“‘El que se quemó con leche, hasta al jocoque le sopla’, refrán popular que, en forma sentenciosa, asienta que quien ha tenido experiencias malas influenciado por ellas se vuelve tan cuidadoso que llega a realizar acciones ridículas impulsado por esa experiencia negativa. Tiene el mismo sentido paremiológico que el refrán ‘el gato escaldado, del agua fría huye’. Es un refrán muy frecuente en el habla popular mexicana y se usa para sancionar una situación en que alguien toma excesivas precauciones. Variantes: ‘el que con leche se quema, al requesón le sopla’; ‘el que con leche se quema, hasta al jocoque le sopla’; ‘el que con leche se quema, hasta al jocoqui le sopla’; ‘el que se quema con leche, hasta al jocoque le sopla’; ‘el que se quema con leche, hasta al requesón le sopla’; ‘quien se quemó con leche, hasta al requesón le sopla’.

Herón Pérez Martínez, Refranero mexicano

Más destapada no puede estar Claudia Sheinbaum. Acaba de decir AMLO que ella “y otras dos corcholatasmarcharán a su lado el próximo domingo. Ya no hay duda de los roles secundarios de Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.

El presidente de Chile también la destapó, y en qué forma. Cuando la jefa de gobierno le entregó las llaves de la Ciudad de México el señor Gabriel Boric se lanzó con entusiasmo: dijo que, tal como hoy se recuerdan los nombres Miguel Hidalgo y Benito Juárez, “no me cabe ninguna duda, Claudia, que mañana el tuyo también será recordado con alegría por los mexicanos”.

Las encuestas la favorecen. Todo el mundo la llama con cierta misoginia La Favorita. Los diarios globales la consideran ya la próxima presidenta de México, percepción que se refuerza ante el hecho de que AMLO —el mero destapador— no deja de apapachar a su corcholata.

Pero, ni hablar, el invitado de honor, Andrés Manuel, no asistirá a la próxima boda de Claudia Sheinbaum y Jesús María Tarriba. Fue muy claro el presidente al comentar en la mañanera de ayer que, si saben contar, no cuenten con él.

Y es que Andrés Manuel, después de ganar la presidencia estuvo en la boda fifí, la de César Yáñez y Dulce Silva, y lo que vio nomás no le gustó: demasiada elegancia para gente de izquierda. Pero eso no fue lo peor, sino que después la revista ¡HOLA! dio portada al bodorrio con foto de los novios y del propio tabasqueño. Eso ya fue demasiado para López Obrador y este, enojado, mandó a su fiel compañero de tantos años a la banca. Apenas anda regresando César, pero no al primer nivel, sino como subordinado de Adán Augusto.

Andrés Manuel desea lo mejor a Claudia y Jesús María pero, de la manera más atenta, solicitó que mejor ni lo inviten al festejo matrimonial. Eso sí, para reafirmar lo que todo el mundo sabe —que ve a Sheinbaum como heredera política— hoy el presidente le hizo un gran regalo de boda: mencionar que ella lo acompañará en la marcha y también, como pajes, otras dos corcholatas.

Ya se sabe que en Morena y en la 4T en general nada vale más que una mención de AMLO. Y pues, ni hablar, así son las cosas.

Y mientras, la oposición sigue perdida, ahora pensando en llevarse como candidato presidencial a un plato de segunda mesa en el equipo obradorista, Ricardo Monreal.

La oposición podría competir con posibilidades de victoria en 2024. Gente buena sobra en el PRI y el PAN. Pero, por lo visto, de lo que se trata es de garantizar que la siguiente presidencia será también morenista. Lo pagaremos todos… y todas porque si son buenos para la pachanga política, los morenistas son pésimos para el trabajo y, como hemos visto, nomás no gobiernan.