Estamos prácticamente en la víspera de saber si los sobrecargos de Aeroméxico, agremiados a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) se van a huelga o no. Un día antes de las elecciones “más grandes de la historia de nuestro país”.

Y dejando el tema político a un lado, las preocupaciones de los pasajeros en torno a probables cancelaciones empiezan a brotar en las redes sociales, quienes tienen incluso planeado venir a votar el día 2 de junio, temen que una huelga frene sus planes.

En este espacio hablamos con sinceridad y yo podría casi asegurarles que no tienen nada que temer, por varias cuestiones que en este espacio vamos a desmenuzar.

Sé que lo que voy a exponer no será en lo absoluto del agrado de la actual representación sindical y mucho menos de sus “seguidores”. Pero ya en el pasado he transitado por gestiones que simple y llanamente no están de acuerdo con que “desnude” su actuar.

La actual secretaria general, que hoy despacha en el quinto piso del inmueble ubicado en el número 751 de la calle Patricio Sanz, Colonia Del Valle, llegó al cargo en febrero del año pasado, con un empuje impresionante, consecuencia del deseado cambio de liderazgo que se buscaba después de 11 años de tener a Ricardo Del Valle al frente de la representación sindical.

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Esta nueva dirigencia trajo consigo múltiples esperanzas de que las cosas, al interior de la vida sindical, iban a cambiar. Pero temo compartirles que todo se quedó en buenos deseos. Los tropiezos comenzaron desde que la ocupante del cargo de secretaria general, tras ganar las elecciones, pidió que “la dejaran llegar”. Y una vez que llegó, lo que empezó a hacer fue exactamente lo mismo que su predecesor: creer que ella es la única importante dentro del Comité Ejecutivo.

Este arranque es una mezcla de soberbia e ignorancia, y en esa tesitura procedió a cometer otro grave error: destituir tres cargos sindicales que ocupaba gente de la anterior representación sindical. Una verdadera “cacería de brujas”, en lugar de aprender a negociar con los contrarios, como en toda democracia.

Les puedo compartir que en mi experiencia personal como sindicalista, presencié destituciones de representantes sindicales, y sé de primera mano que si no se llevan a cabo de manera más que impecable, los resultados son completamente desastrosos, y eso es exactamente lo que sucedió en la actual representación.

Se “chutaron” tres carteras vitales para el funcionamiento del sindicato: Tesorería, Trabajo, y Prensa. Además de cargos en comisiones como Vigilancia, Hacienda, y el Tribunal de Honor y Justicia. Esto trajo como consecuencia que en las siguientes elecciones, donde estos cargos se iban a votaciones, les fuera negada la toma de nota a los “nuevos representantes”, afines por supuesto a la secretaria general.

Si lo anterior no fuera ya complicado, la secretaria de previsión social se vio obligada a renunciar cuando la secretaria general, violando impunemente el estatuto vigente, impuso a “su gente” en el Seguro de Vida de los sobrecargos.

El artículo 67 del estatuto de ASSA marca que cuando la ausencia de los representantes excede más de tres meses, se deberá convocar a elecciones, ¿por qué? se estarán cuestionando, pues para no dejar acéfalas las carteras.

Hoy ASSA de México carece de una tercera parte de su representación sindical, ya que no tienen toma de nota. Entre esos cargos, se encuentra nada más y nada menos que el del secretario del trabajo; sí, el responsable -junto con el secretario de conflictos- de llevar a cabo las mesas de negociación con la empresa, en este caso Aeroméxico.

Y para empeorar aún más el panorama, por cuestiones que todavía no me quedan muy claras, la secretaria general ha reintegrado a la línea a la secretaria de conflictos, la que por cierto en caso de ausencia sustituye al secretario de trabajo. Y en su lugar, la secretaria general está trabajando con “auxiliares”, violentando una vez más el estatuto, pues el nombramiento de estas personas no está dentro de sus facultades.

No obstante ahí no acaba esta historia, hay aún más. Los nuevos asesores legales de ASSA, desconocen cómo funciona la industria aérea. Eso sí, de manera poco clara, despachan en la sede sindical sin pagar renta, recibiendo a clientes ajenos al sindicato.

El trabajo de estos asesores legales ha sido más que deficiente. Ninguna de las supuestas “demandas” que hasta el momento han interpuesto ha rendido frutos positivos a favor de los sobrecargos de ASSA; lo que sí ha sucedido es que se están “entrampando”.

Me asombra que este fabuloso “cuerpo legal”, no haya sabido que era totalmente equivocado demandar a Aeroméxico por un Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica (CCNE), cuando se tiene el recurso del emplazamiento a huelga. La razón es que este tipo de procesos jurídicos CCNE, se caen cuando se emplaza a huelga, no pueden coexistir dos procedimientos jurídicos.

