Estimada Dra. Claudia Sheinbaum:

Por medio de la presente carta, me uno a las felicitaciones por haber sido elegida como próxima presidenta de México, todos sabemos que se va a requerir un gran esfuerzo de liderazgo para enderezar y esclarecer la problemática social y moral que ha afectado a México y al mundo entero, sobre todo por las guerras y el intervencionismo exagerado, y por la inentendible pandemia por covid que literalmente cambió el pensamiento humano, para prueba al respecto fue la utilización de ivermectina en la Ciudad de México durante su gestión como gobernadora que tantas críticas irracionales causó, porque más allá de la evidencia científica sobre su efectividad para covid que existió, su uso no representó ningún riesgo significativo para ningún ser humano que la hubiera tomado, además de que como tratamiento desparasitante hasta les benefició.

Por estas razones fundamentales va a ser un gran reto su liderazgo, y desde mi muy humilde punto de vista, me interesa recomendarles a todos los políticos de México que se unan, las propuestas de la gran mayoría de los candidatos eran muy propositivas, eso fue precisamente lo que hizo Winston Churchill desde el primer día de su nombramiento como Primer Ministro de Inglaterra por primera ocasión, hasta a sus más importantes opositores los incorporó a su gabinete de guerra, claro que en ese momento lo más importante era ganar la Segunda Guerra Mundial y acabar con el nazismo, pero la iniciativa política de Churchill fue muy fructífera para el mundo entero.

Por eso sería muy interesante que durante su gobierno, por primera vez en México después de muchos sexenios, se les de oportunidad a los opositores políticos de actuar en beneficio de nuestro país. Yo propondría por ejemplo que Salomón Chertorivsky dirija la Secretaría de Desarrollo Social, Jorge Álvarez Máynez la Secretaría de Turismo, Xóchitl la Secretaría de Cultura, y así sucesivamente que los políticos que presentaron buenas propuestas de campaña las desarrollen en puestos estratégicos en beneficio de todos los mexicanos, y seguir siendo un ejemplo a seguir para todos los países del mundo, y lograr el tan anhelado sueño de volver a ser potencia mundial, como ya lo fuimos durante cuatro ocasiones históricas previas: durante la colonia, durante el gobierno de Maximiliano el nieto de Napoleón Bonaparte, durante el Porfiriato, y durante la Segunda Guerra Mundial con la gran ideología del presidente Manuel Ávila Camacho, quien propositivamente devaluó el peso frente al dólar para que los aliados pudieran comprar todo el acero mexicano necesario para fabricar las armas, tanques, aviones, barcos y submarinos con los que fueron vencedores.

Muchas gracias, saludos cordiales.

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Atentamente,

Dr Alberto Halabe Bucay, orgullosamente egresado de la UNAM.