A veces, estimado lector, es importante voltear hacia otras latitudes para entender nuestra propia realidad. Como sabemos la temporada alta de Semana Santa genera caos en los aeropuertos nacionales. Por estar en la capital del país, siempre destaca el ya saturado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Este año hemos presenciado además la andanada de críticas y burlas hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), tachado de “subutilizado”.

Debemos partir del principio; Roma no se hizo en un día, y el AIFA se encuentra a la espera de que, como país, recuperemos la Categoría 1 que otorga la Agencia Federal de Aviación Civil de Estados Unidos (FAA), además de que está solventando lo relacionado a la conectividad terrestre, calculada para finales del año. Sin embargo, no han sido pocas las críticas en redes sociales a la nueva terminal aérea que la catalogan de “Aeromuerto”, o de “Mamut blanco” haciendo referencia a un paquidermo níveo.

He comentado muchas veces que este tipo de críticas solo pretenden hacer patente el mal manejo que, desde su punto de vista, está haciendo el gobierno actual. Pero su obcecación es tan grande, que dejan de lado todo lo que pasa en el mundo, olvidando que muchos de esos problemas no son exclusivos de nuestro país, y que se padece igual en otras partes del mundo. Se sabe, sobre todo cuando son viajeros frecuentes, que las demoras y cancelaciones son gajes inevitables del oficio.

Pero para mucha gente, una demora, y más aún una cancelación, no pueden tener otra explicación una mala (pésima) administración, y por supuesto la culpa la tiene el Gobierno de la 4T. “Claaaro!, si tan solo hubiera construido un HUB grandote en Texcoco, y no su ridícula terminal avionera, esto no estaría sucediendo”.

Por eso les comparto el viacrucis que los usuarios de los aeropuertos del Reino Unido han tenido que enfrentar en esta Semana Santa. Y debemos tomar nota de que algunos especialistas del medio advierten que la próxima temporada de verano será un caos, y que lo ocurrido en estos días no es nada comparado con lo que sus predicciones arrojan.

Los aeropuertos ingleses están enfrentándose con las renovadas ganas de viajar de sus connacionales, quedando rebasados frente a la oleada de viajeros. Filas interminables se observan en muchas de sus terminales aéreas, que deben lidiar además con la falta de personal por parte de las líneas aéreas. En el Reino Unido, el caos en los principales aeropuertos ha sido noticia todos los días durante las últimas dos semanas; British Airways ha sido denunciada al organismo regulador de la industria por posibles infracciones a la ley.

Un reportaje transmitido por CNN en Español, detalla la posibilidad de tener un caos este verano en terminales aéreas, tanto de Europa como de Estados Unidos. Según el periodista Christopher Elliott, especializado en viajes y servicios al cliente, el caos aéreo que se vislumbra es consecuencia de que las líneas aéreas, en los dos años que duró la mayor crisis de la pandemia recortaron al máximo el número de trabajadores. Por supuesto esta medida comienza a hacer mella en las operaciones, tanto en Europa como en Estados Unidos, pues ha estado monitoreando la situación que permea de los dos lados del océano.

No hay que dejar de lado a las fallas técnicas. Este periodista asegura que la tecnología que manejan las aerolíneas norteamericanas es obsoleta; el año pasado diversas fallas causaron cancelaciones masivas, mismas que repercutieron en los vuelos del Reino Unido. De hecho afirmó:

“El 26 de febrero, una ‘interrupción de los sistemas’ obligó a la aerolínea a suspender todos los vuelos de corta distancia. Fue la segunda falla de TI en 10 días y siguió a problemas similares en 2017 y 2018. Pero ese fue el menor de los problemas del Reino Unido. Desde entonces, cientos de miles de viajeros han visto sus vuelos retrasados o cancelados, o simplemente los han perdido debido al caos que afecta a algunos de los principales aeropuertos de Reino Unido. Los aeropuertos de Heathrow y Manchester rara vez han dejado de ser noticia desde finales de marzo, ya que la grave escasez de personal provocó filas de horas en el check-in, seguridad y control de pasaportes. Y la falta de personal también significa que la gente espere horas para que llegue su equipaje.”

El descontrol ha llegado al grado, que en el Aeropuerto de Stansted (Londres), base de la aerolínea de bajo costo Ryan Air, para esta temporada de Semana Santa, les pidieron a sus pasajeros que llevaran su equipaje 24 horas antes de la salida de su vuelo.

Los usuarios de la bajo costera agradecen que por lo menos no les hayan cancelado sus vuelos; caso contrario sucede con EasyJet y British Airways, aerolíneas que no han logrado enfrentar con éxito la falta de personal. Y es que además de los recortes hechos dentro de la industria aeronáutica, los salarios que hoy se ofrecen son mucho más bajos comparados con los que “se fueron” los trabajadores recortados.

