El nuevo coronavirus es capaz de infectar los testículos, determinó un estudio del Centro Médico de la Universidad de Texas en Galveston, Estados Unidos.

La investigación, publicada en la revista científica Microorganisms, se aplicó hámsteres sirios dorados infectados con un modelo para Covid-19 humano leve.

Los resultados determinaron que el coronavirus puede llegar a los testículos poco después de la infección intranasal.

Además, el ARN del coronavirus es detectable dentro de la primera semana de la infección, misma que pudo resolverse en la mayoría de los hámsteres poco tiempo después.

¿Qué daños provocaría el coronavirus a los testículos?

Sobre los posibles daños que el coronavirus puede causar a los testículos, los investigadores determinaron que no provocarían una afección significativa:

“No se observó ninguna patología notable en los túbulos seminíferos o el intersticio en estos puntos de tiempo, lo que sugiere que el ARN del SARS-CoV-2 presente en los testículos no se correlaciona con un daño significativo”

Autores del estudio

El estudio también exploró la posibilidad de que el coronavirus pueda replicarse directamente las células del tejido testicular, por lo que se infectaron ex vivo testículos de hámsteres sanos.

El coronavirus podría transmitirse vía sexual al infectar los testículos

Los resultados concluyeron que el coronavirus sí pudo infectar testículos de forma productiva en el modelo ex vivo, lo que hace factible su transmisión por vía sexual.

“En teoría, el virus podría transportarse al epidídimo a través del sistema de conductos excurrent y terminar en el semen, lo que provocaría la transmisión sexual”

Autores del estudio

No obstante, los investigadores precisaron que no pudieron determinar si el coronavirus puede replicarse en el epidídimo.

Dicho órgano está encargado del transporte, almacenamiento y maduración de los espermatozoides.

“El virus no se ha aislado del semen hasta la fecha y la presencia del ARN viral en el semen humano solo se ha observado en siete pacientes en dos estudios y, por lo tanto, se cree que es una ocurrencia rara”

Autores del estudio