Con el paso del tiempo, se ha difundido la idea de que comer la placenta del bebé es algo saludable. Actrices como Evaluna Montaner, Zuria Vega o Irán Castillo han compartido su experiencia con esta practica.

Además de ellas, cada vez más mujeres que dan a luz realizan la placentofagia, ya que se ha divulgado que:

  • Ayuda a combatir la depresión posparto
  • Reduce el sangrado posparto
  • Mejora el estado de ánimo, la energía
  • Auxilia en el suministro de leche
  • Brinda micronutrientes como el hierro

La forma más común de comer placenta es encapsulándola, es decir, cocerla al vapor para deshidratarla y meterla en pastillas.

Quienes defienden mantener la ley anti-aborto vigente y promueven esta cruzada contra la libertad individual se asumen moralmente superiores; se erigen como almas piadosas.

Además, algunas mujeres ingieren la placenta cruda o preparada en un smoothie con frutas.

Sin embargo, mucho ginecólogos aseguran que aunque se cocine la placenta, no se logran eliminar todos los virus y deshechos que contiene.

La placenta es un órgano que nutre al feto en crecimiento. Durante la gestación del bebé hay un intercambio de nutrientes y oxígeno. Asimismo se da la filtración de desechos a través del cordón umbilical.

Mujer embarazada

Comer la placenta de bebé no es saludable, incluso es riesgoso

Los sitios especializados en salud sugieren que comer placenta de bebé no es para nada una practica saludable. De hecho la catalogan como algo riesgoso que puede afectar a la mamá y al recién nacido.

Jennifer Gunter, ginecóloga estadounidense y columnista del New York Times especializada en temas de salud de la mujer, también advierte sobre la placentofagia y sus efectos negativos.

De acuerdo con ella: “Las placentas suelen estar colonizadas por bacterias. Muchas están infectadas.”

Mujer embarazada

“Como regla general, es mejor no comer algo que tal vez esté atestado de bacterias, sobre todo si muchas de ellas pueden ser patogénicas (es decir: pueden causar enfermedades),” aseguró en un texto de 2018.

Para esta doctora es falso el argumento que sostiene que comer placenta es bueno porque los mamíferos lo hacen y no les pasa nada.

Según Gunter, los úteros mamíferos contienen placentas menos invasivas, además de una fisiología reproductiva distinta a la de los seres humanos.

Además de Jennifer Gunter, cientos de ginecólogos mencionan que hasta el momento, no hay evidencia científica que ingerir placenta de bebé tenga beneficios para las mamás que acaban de salir del parto.

Con información del New York Times, Middlesex Health y El espectador.