Diablo IV llega tras 11 años de la polémica tercera entrega y en medio de un mar de incertidumbre alrededor de Blizzard.

No sólo por la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft, también porque el estudio se mantiene en medio de una polémica laboral y con sus títulos recientes.

World of Warcraft sigue sin levantar del todo a pesar de su nueva expansión y Overwatch 2 ha caído de la gracia de los fans debido a su modelo de negocios, sin olvidar la cancelación de su PvE.

El mismo Diablo está en la mira de los fans por Immortal, considerado como la peor entrega de la franquicia por varios veteranos.

En todo este mar de turbulencias es que se lanza Diablo IV, la obra que parece le podrá dar un respiro al otrora amado estudio de videojuegos.

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¿De qué trata Diablo IV?

Diablo IV se sitúa varios años después del final de la pasada entrega, con el mundo de Santuario aún devastado por la lucha entre el cielo y el infierno.

A pesar de ello, las personas que sobrevivieron a la debacle han encontrado la forma de restablecer las sociedades, con miras a un mejor futuro.

Sin embargo, cuando todo parecía ir mejor, un extraño hombre pálido logra traer de regreso a la Hija del Odio, Lilith, cuya presencia provocará que la humanidad saque lo peor de sí misma.

Será deber de tu personaje perseguir a Lilith por todo Santuario, siendo espectador de sus atrocidades, tratando de detenerla antes de que los ángeles se enteren de su renacimiento y su enfrentamiento provoque otro apocalipsis.

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La premisa de Diablo IV no es nada innovadora ni fuera de lo habitual; tenemos el clásico relato del mal que regresa y que una vez más debe de ser derrotado.

Sin embargo, lo que hace interesante la trama del juego no es tanto su aspecto general, sino las particularidades de la narración.

Los personajes que te vas encontrando en las misiones, así como las mini-historias que te cuentan en estas, que al final arman una narrativa más grande.

Es esto lo que te mantiene pegado al control durante la campaña, pues te interesa lo que sucede con el mundo de Santuario y sus habitantes.

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Además algo que tiene Diablo IV es que, aunque jamás hayas tocado un título de la franquicia, su historia se va explicando poco a poco, mostrando su mitología sin abrumarte.

Es cierto que tras 11 años, Blizzard pudo armar una trama más elaborada para el juego; pero también podemos decir que con este argumento básico la obra cumple bien en este aspecto.

¿Cómo se juega Diablo IV?

Diablo IV regresa a sus raíces tras el mal recibimiento de las mecánicas modernas de la tercera parte.

Cada una de las clases de Diablo IV contará con sus características y habilidades especiales, estas últimas se liberarán conforme vayamos subiendo de nivel y obtengamos puntos.

La experiencia la obtendremos al pelear contra los monstruos en el mapa y calabozos, hacer misiones secundarias o de la campaña, o en los eventos especiales que ocurren en todo Santuario.

Hay que mencionar que el juego tiene diversos niveles de dificultad, los cuales puedes cambiar en medio de la partida. Si eres un veterano recomendamos empezar en el “Mundo II” de reto, si eres nuevo el “Mundo I” te ayudará a adentrarte en la obra.

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Toma en cuenta que Blizzard diseño Diablo IV para ser jugado de manera cooperativa en línea, por lo que todos los retos están pensados para más de un jugador.

Sin embargo, esto no significa que no lo puedas pasar tú sólo, el título también te da la herramientas para acabar con el reinado de Lilith de forma solitaria.

Tú elegirás qué es lo que más te acomoda; eso sí, necesitarás conexión permanente y una muy buena, pues en nuestras partidas sí sufrimos de lag y un par de crasheos en ocasiones.

Ahora bien, el juego trae de regreso el árbol de habilidades, donde podremos ir activando los poderes y movimientos que se acomoden a nuestro estilo de juego.

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Ya sea que nos enfoquemos al 100% en la magia, al ataque físico o tengamos un equilibrio entre ambos.

Pero nada de esto sería suficiente si no tenemos el equipo adecuado. En Diablo IV el equipamiento está a la orden del día, podrás cambiar y mejorar tus ropajes de manera constante.

Sí, ya no tienes que recurrir a la tienda o a la casa de subastas para tener una mejor espada o armadura; el propio juego te proveerá de lo necesario para enfrentar la aventura.

Aventura que puede durar decenas de horas, pues además de la campaña, en Diablo IV tenemos misiones secundarias, los mencionados eventos de Santuario y calabozos opcionales.

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El juego te da la posibilidad de abordarlo de la manera que más te guste con una muy buena cantidad de contenido.

Finalmente debemos de mencionar que si juegas Diablo IV con mando, ya sea en PC o consolas, Blizzard hizo un buen trabajo con el mapeo de botones, para que este sea accesible y no se pierda la esencia del gameplay.

¿Cómo se ve Diablo IV?

Hay algo curioso en cuanto al aspecto técnico de Diablo IV, pues se ve bien y mal al mismo tiempo.

Cuando estás en el juego general, sea en ciudades, campo o calabozos, la calidad de Diablo IV es insuperable, el título tiene unos gráficos geniales y un diseño de arte casi perfecto.

Lo curioso es que en las cinemáticas esta calidad se pierde un poco, los diseños de algunos personajes se ven de hace una o dos generaciones, lo mismo que sus movimientos.

Parecen gráficos de la última expansión de Diablo III, más que del recién liberado Diablo IV. No es un desastre; pero sí es bastante notorio en varias partes.

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En cuanto a la fluidez, esta dependerá de qué tan buena es tu conexión a internet, como ya mencionamos anteriormente.

Si tienes una red decente, el juego correrá sin complicaciones, a tope de sus cuadros por segundo; si tu conexión es baja, las cosas puede ponerse “accidentadas”.

Hay que mencionar que al probar el juego antes de ser lanzado oficialmente, carecemos de contexto sobre los posibles problemas con los servidores.

Recordemos que Blizzard tiene fama de verse superada en sus estrenos, con largas filas virtuales y juegos inhabilitados por la alta demanda.

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Nosotros siempre pudimos entrar a la partida sin problemas; pero reiteramos, es porque literalmente casi no había jugadores en línea.

Finalmente del apartado sonoro podemos decir que es excelente, desde el trabajo vocal hasta la música de fondo.

Todo cuadra a la perfección en Diablo IV, dando una experiencia inmersiva general, con esas melodías que transmiten desolación y melancolía.

¿Vale la pena Diablo IV?

Diablo IV es un muy buen juego que te mantendrá entretenido por horas; supera de entrada todo lo que fueron las polémicas de la tercera parte.

Claro, no es perfecto, Diablo IV sigue sufriendo de esa necesidad online, sus cinemáticas no lucen tan elaboradas y la historia en un inicio no sorprende mucho.

Sin embargo, su gameplay es muy bueno, su mundo está lleno de cosas por hacer y tiene un reto que se ajusta perfectamente a cualquier tipo de jugador.

Si eres fan de la saga, ten por seguro que esta entrega no te decepcionará; ahora que si es la primera vez que te adentrarás a este infierno, puedes ir tranquilo que encontrarás el paseo muy agradable.