Si estás pensando en un piercing (perforación), debes saber que antes de hacerlo, debes investigar absolutamente todo; el lugar, el perforador y sobre todo, los riesgos que implica tener un adorno plástico o metálico en alguna parte de tu cuerpo.

Las cejas, nariz, labios, pezones, ombligo y los genitales, son algunas de las zonas corporales predilectas. Esta tendencia cada vez aumenta y ultimamente ya no es exclusiva de generaciones jóvenes.

Lamentablemente debido a la popularidad de esta práctica, existen personas que la realizan sin profesionalismo ni cuidado alguno, poniendo en riesgo el cuerpo e incluso la vida de los demás. Por higiene, las perforaciones deben ser realizadas en un lugar cerrado, con limpieza exhaustiva y autorizado.

Y otra cosa, no todos son candidatos a una perforación, así que antes de hacerla, vacúnate contra el tétanos, checar que tu coagulacón es buena y saber que no se es alérgico a ningún metal.

Así que si eres de los que por ahorrarse unos pesos te vas al tianguis a ponerte el aretito, mejor lee todo lo que te puede pasar si no tienes precaución:

Hemorragias. Se presenta especialmente en órganos con muchos vasos sanguíneos como la lengua.

Infecciones. Estas pueden ir desde infecciones locales (según la parte del cuerpo en donde se haya colocado el piercing) hasta transmisión de virus como los de la hepatitis B y C o el VIH en caso de mala higiene e instrumentos mal esterilizados, pasando por padecimientos como tétanos, erisipela, impétigo, endocarditis bacteriana o la Angina de Ludwig.  

Alergia a los metales. Según el tipo de material es el riesgo a una reacción alérgica, por ejemplo el níquel es un material que puede traer consigo este tipo de complicaciones.

Lesiones nerviosas. En la lengua existen una gran cantidad de nervios como el trigémino o glosofaríngeo, entre otros, por lo que el riesgo de lesionar alguna de estas estructuras es grande cuando se aplica un piercing en la lengua. Cuando eso ocurre, pueden aparecer dolor, alteraciones en el gusto, el movimiento y la sensación, dependiendo del nervio lesionado.

Pero los cuidados no solamente son en la aplicación, si no el cuidado posterior a la perforación, ya que cuando la piel está sanando, hay más posibilidades de una infección.

y evita las pistolas para perforar, ya que debido a su forma, no se pueden esterilizar al 100% y puede alojar como el de la hepatitis C, que tiene la capacidad de sobrevivir por semanas.

Trata de que las piezas que uses sean de acero quirúrgico, titanio, niobio y oro, debido a que son materiales que difícilmente rechaza el cuerpo humano y no perfores zonas delicadas como cara, labios, lengua y genitales.

Y por último y no menos importante, jamás toques la perforación con las manos sucias…

Con información de Yahoo.