Por violaciones graves al proceso legislativo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó, por votación de 9 a 2, las reformas a la Ley General de Comunicación Social y a la Ley General de Responsabilidades Administrativas o como se conoce en los medios de comunicación, la primera parte del Plan B electoral. Al ser la última instancia jurisdiccional, ¿qué sigue a la decisión de la Suprema Corte? Las consecuencias serán jurídicas y políticas.

Jurídicamente no hay mañana. La Suprema Corte es la última instancia. El gobierno federal podrá decir muchas cosas, pero acatará la decisión, porque así lo establece la Constitución, hasta el momento AMLO no ha desacatado ninguna decisión de la Corte.

Al invalidarse estas reformas, en las elecciones de 2024, en materia de comunicación social y sanciones administrativas, las normas de la elección de 2018 estarán vigentes. Es decir, seguirá la “espotización” de las campañas, la guerras sucias en medios de comunicación y redes sociales. Particularmente, no se habrá cumplido el mandato de la propia Corte para legislar en materia de propaganda gubernamental. La polémica por la mañanera del presidente seguirá y la difusión de las acciones de gobierno en temporada de elecciones permanecerá en una zona gris.

Algunos especialistas en derecho dicen que la segunda parte del Plan B, donde se encuentra la parte fundamental de la reforma electoral, también será invalidada. Que los nueve ministros que aprobaron el proyecto de Pérez Dayán, cuando discutan la segunda parte del Plan B repetirán los mismos argumentos y los votos. Esto necesariamente no será así, porque la aprobación de dicha parte no fue en la misma sesión. Ojalá que cuando la discutan los ministros vayan al fondo y no decidan sólo respecto a la parte procedimental. Ya veremos.

La oposición se desbordó en euforia y proclamó su triunfo. Tienen motivos para estar felices, la Suprema Corte les dio la razón de manera contundente. Pregunta: ¿esta resolución cambiará las tendencias electorales en el Estado de México o Coahuila? ¿Le pegará a la percepción de AMLO o de las corcholatas presidenciales? La respuesta es no.

Paradójicamente, esta victoria puede ser la peor derrota del sector de la oposición que por cuatro años y medio dijo y reiteró que AMLO es un autócrata. No hay dictadura, sino contrapesos entre poderes. Después de la resolución de la Suprema Corte. ¿Cuál autoritarismo? Los ministros ejercieron libremente su voto de acuerdo a su criterio.

Políticamente, AMLO y Morena podrán aprovechar la invalidación de al menos esta parte del Plan B, para fortalecer su estrategia electoral tendiente a ganar una mayoría de dos tercios en el Congreso de la Unión en las próximas elecciones.

La forma y el fondo demostraron los límites del voluntarismo. Las intenciones del presidente en esta reforma eran loables, pero los apresuramientos nunca son buenos. La Consejería Jurídica de la Presidencia y los propios legisladores deben ser capaces de ponderar y modular las ansias del presidente. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

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