Para los dueños de las aerolíneas, el máximo sueño de su vida es tener empleados polivalentes, que puedan desempeñar varios trabajos y todo por el mismo sueldo; y si pudieran trabajar sin cobrar, ¡mucho mejor! En la actualidad nuestras relaciones obrero-patronales están estancadas, y en nuestro país podemos decir que tenemos más de 100 años con las mismas condiciones.

Es fácil pensar que “esto solo pasa en México”, y que en Europa es diferente, y que allá los empresarios no buscan exprimir -hasta límites insospechados- al trabajador. Mi propia experiencia y lo que vengo observando en otras líneas aéreas del orbe desde hace un cuarto de siglo, hacen que me cueste trabajo creer lo que hoy sucede en Alemania.

Los pongo en contexto, y paso a explicar el tema de los “trabajadores polivalentes”. En la aviación, los puestos de trabajo -hasta hace no mucho tiempo- estaban perfectamente delimitados, sobre todo con el personal de tierra, pues estaba el personal de mostrador, que solamente se dedicaba a documentar a los pasajeros, los de tráfico que documentaban el vuelo, los despachadores, entre otros.

Pero en fechas relativamente recientes, alguien tuvo la magnífica idea que el personal de tráfico podía al mismo tiempo documentar pasajeros y maletas, después irse corriendo a documentar el vuelo, y luego a recibir otro, y así estar corriendo entre los mostradores y las puertas de embarque durante toda su jornada, y de ser posible, trabajar dobles turnos.

En la anterior Mexicana de Aviación, con la llegada de Gastón Azcárraga a nuestras vidas, eso se volvió una realidad. Empezaron a ser trabajadores “polivalentes” pero con el mismo sueldo, y con ello la aerolínea terminaba ahorrándose el salario de varios trabajadores.

Luthansa ha sufrido 13 huelgas de pilotos en 18 meses, hasta que un tribunal las interrumpió en septiembre.
 

Las aerolíneas de bajo costo, además de tener este tipo de trabajadores polivalentes en tierra, ahora también echan mano de las tripulaciones de cabina de pasajeros; esto es, ponen a los sobrecargos a documentar vuelos, aunque estos no tengan idea alguna, no por falta de talento, sino porque su capacitación y entrenamiento no es en ese rubro y va en contra de lo que disponen las leyes federales de la materia.

Déjenme decirles que “documentar un vuelo” no es nada sencillo, se debe tener conocimiento del manejo de ciertos programas como el “sistema Amadeus”, entre otros vericuetos propios de las funciones de personal de tráfico.

Yo creía que ya lo había visto todo, hasta que me topo con esta noticia protagonizada por Lufthansa. Resulta que el sindicato de los pilotos alemanes ha estado solicitando mejoras salariales, pero la respuesta que dio la aerolínea teutona me dejó “helada”.

Los directivos de la línea aérea les piden a los pilotos ser “más que simples aviadores”, esto es, que no se crean que solamente están contratados para pilotear las aeronaves, sino que también sería bueno que se pusieran a recibir pasaje.

Lo puedo decir como sobrecargo de la anterior Mexicana (porque hasta el día de hoy lo sigo siendo), me queda claro que los directivos de la aerolínea nunca han realizado un abordaje.

Dicho sea, con todo respeto, pero en ese preciso momento los pilotos “estorban”. Pedirles que hagan el trabajo de un tripulante de cabina no me parece correcto. Ellos no estudiaron para eso, y afectan terriblemente su concentración, que es vital para su desempeño durante el vuelo. De seguir en el mismo rumbo de estas decisiones, al rato también les van a pedir que se pongan a armar los toboganes, y así nos ahorramos a los sobrecargos.

Todo esto se deriva del anuncio que hace Lufthansa acerca de que en los próximos dos años van a contratar a 2 mil pilotos. Según los directivos de la aerolínea buscan que este nuevo personal cuente con “fuertes habilidades sociales”, léase: se pongan a recibir pasaje. Eso por el momento, pero ya lo dice un refrán: “encarrerado el ratón…” Al rato se les va a ocurrir que se pongan a documentar el vuelo.

