En México no solo no se ven resultados en la lucha contra el crimen organizado, sino pareciera que el país además de no combatirlo cierra los ojos.

No solo participan carteles locales como el de Sinaloa o el de Jalisco Nueva Generación también vemos bandas traficantes de migrantes y órganos, la mafia rusa y espías del gobierno de Putin, mafias chinas del fentanilo, gringos traficando armas y hasta reclutamiento y renta de mercenarios poniendo en riesgo la estabilidad y soberanía nacional.

Los sucesos del pasado viernes, justo en el día del grito de independencia, han generado expectación en México y en el mundo, por la forma en que fue extraditado Ovidio Guzmán “El Chapito” o “El Ratón”, hijo de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” quien se encuentra recluido en Estados Unidos.

¿Ineficiencia, complicidad o sumisión?

Para nadie es un secreto que AMLO es el único presidente que se ha reunido públicamente con la familia del narcotraficante más buscado en el mundo, tal cual describió el presidente de Colombia, Gustavo Petro, acerca de la forma en que algunos mandatarios “hipócritas” y vinculados al narco se reúnen por la mañana con los agentes antidroga, la DEA y otros funcionarios en la lucha contra el crimen organizado y en la noche con los capos.

En abril de 2020 el presidente estuvo en Badiraguato, Sinaloa, la tierra de “El Chapo”, para reunirse con el abogado José Luis González Meza y con la mamá del narcotraficante, quien le solicitó su ayuda para apoyar a su hijo y que fuera juzgado en México.

El abogado del Chapo explicó a la periodista Azucena Uresti que el objetivo del encuentro con AMLO fue la solicitud sobre la repatriación de su cliente.

Luego vino uno de los hechos más cuestionables de esta administración, el famoso “culiacanazo”, cuando en un operativo de las Fuerzas Armadas el “Chapito” fue detenido, pero por instrucciones directas del jefe supremo de las Fuerzas Armadas, fue dejado en libertad.

Así lo reconoció el entonces secretario de Seguridad y actual gobernador de Sonora, Alfonso Durazo: dijo que lograron apresar al descendiente del narcotraficante, pero ante los niveles de violencia que se desataron en la ciudad, tuvieron que dejarlo en libertad.

Otro de los eventos raros del actual mandatario con el cartel de Sinaloa fueron las declaraciones de la esposa del Chapo en 2021, en esa ocasión Emma Coronel, reveló que el narcotraficante financió la campaña del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, unos días después, tras su detención, el representante legal de Coronel dijo a The Associated Press que no era verdad que la esposa del “Chapo” hubiera hecho esa acusación.

Por otra parte, Rosa Isela Guzmán Ortiz, la hija mayor del Chapo concedió una entrevista a The Guardian en julio de 2015, donde denunció: “Todo lo que sé es que mi padre le dijo a su abogado que diera algunos cheques para campañas (políticas) y pidió que a cambio se le respetara”.

El “chapito”

En enero de este año, AMLO anuncio con bombo y platillo el operativo para la detención de Ovidio, luego, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, otro abogado del Chapo solicitó de nueva cuenta que el presidente intercediera para regresarlo a México. En esa ocasión el presidente accedió a revisar la petición del narcotraficante para cumplir su condena en México. Sin embargo, el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, declaró a la prensa que no veía muchas posibilidades de llevar a cabo el traslado.

¿Habrá algún vínculo en estas declaraciones y su frustrada candidatura?

Una vez detenido Ovidio Guzmán, AMLO prácticamente negaba la extradición. No será fast track, “no es a ver ahí te lo enviamos” y advirtió que Estados Unidos tenía que presentar la pruebas “y ya los jueces en México deciden”. “No es nada más la solicitud, sino es probar el tipo de delito por el que se le está pidiendo que se le extradite. Y es un proceso” y señaló que esos procedimientos casi inmediatos se daban en la época de Ernesto Zedillo, “en otros tiempos, aquí hay un auténtico, un verdadero Estado de Derecho que se tiene que respetar, independientemente de los delitos”.

Sin embargo, del viernes en que la Interpol fue al penal del Altiplano en el Estado de México, justo cuando AMLO inauguraba en esa misma entidad un tramo inconcluso del tren México-Toluca, hasta el momento de escribir estas líneas, AMLO no se ha pronunciado.

Una relación única y peligrosa entre el ejecutivo y este cartel que hoy quizá negocio la extradición posiblemente para evitar sanciones en el T-MEC, impunidad, protección e incluso otras especulaciones en esta riesgosa relación que solo ha traído inseguridad y muerte.

X: @diaz_manuel