En el contexto de la reforma electoral, Coparmex ha impulsado recientemente el sitio yodefiendoaline.mx, por la cual busca recabar firmas para defender al Instituto Nacional Electoral. Una vez que se ingresa, uno encontrará un desplegado en el cual se exponen las razones de la importancia de contar con un instituto autónomo responsable de organizar las elecciones y consultas en México.

La acción de Coparmex refleja, en buena medida, la voluntad de la mayoría de los mexicanos quienes consideran que la desaparición del INE supondría un retroceso democrático sin precedente. Recordemos que la propuesta presentada por el presidente AMLO al Congreso implica su sustitución por un organismo con competencias reducidas y acotadas, y unos consejeros cuya elección caería en la esfera del Ejecutivo y del Legislativo dominado por Morena. Luego, según lee la propuesta, la ciudadanía elegiría “democráticamente” a los consejeros y a las autoridades del Tribunal Electoral

Como es bien sabido, el INE goza de una buena reputación entre los mexicanos. El instituto ha permitido, desde su creación en 2014, y antes, como Instituto Federal Electoral, la realización de comicios democráticos, y con ello, la transición de partido a partido en cada uno de los niveles de gobierno.

Por lo anterior... los mexicanos debemos preguntarnos: ¿por qué el presidente AMLO no somete a consulta popular la desaparición del INE? El presidente, quien se ufana de favorecer la democracia participativa, ha sometido a referendo cuestiones banales como el avión presidencial, el enjuiciamiento de expresidentes, y más recientemente, la consulta sobre revocación de mandato. Insisto… ¿por qué AMLO no somete a juicio de todos los mexicanos su controversial reforma electoral?

Sencillo. Porque AMLO sabe de antemano que la consulta le resultaría desfavorable. El presidente, quien es sumamente astuto políticamente, conoce la aceptación generalizada del INE entre los mexicanos. Es por ello que AMLO recurre exclusivamente a la figura jurídica de la consulta popular ante temas que le benefician políticamente, que enriquecen su popularidad, o simplemente, que le presentan públicamente como un adalid de la democracia.

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En suma, AMLO ha decidido no someter a consulta popular la desaparición del INE porque, a diferencia del avión presidencial o de la revocación de mandato, no se trata de una victoria ganada de antemano, y bien sabe él que no debe permitirse un revés electoral de esta envergadura.

A pesar de jactarse de serlo, AMLO no es un demócrata. Sus cantadas consultas populares son una engañifa política dirigida a ensalzar su propia personalidad. AMLO juega con el concepto de la democracia a su conveniencia.