¿No lo sabían los abogados?, ellos son los que han entrampado al sindicato, dejándolos sin un tercio de la representación sindical. Y ahora que emplazaron a huelga no lo hicieron en la Junta Tres Bis de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, donde sí aparece el emplazamiento de una organización hermana (ASPA), pero no la del sindicato de sobrecargos (ASSA).

Los abogados aconsejaron “meter” el pliego en un Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos. Cuando les hice saber a mis compañeros sobrecargos de la inexistencia del pliego petitorio ante la Junta Tres Bis, en la última asamblea que tuvo ASSA, mostraron a modo de calmar las aguas, un supuesto documento de emplazamiento.

Sin embargo no tomaron en cuenta varios puntos. Cualquier dependencia gubernamental está obligada a recibir por parte de los ciudadanos las solicitudes que presenten por escrito, así como la documentación que la acompaña, y es su obligación ponerles un bonito sello de “recibido”; pero de ahí a que el trámite prospere, es muy distinto. Por eso me llamó la atención la leyenda del sello “Validez de sello sujeto a revisión de documentos”, fecha 26 de marzo, en las oficinas de Ajusco.

El cuerpo legal de ASSA argumenta invocando a la reforma laboral del 2019, es decir, se escudan en esta decisión. Desde mi experiencia, sostengo que fue una presentación errática y fallida, pues el tribunal que nos corresponde es la Junta Especial 3 Bis. En la página de la JFCA, al fijar su competencia, dice a la letra:

“JUNTA ESPECIAL No. 3 Bis. - Patrones y trabajadores de los transportes de pasajeros marítimo, fluvial y terrestre, sujetos a contrato o concesión federal. Patrones y trabajadores de transportes y servicios aéreos, excepto los que estén incluidos en alguna otra Junta Especial.

Los trabajadores de las empresas de participación estatal mayoritaria Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, S.A. de C.V., Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V. y Servicios Aeroportuarios de la Ciudad de México, S.A. de C.V.

Quedan excluidos los patrones y trabajadores que desarrollen actividades análogas a las anteriores y que estén consideradas en otras Juntas Especiales señaladas en la presente Convocatoria.”

Junta Federal de Conciliación y Arbitraje

Sinceramente, con todas estas pifias, yo dudo seriamente que los sobrecargos de Aeroméxico estallen la huelga. Y de hacerlo, las autoridades laborales del país no la van a dar por válida. Durante mis años como representante sindical, me tocaron múltiples emplazamientos a huelga, no nada más de mí empresa Mexicana de Aviación, sino de los cinco contratos colectivos que ASSA tenía bajo resguardo: Aeroméxico, Aeromar, Click y Aeroméxico Travel.

Desde mi óptica este proceso de emplazamiento a huelga ha sido más que desaseado, por decirlo de manera elegante. Y aprovecho el espacio para aclarar, ¿qué piden los sobrecargos de Aeroméxico?, ya que el sindicato ni de eso ha sido capaz de informarle a la ciudadanía. Quieren que el Convenio de Ahorros por COVID se dé por terminado, y que regresen sus condiciones laborales pre pandemia.

Y a muy grandes rasgos les cuento que también buscan tener más calidad de vida, reduciendo las jornadas con las que hoy trabajan, así como el tener una mejor remuneración económica., pidiendo el 11% de aumento directo al salario.

Para mí uno de los peores errores del pliego petitorio que elaboró ASSA -el cual en realidad es pura paja- fue no modificar los tabulares de los compañeros del Contrato B (o Anexo B, o como le quieran llamar). Ellos cada 10 años tienen derecho a cambiar de sueldo tabular, lo cual me parece una brutalidad, pues deberían de hacerlo cada tres años, o máximo cada cinco, y esto repercutiría en cascada en el resto de sus prestaciones, pero lamentablemente este punto no lo consideró la actual representación sindical.

Deben saber que los sobrecargos de Aeroméxico son excelentes profesionales, y si en alguna ocasión han recibido un trato hosco o incorrecto, es derivado de la fatiga, por las interminables jornadas y lo recortado de sus descansos.

¿Ustedes volarían por encima del océano Atlántico en un vuelo de más de 13 horas de jornada y se regresarían casi 22 horas después en otro vuelo de similar duración? ¡Obviamente no!, su ciclo circardiano enloquecería. Pues debo decirles que ahora los sobrecargos pueden hacer este tipo de vuelo varias veces al mes. Es obvio y natural que van a terminar enfermos e incapacitados, ¿no lo creen?

De todo corazón espero que lleguen a un buen acuerdo el sindicato y Aeroméxico, en un ganar ganar, y que no tengan que estallar la huelga.