No podemos negar que los programas sociales implementados por este gobierno han tenido resultados positivos en materia electoral, sin embargo, en el cumplimiento de sus objetivos “oficiales” si hay mucho que debatir y sopesar a la hora de evaluar el impacto que han tenido estos recursos para mejorar las condiciones de vida de la población más vulnerable.

El gobierno ha acertado en quitar intermediarios y entregar los beneficios directamente, quitando eslabones que en algunos programas de antaño encarecían y burocratizaban la implementación de estos recursos.

Para el gobierno del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, regalar dinero a la población más pobre, ha sido una prioridad y un eje central de su estrategia para mantener una alta popularidad y una buena evaluación de gobierno; pero algunos indicadores nos muestran que estos recursos a la larga podrían ser muy costosos, incluso para sus mismos beneficiarios.

Y es que para que la actual administración pudiera hacerse de recursos para destinar a estos programas, tuvieron que hacer recortes en otras partes, apostando a que en el corto y mediano plazo, la población no sintiera el efecto adverso que esta decisión pudiera provocar.

Un ejemplo de esto se da en el sector salud, en donde de acuerdo a los datos arrojados por el INEGI, las familias mexicanas tuvieron que aumentar su gasto en salud de un año a otro en un 40%. Aunque es cierto que la pandemia ha venido a provocar estragos en el de por sí ya frágil sistema de salud pública, también es cierto que en esta administración el desabasto de medicamentos, tratamientos y servicios en general de salud ha empeorado; lo que provoca que la población que no cuenta con seguros privados, haya tenido que gastar más de lo que usualmente gastan cuando se enferman ellos o algún familiar.

La eliminación de las estancias infantiles es otro claro ejemplo, ahora los padres de familia que tienen que ir a trabajar solucionan este problema por su cuenta y lo cargan a su gasto mensual. La falta de incentivos y programas de apoyo a empresas también termina permeando fuerte en la economía, ya que a pesar de que la población vulnerable puede recibir apoyos económicos, estos no vienen acompañados de su seguridad social con la que si contarían en un empleo formal. La desaparición del Fonden que deja a la voluntad del gobierno los apoyos para compensar las pérdidas materiales sufridas por algún fenómeno meteorológico, y que muchas veces termina causando la pérdida del patrimonio de miles de familias, es otro caso grave que atenta contra la población más desprotegida.

Es así como sin darse cuenta, la mayoría de la gente que recibe estas becas o pensiones de gobierno no saben lo que realmente les están costando, no tienen idea de que realmente el gobierno les esta dando una especie de financiamiento que de una forma u otra terminaran pagando cuando tengan que sacar de su propia bolsa el recurso para hacer frente a alguna contingencia médica, meteorológica o de otro tipo de servicios o beneficios que antes recibían y que ahora no.

Pero el gobierno tal como un casino, juega con sus números y con las probabilidades, y sabe que si bien muchos mexicanos terminarán viéndose más afectados que beneficiados durante el término de su gobierno, sabe también que en sí, la gran mayoría seguramente no lo llegará a notar, por lo menos de aquí a la próxima elección presidencial. Por eso le conviene que la gente siga viendo estos programas como un regalo, y que no se cuestionen sobre el gran costo real que tendrá para su economía y bienestar estas becas y pensiones en el largo plazo.