En un acto descrito en el manual de ‘Cómo hacer campañas en México’ que cada sexenio se repite en el mismo formato y casi siempre con las mismas peticiones existen los Foros abiertos a la ciudadanía. En estos espacios, las y los candidatos o partidos políticos, abren las puertas para salir de sus aposentos y logran después de un gran esfuerzo escuchar a la sociedad civil organizada -¿organizada?- hablar de ciertos temas de índole nacional o local y sobretodo escuchar cómo a partir de las problemáticas se encontrarán las soluciones.

Pareciera ser que para saber cómo resolver los problemas de la venidera administración primero se le debe preguntar al pueblo ¿Qué necesita? - Cómo si no debieran saberlo ya.- Esto de los foros, así como las consultas que se pusieron de moda en la actual administración, sirve además de para muy poco, casi para nada.

Formatos así de rebasados, así de poco productivos y así de caducos solo provocan que a la gente de a pie poco le siga interesando involucrarse en la vida política de la nación y que se siga viendo a la administración pública todo como una pantomima o una clase de montaje porque al final, casi siempre, las conclusiones y objetivos marcados de manera toral no llegan a buen puerto. Me viene a la mente de inmediato una reciente consulta para saber si debían o no ser juzgados y encarcelados algunos ex presidentes que hoy siguen bien campantes. En fin.

Teniendo ya encima el proceso presidencial para definir a quién tomará las riendas del país en el 2024 y con los procesos del Frente Va X México y del partido oficial, Morena, es cuando más vemos que a las campañas lo que más les falta es una propuesta innovadora y con una genuina escucha que permita a las o los candidatos, corcholatas o como se les quiera llamar, estar en contacto con toda la ciudadanía y no solo con los afines a sus proyectos.

Cada vez es más evidente que la partidocracia está condenada a desaparecer, que los proyectos se construyen con base en ideas muy distintas a las que la clase política tiene en mente y también es evidente que en los últimos años los proyectos existentes se han fortalecido por la polarización más que por la construcción de una sociedad cohesionada pero principalmente escuchada.

Poco se ha avanzado en verdaderos procesos horizontales que pongan al ciudadano a la par del político, poco se ha avanzado y desafortunadamente se ha retrocedido en esquemas de transparencia y rendición de cuentas.

Sin embargo si los esquemas anquilosados que se ocupan para las campañas o para los procesos de selección de abanderados son así, poco podremos esperar de un ejercicio de administración pública innovadora y creativa que garantice una buena ejecución del gobierno.

PD: Una lección de humildad, continuidad y buenos modales dieron en estas fechas Zoé Robledo y Santiago Creel. Uno, el primero, por elegir seguir dando resultados antes que las aspiraciones personales; el segundo, por saber que hay batallas perdidas y preferir dar de qué hablar antes de dar pena ajena.

José Martínez Galaviz: @ElPepeGalaviz