Amie Schofield es una mujer residente de Utah, EU y es madre de cuatro, tres niños y dos personas intersexuales.
Hace más de dos décadas, Amie se convirtió dio a luz por primera vez; al nacer su hijo, los médicos le informaron que habían en él una condición genética que le hacía tener dos cromosomas X y uno Y. Había tenido a un hijo intersexual y bajo el consejo médico se decidió someter al recién nacido a una cirugía para que le bajaran los testículos con el fin de definirlo como varón.
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Amie y su esposo criaron entonces a un niño, pero n imaginaron que durante su adolescencia comenzaría a aparecer rasgos físicos que antes trataron de ocultar; caderas típicas de un cuerpo femenino y crecimiento de los senos hicieron que el joven se sintiera avergonzado y sufriera terribles ataques e incluso una golpiza por parte de sus compañeros de escuela.
En casa, ese hijo se atrevió a experimentar su lado femenino usando la ropa y accesorios que socialmente se asignan a este género, pero el miedo a sufrir aún más rechazo le impidió salir a la calle así.
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Años después, el primogénito de Amie se fue a otro estado para comenzar su vida adulta, conoció a otras personas LGBTI y comenzó a sentirse aceptado, pero la violencia se hizo presente nuevamente la primera vez que decidió usar un vestido para ir a un bar, y a partir de entonces vive bajo su identidad de hombre, pero siempre con miedo a ser rechazado.
20 años después, un nuevo nacimiento
Mientras su hijo mayor se recuperaba de este último ataque, Amie estaba dando a luz a Victory, quien también es intersexual.
Con mas información en las manos y la experiencia previa, los padres decidieron darle a su bebé un nombre neutro y optaron por no autorizar ningún tipo de cirugía que buscara definir sus genitales pues supo que no quería que sufriera las mismas cosas que su hermano.
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Le criaron esforzándose por no asignarle ningún género hasta que cerca de los 18 meses, Victory comenzó a decantarse por la identidad femenina a pesar de que en su certificado los médicos la clasificaron como hombre por poseer un cromosoma Y.
Así Victory comenzó a pedir vestidos y expresó su deseo de tener el cabello largo.
Victory tiene cinco años, sabe que su cuerpo es diferente al de las demás personas, pero eso no parece afectarle y vive una infancia feliz junto a su madre, su padre, su abuela y otros dos hermanos