El 5 de Mayo de 1862 se gesta una batalla en el Estado de Puebla, “heroica” se le ha llamado, el General Ignacio Zaragoza y sus aliados vencen a las fuerzas francesas intervencionistas. 

150 años después en una heroica pelea en Las Vegas, Saúl Álvarez “El Canelo”, bautizado por José Sulaimán “General Saúl Zaragoza” http://www.eluniversal.com.mx/deportes/135769.html, vence a un bofe de boxeador, un “bulto” como se dice en el argot boxístico. Una gesta heroica de ese producto de la mercadotecnia, que es un gran boxeador como Calderón un gran presidente.

Mientras esto sucede, el fútbol despierta pasiones, el “deporte más hermoso del mundo” como le llaman algunos, se utiliza como instrumento de control, la mercadotecnia guía las directrices. Es más importante el rating que lo que suceda en nuestro país. Hay que darles pan y circo a los ciudadanos que habitamos la sociedad del espectáculo.

No dudo que la pelea de “El Canelo” y el partido Morelia-Tigres tengan más rating que el debate de los candidatos a la presidencia. Espectáculos todos estos que embelesan a las masas, que le dan un stand by a los verdaderos dueños de este país, apaciguan los ánimos revolucionarios, prolongan la espera de un levantamiento social, todo a través de nuestros amigos los mass media. 

Los candidatos en un espectáculo digno de circo plantean las muchas ideas demagógicas que sustentan sus candidaturas de basura.

El eje de su discurso se inscribe en los miasmas que plantean en sus spots.

Peña Nieto, Quadri y Vázquez Mota, actúan como un ente unísono que se proponen las mismas directrices.

“Libre mercado con bienestar social”, “Inversión en tecnología”, “Policía única”, “Privatización de prisiones”, “Cárceles como fabricas” (que abaraten la mano de obra), “Privatizaciones”, “Programas sociales populistas”, bla, bla, bla… demagogia… bla, bla, bla.

López Obrador siguiendo un soliloquio desestructura el guión bonito y establecido de esa faramalla de debate. Golpea a Peña Nieto, el cual le responde, mostrando con eso que Vázquez Mota se ha caído de la contienda, el amo legitima al esclavo y viceversa.

Vázquez Mota cual ente etéreo, frio, intenta que se le legitime, “aquí estoy, con mis kilos de maquillaje, pero sigo viva”.

Quadri, cual buen golpeador, pone en la agenda de su campaña los intereses de grupúsculos, sin golpear a su candidato de facto, Peña Nieto, le hace el trabajo sucio contra López Obrador, quizá como orden de Elba Esther Gordillo.

En el intento de debate, se muestra de forma clara dos proyectos de nación, ambos moderados y apegados a muchos de los designios del poder.

El bloque Quadri, Vázquez Mota y Peña Nieto, de forma descarada se declaran entreguistas, pretenden simplemente colocarse en el mismo lugar que anteriores presidentes, en el lugar de títeres de las mafias, de los verdaderos poderosos.

Por otro lado López Obrado plantea un cambio de amo, donde un grupo en el poder le deja su lugar a otro que llegue a mandar, de forma más equitativa dar el garrote y la zanahoria, y no solamente el garrote como lo que pretende el PRIANAL (PRI, PAN y PANAL).

De forma abstracta los ciudadanos aparecemos, de forma real somos borrados.

Nos convertimos en “votantes cautivos”, “pobres”, “ricos”, “estudiantes”, “jóvenes”, “desempleados”, “grupos de la tercera edad”, etc., un amasijo de alienados de un discurso que asume de forma lineal a todos, sin nuestras alteridades reales y no las descafeinadas que ellos señalan, que “nos da el poder de elegirlos” pero no de gobernar con ellos.

El monologo-debate habla de un país que no lo es. ¿Dónde quedaron los 60 mil muertos? ¿Es más importante el caso de una niña (Paulette) qué el de las mujeres asesinadas en Juárez? ¿La corrupción de Montiel y Bejarano es más importante que la corrupción estructural? ¿Dónde quedaron los periodistas asesinados, los ejecutados, los torturados, los desaparecidos, los empobrecidos, los ninis, los jóvenes sicarios, los funcionarios corruptos…?

Nadie de ellos ganó. Nadie de nosotros ganamos. Estos debates hablan de lo podrido y defectuoso de nuestro sistema político.

Aun así hay que alimentar el debate.

Enrique Zúñiga          @Zuva16