El presidente AMLO ha concluido hoy su viaje a la isla de Cuba; visita que se inscribe en la gira realizada por el presidente a Centroamérica. Acompañado por el canciller Marcelo Ebrard, recibió la condecoración José Martí, una de los principales reconocimientos otorgados por el gobierno cubano a extranjeros. De igual manera, AMLO y el presidente Díaz-Canel suscribieron un acuerdo en materia de salud, dirigido principalmente a coordinar esfuerzos contra el covid-19.

El viaje de AMLO ha suscitado nuevamente controversias en torno al polémico apoyo del presidente mexicano a su homólogo Miguel Diaz-Canel, pues el líder cubano ha sido acusado de endurecer la supresión de las libertades y de violar los derechos humanos en la isla. El lector recordará las protestas masivas que tuvieron lugar en Cuba en julio de 2021, cuando miles de cubanos se lanzaron a las calles para exigir el cese de las hostilidades del gobierno de Diaz-Canel contra el pueblo cubano.

La relación de México con Cuba ha sido históricamente una razón de distanciamiento con Estados Unidos. Tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959, el mundo libre condenó sin cortapisas el régimen castrista. Recordemos que Cuba ha sido objeto de un bloqueo económico impuesto por Washington, y que el país, luego de la declaración de Fidel Castro en torno a la naturaleza de su dictadura, fue condenado por la comunidad internacional y por la mayoría de los gobiernos occidentales.

A diferencia del resto de América Latina, México optó, desde un inicio, por continuar las relaciones diplomáticas con Cuba y por apoyar la permanencia del país caribeño en el seno de organismos internacionales como la OEA. La relación con Cuba ha sido también un signo de desafío frente al vecino del norte.

La izquierda mexicana, por su parte, ha hecho de la relación con Cuba uno de los principales estandartes de sus reivindicaciones ideológicas. Sorprendentemente, aún hoy, a pesar del conocido fracaso político cubano en términos de niveles generales de vida, de democracia y de respeto a los derechos humanos, líderes autodefinidos de izquierda añoran los tiempos de Castro.

Recordemos que la estrecha relación entre México y Cuba, y el respaldo de los sucesivos gobiernos mexicanos a La Habana, ha sido uno de las tradiciones diplomáticas más importantes en la historia de ambos países. Echa raíces, pues, en el nacionalismo revolucionario, hoy reivindicado por AMLO. A pesar de la presión ejercida desde Washington, los presidentes mexicanos han reiterado los lazos de hermandad que unen a las dos naciones.