Pero no son solo las líneas aéreas, también son los aeropuertos del Reino Unido. El Brexit ha jugado en su contra. Kully Sandhu, director gerente de Aviation Recruitment Network -que encuentra personal para la industria en el Reino Unido- comenta en el reportaje de CNN en Español:

“Solíamos recibir entre el 50% y el 60% de nuestras solicitudes de ciudadanos de la UE para nuestros puestos en el aeropuerto de Londres. No tener esta fuerza laboral europea no solo ha causado problemas con el reclutamiento, sino que también significa que los aeropuertos tienen menos empleados que puedan hablar un idioma europeo. Esto era un gran beneficio, y no tener esa facilidad puede afectar el tiempo que le toma a los pasajeros pasar por un aeropuerto”.

Por otra parte, en Estados Unidos se vieron obligados a un recorte masivo de pilotos, plazas que al día de hoy no se han podido recuperar, sin contar que los actuales pilotos de diversas aerolíneas, como Delta, Southwest y American Airlines han comenzado a protestar, aludiendo fatiga.

Otro experto, George Morgan-Grenville, fundador del operador turístico de lujo Red Savannah, recomienda que cuando el pasajero se enfrente al caos de los viajes, debe recordar que las personas que atienden están probablemente mal pagadas y habrán dejado de trabajar de 9 a 5 para dedicarse a este sector. “Trabajar en el sector de los viajes suele significar trabajar en horarios antisociales, especialmente en un aeropuerto”. Para él, la aviación debe ofrecer mejores condiciones. “Hay que hacer que las condiciones sean lo suficientemente atractivas como para que la gente pueda llevar una buena vida familiar, ganar un sueldo decente y hacer el trabajo”.

¿Con qué nos estamos encontrado, queridos lectores? Existe una alta demanda de vuelos por parte de los pasajeros, lo que indudablemente es positivo para las empresas de aviación. Después de dos años de pandemia y de muchas restricciones para volar, el mercado aeronáutico se está fortaleciendo.

Aeropuertos de primer mundo, como los del Reino Unido, padecen de filas y aglomeraciones. Sus líneas aéreas presentan cancelaciones y demoras, y para evitarlas, como el caso de la bajo costera Ryan Air, hace peticiones inverosímiles de llevar el equipaje 24 horas antes del vuelo. Yo sigo sin salir de mi asombro, pero sin duda falta personal, tanto en los aeropuertos como en las líneas aéreas.

Ahora, de este lado del charco observamos que pilotos de diferentes líneas aéreas manifiestan agotamiento porque se encuentran volando como si fueran dos pilotos en lugar de uno, por falta de dicho personal especializado. Y muchos de los recortados, negándose a regresar a volar, pues las condiciones son inferiores a las que tenían. Todo un galimatías.

Así que podemos analizar diversas aristas, y dejar en claro que un aeropuertote no es la solución a los problemas del AICM, y que el tema de los salarios mal pagados a los trabajadores de la industria le afecta más al usuario final.

Es un hecho, en nuestro país está sucediendo un fenómeno similar al del Reino Unido, falta el personal que fue recortado, y a algunos les ofrecen recontratarse por la mitad de lo que estaba percibiendo de ingresos, aunque incluso las obligaciones son más, pues hay que sacar el trabajo. Por este motivo las empresas especializadas que venden sus servicios a las diferentes líneas aéreas, nacionales e internacionales, se enfrentan constantemente a que los trabajadores les dejen “tirada la chamba” y es muy frecuente ver anuncios de reclutamiento de personal.

El entuerto para salir adelante es muy complicado. Si optan por detener los recortes que ya se tenían en puerta y utilizar esa fuerza laboral, se generará el descontento con un sector de esos trabajadores, quienes ya esperaban el dinero de su liquidación. No basta con que las empresas los vayan a seguir empleando, pues tendrán que subsistir con la incertidumbre de no saber hasta cuándo. Por eso muchos trabajadores renuncian y las plazas se quedan vacías y no hay con quién llenarlas.

La gestión de la industria aeronáutica es mucho más complicada que lo que por encima se puede observar. Es un sofisma creer que si se hubiera seguido con la idea del NAIM, todo se iba a solucionar de golpe y porrazo. También lo es la idea que pretenden que permee en la sociedad: la inutilidad del AIFA. Como pueden ver, depende de múltiples factores y no será hasta dentro de dos años que podamos hacer un análisis real de su funcionalidad. Si en Reino Unido les va como les va, es que en todos lados se cuecen habas.