Todos y todas fuimos testigos: en Washington, sin lugar a dudas, Andrés Manuel brilló más que Biden y Trudeau. Pero, desgraciadamente, hoy sobran en los diarios mexicanos artículos y viñetas en los que se afirma otra cosa. Algunos de tales materiales son objetivos y obedecen a análisis hechos con seriedad, pero la mayoría —sobre todo en de El Financiero y, particularmente, la caricatura de Reforma— se diseñaron con el único propósito de lastimar a al presidente de México y a su movimiento.

Lo interesante es comprobar cómo la misma comentocracia anti AMLO se refuta a sí misma. En el diario propiedad del empresario Manuel Arroyo un fanático de derecha, Sergio Negrete Cárdenas insulta al presidente López Obrador: lo llama “mendigo con visión aldeana” y lo compara con dos “líderes globales”, el presidente de Estados Unidos y el primer ministro de Canadá.

Juan Ignacio Zavala, compañero de páginas de Negrete Cárdenas, analiza la reunión de Washington con tantas e inclusive más ganas de molestar a AMLO, pero —pese a todo él es infinitamente menos fanático que el otro—, no cae en el vicio analítico de negar una verdad tan evidente. En efecto, Zavala admite que, de los tres gobernantes, quien “tiene más consolidado su liderazgo nacional” es López Obrador. Como apunta el articulista de El Financiero, “a Trudeau le fue mal en las pasadas elecciones y Biden sigue batallando con la derecha radical, que no lo suelta”. En cambio, el presidente mexicano cuenta con un “amplio reconocimiento a su persona”.

De la columna de Raymundo Riva Palacio, sobre el mismo tema, solo diré que es un catálogo muy bien elaborado con todas las formas en que se puede expresar la mala leche contra el presidente de una nación.

Peor que El Financiero ha estado Reforma, no solo por un miserable cartón del monero Calderón, sino por su insistencia en dar voz a políticos estadounidenses críticos de Andrés Manuel y, en especial, por destacar como más noticiosa que la cumbre de América del Norte la violencia desatada por la persecución, por parte de las fuerzas armadas mexicanas, de los capos del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Mucho tiene de positivo que combata al más peligroso de los grupos mafiosos que operan en México, pero no es en este sentido —sino exactamente en el sentido contrario— que el diario de Alejandro Junco presenta el hecho.

Así es la prensa mexicana. Llegan sus excesos al punto de que sus comentarios parezcan —espero que no lo sean— incomprensibles defensas de la mafia del CJNG. Es una de las interpretaciones que pueden dársele a la columna de la persona quien, en El Financiero, publica con el seudónimo de Alejo Sánchez Cano.

Por lo demás, la prensa anda extraviada en muchos otros temas. Por ejemplo, hoy, en Milenio, Carlos Marín cuestiona al presidente de la corte suprema, Arturo Zaldívar, porque este dijo, correctamente, que las limitaciones presupuestales no pueden “ser excusa para no realizar lo que tenemos obligación de realizar…”. Con toda claridad el ministerio se refería a su propio trabajo y al de sus colegas en la SCJN, pero, según Marín, era una inconveniente crítica al INE.

No, Zaldívar no pensaba en el Instituto Nacional Electoral cuando habló de que se puede hacer lo mismo, y hasta más, con mucho menos —tal como lo demuestran a diario en sus fábricas y oficinas no pocos esforzados empresarios pequeños y medianos—, pero ya que el columnista del periódico propiedad de Pancho González se confundió, ojalá el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, aprenda la lección y se deje de andar de pedinche o pediche — de pedigüeño o pidón— y se ponga ya a trabajar en la organización de un ejercicio de revocación de mandato que resulte ejemplar.

Si Córdova quiere, y es evidente que sí quiere, ser candidato presidencial de la oposición unida en 2024, más le beneficiará cumplir con su obligación constitucional que insistir en quedar bien con su socio político Claudio X. González, a quien, desde luego, deberán desechar muy pronto el PAN y el PRI para ser realmente competitivos en las próximas presidenciales.