La escuela normal rural de Ayotzinapa ha quedado al desnudo en recientes fechas, con actos que simplemente sorprenderán a muchos que a la distancia sigan creyéndose eso de que “son estudiantes, mártires de la lucha social y de la educación”; nada hay más falso que todo eso. Siempre he sostenido, porque soy guerrerense y he ido tratando de armar las piezas de un rompecabezas, que lo acontecido en la desaparición y muerte de casi medio centenar de ellos en Iguala en el año 2014 tuvo por motivación una venganza política, cuyo objetivo (‘tumbar’ al entonces gobernador Ángel Aguirre) se cumplió, pero era ese fin perseguido desde diciembre de 2011, cuándo policías federales asesinaron a dos alumnos de la escuela de marras, hecho en el cual también falleció un ingeniero colaborador de una gasolinera, al cerrar unas válvulas de la misma, que había sido puesta en llamas por los jóvenes de dicha escuela y así evitar una desgracia de enormes proporciones; el priista Manuel Añorve Baños y su tutor Manlio Fabio Beltrones perseguían, ezquizofrenicame, un doble desquite: el primero hacia su primo Aguirre, por haberle arrebatado la gubernatura al cambiarse al PRD y Beltrones a Peña Nieto, que según su criterio, hizo lo propio con la candidatura tricolor a la presidencia, la cuál suponía que le correspondía a él por derecho propio. El objetivo pues, no se cumpliría ese 2011 más que parcialmente (cayó el procurador Alberto López Rosas), quien sufrió un embate con toda la fuerza del Estado, pretendiéndolo culpar por la desgracia, lo cual con una paciencia y valentía admirables, demostró, jurídica y mediáticamente, era una total falsedad, viéndose obligado el propio Ángel Aguirre a reincorporarlo a su gabinete.

En 2014 el embate llegó por el mismo flanco, pero esta vez no podrían fallar en sus afanes, y por poco y que consiguen sus fines de manera completa, cayó el gobernador y sino sucedió lo propio con el presidente Peña Nieto, si su gobierno quedó herido y marcado de ahí en adelante. La escuela de Ayotzinapa es, en los hechos, un grupo de choque, que mediante líderes y elementos infiltrados, se vende al mejor postor con fines ‘non sanctos’; se sabe hoy que los líderes que condujeron a los más jóvenes y humildes (carne de cañón) a la trampa mortal de Iguala eran infiltrados, del EdoMex un par y que por cierto murieron asesinados (¿para borrar huellas?), se conoce también con toda certeza que había elementos del ejército mexicano también infiltrados haciéndola de estudiantes, no se sabe si con el papel de espías del gobierno ó también a las órdenes de los presuntos autores intelectuales de esa infamia.

Pero veamos: ¿que hacían estudiantes a cientos de kilómetros de su centro de estudios, robando autobuses, y vandalizando?, y quien no haya asimilado todo eso, que vea los hechos de estudiantes otra vez de Ayotzinapa derribando una puerta histórica de Palacio Nacional con una camioneta (robada, cómo es su fiel costumbre) de la CFE, con total impunidad por cierto, contra un gobierno que ha hecho todo lo posible para esclarecer la felonía aquella que no ocurrió en su administración, y que por supuesto que esa espinosa investigación tiene sus limites y/o líneas rojas, pero que tiene preso, ni más ni menos y por primera vez en la historia de México a un ex procurador (Fiscal) de la república (Jesús Murillo Karam) lo mismo que a otros funcionarios de nivel menor.

Y para los ingenuos que tienen en mente eso de que “el gobierno asesina angelitos estudiantes que están en sus aulas tratando de superarse”, acaba de suceder cerca de Chilpancingo otro incidente mortal qué ha desencadenado otros más: un grupo de estudiantes de la misma escuela normal rural, fueron sorprendidos con una camioneta con reporte de robo, drogas y alcoholizados, y dónde la versión más creíble es que se resistieron a la acción de la autoridad, resultando un joven herido y otro más muerto en la reyerta. ¿Por qué esos estudiantes parecen tener una suerte de fuero para delinquir a sus anchas?; ¿por qué no se investiga al abogado, supuesto defensor de los padres de los jóvenes víctimas del caso Iguala en el 2014, cuándo a todas luces a convertido el caso en un jugoso negocio personal?, esa pregunta y otra más, cómo el terrorismo qué vivió ayer la ciudad de Chilpancingo tienen una respuesta toral: ausencia de Estado de derecho en México, y ya ni mencionar el caso especifico del estado de Guerrero, que es la oveja negra de la patria, una sin rumbo ni liderazgo con capacidad y/o ética algunos.

En fin, que falta ver que gobierno tiene la autoridad mínima para liquidar esa escuela, semillero marxista anacrónico y siempre fuente potencial de escándalos y horrores; lo que hay alrededor de esa escuela normal rural, puede ser todo, excepto ‘pueblo bueno’.