera. Que la gente se quedara en sus domicilios ayudó a que no hubiera víctimas civiles.

Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad, destacó en conferencia de prensa la utilización de los servicios del Centro Nacional e Inteligencia antes del operativo para evitar daños colaterales. Y reafirmó la filosofía del gobierno de AMLO: “No venimos a ganar una guerra, venimos a construir la paz”.

El general Luis Cresencio Sandoval informo que al hijo de El Chapo se le investigó durante seis meses y al fin se le ubicó y se le pudo detener. Después del operativo, hubo 19 bloqueos, casi todos en Culiacán, incluidos el del aeropuerto y los de todos los acceso a la ciudad.

A El Chapito se le trasladó a la Ciudad de México, específicamente a la fiscalía especializada en delincuencia organizada. Ahora mismo el ejército y las fueras armadas siguen patrullando Sinaloa para lograr su pacificación definitiva, y es que los criminales siguen generando problemas, pero cada vez con menor fuerza.

En la conferencia de prensa de Rosa Icela y del general secretario Sandoval no se dio a conocer un reporte de heridos y muertos. Ojalá el número de víctimas sea mínimo. Y creo que así es, ya que fue un operativo ejemplarmente exitoso.

Sí, cayó el hijo del Chapo y se acabó la gran calumnia contra el presidente Andrés Manuel López Obrador.