Para la aerolínea alemana, los pilotos tienen que empezar a cambiar y deben de contar con otras habilidades además del pilotaje; deben ser, según las propias palabras de los directivos: “gerentes de sus tripulaciones y anfitriones de vuelo”.

Lo creería si fueran personas que no conocen el trabajo que realizan los pilotos desde que suben a la aeronave, pero en este caso son los directivos de una de las aerolíneas más importantes del mundo los que están minimizando la labor de sus pilotos, creyendo que pueden aportar más si se ponen a trabajar como tripulantes de cabina; simplemente es inaudito.

Y al final, los de Lufthansa terminan endulzando su mensaje “También busca en particular a mujeres jóvenes que deseen seguir la carrera de piloto. Pero cualquiera que quiera ocupar los asientos del avión con las mejores vistas tendrá que demostrar un gran espíritu de equipo y fuertes talentos interpersonales. Un instrumento clave en la cabina: las habilidades sociales

¡Claro!, siendo aviadores “polivalentes”. De verdad, no me imagino al copiloto sirviendo los tragos de la bebida de bienvenida, o entregando las toallas calientes antes del despegue en primera clase, o guardando los sacos, como los ejemplos más pedestres, pero es que resulta un total contrasentido.

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Los sobrecargos somos “asistentes de vuelo”, y así lo marcan las leyes nacionales e internacionales: ayudamos a los pilotos durante el vuelo como personal de seguridad a bordo. Ahora Lufthansa descubre el “agua tibia” y pretende que los pilotos “ayuden” a los que están en el avión para “ayudarlos”.

Los pilotos desde antes de que se suban al avión ya están trabajando, y mientras uno revisa que todos los sistemas del avión estén O.K., Otro baja a realizar una inspección visual de toda la aeronave. Por eso es que no los veo para nada haciendo labores de sobrecargo.

Más bien, desde mí óptica, es una manera de presionar a los pilotos para que desistan de exigir aumentos salariales. Dice Lufthansa que los pilotos del futuro deben de contar también con vocación para el servicio a bordo, y no solo para manejar el avión.

No nos extrañe que en próximas fechas requieran aviadores “polivalentes”, que sean machos y hembras alfa, lomo plateado, pelo en pecho (machos), pelo planchado (hembras), y voz de vikingo y vikinga, que además hagan las labores de los sobrecargos, y de una vez suban las maletas al avión.

Sin guasa y hablando en serio: me parece un completo abuso por parte de Lufthansa; la seguridad en la operación de las aeronaves siempre debe estar por encima de cualquier cosa; quitarles tiempo a los pilotos durante el abordaje es vulnerar la seguridad del vuelo.

Aunque traten de hacerlo pasar como una novedad, con la campaña “Piloto, tu trabajo soñado, simplemente mejor”, lo que buscan es cambiar la percepción de qué es un piloto aviador, haciendo creer que además de las funciones propias de su profesión, también deben de ser “anfitriones y gestores de sus tripulaciones de vuelo”, es el engaño más absurdo.

Dice otro dicho: “zapatero, a tus zapatos”; si la industria aérea ha permanecido durante muchos años como el medio de transporte más seguro del mundo, no es gratuito, sino que se debe a la larga cadena de procesos y protocolos que existen desde que se llega al mostrador, hasta que se sube el avión.

Buscar empleados polivalentes solo debilita esa cadena, pues al realizar varias funciones es más fácil que se tengan errores, y en la aviación un error se traduce en accidentes, muchas veces mortales.

Ojalá y los directivos de Lufthansa dejen a un lado esa pésima idea y cruzo los dedos para que en este lado del charco no se les ocurra copiar la iniciativa. La aviación es un asunto serio, la seguridad es costosa, pero es necesaria y bien lo vale.