Nunca, jamás me vuelva a decir nadie<br>que el fin justifica los medios<br>o sintiéndolo mucho no respondo de mis fines<br>ni de mis medios<br>ni muchísimo menos de mis actos.<br>Cierto que hay ansias de pureza<br>neuróticas.<br>Seguro que lo son casi todas las ansias de pureza.<br>Pero no lo es menos que la mierda mancha.<br>

Jorge Riechmann

Después de pasar toda una vida vilipendiando al ejército, una vez en el poder —y estando este a su servicio— AMLO alaba todo lo que antes despreció de las Fuerzas Armadas. De las maromas discursivas —pero también sustantivas— de la Cuarta Transformación, considero que esta es la más evidente. En la práctica, el ejecutivo federal las ha empoderado al darles responsabilidades, presupuesto y trabajo como en ninguna otra administración. Cambió el “volverán a los cuarteles” a llevarán a cabo responsabilidades nunca antes imaginadas.

En el marco del 108º aniversario de la fundación del Ejército Mexicano, Andrés Manuel mencionó: “A lo largo de la historia es más lo bueno de esta institución que los errores o sus manchas, muchas de ellas no atribuibles a los mandos militares, sino a los gobiernos civiles, quienes, en algunas ocasiones, han utilizado indebidamente a las fuerzas armadas para reprimir al pueblo”. Esa fue, sin más, la resolución presidencial que difumina los cuestionamientos al ejército por su participación en diversos eventos a lo largo de la historia. Y también fue el discurso que valida todo el empoderamiento de las Fuerzas Armadas durante su administración.

Antonio San Juan de Infobae ha recopilado más de 30 tareas asignadas al ejército, las cuales muestran la dimensión de todas las actividades que han o siguen realizando. (Y, repito, eso a pesar de que no hace muchos años —dos y medio para ser exactos— se criticaba que actuaran en el lugar de la seguridad civil). Aquí las retomo y sintetizo:

  • 1. Continuar sirviendo como policía federal o local en diversas entidades y municipalidades del país.

  • 2. Construir tres tramos del Tren Maya.

  • 3. Construir el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

  • 4. Construir y administrar obras para conectar el aeropuerto de la Ciudad de México con el AIFA.

  • 5. Construir el Aeropuerto de Tulum.

  • 6. Administrar los puertos aéreos de Chetumal y de Palenque.

  • 7. Construir 2,700 sucursales del Banco de Bienestar.

  • 8. Remodelar 32 hospitales.

  • 9. Cuidar ductos y todo tipo de instalaciones de Pemex.

  • 10. Manejar y cuidar las pipas que transportan gasolina.

  • 11. Transportar y distribuir libros de texto, recursos del Banco del Bienestar, fertilizantes y vacunas contra el covid.

  • 12. Limpiar de sargazo en Quintana Roo.

  • 13. Vender cachitos de la rifa no rifa del avión presidencial.

  • 14. Controlar las aduanas marítimas y terrestres del país.

  • 15. Controlar y administrar los puertos del país.

  • 16. Edificar el parque ecológico en el Lago de Texcoco.

  • 17. Construir viviendas para el personal de la Guardia Nacional en Santa Fe y 248 cuarteles en diversos puntos del país (120 ya construidos y 52 en obra).

  • 18. Construir el Canal Centenario y zonas de riesgo en Nayarit.

  • 19. Ampliar y equipar 30 viveros forestales militares para apoyar el programa Sembrando Vida.

  • 20. Establecer 33 centros de capacitación para el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”.

  • 21. Vigilar la entrega de recursos y las obras de Dos Bocas.

  • 22. Incorporar, vestir, instruir y armar a la Guardia Nacional.

  • 23. Cuidar las fronteras para frenar el flujo migratorio centroamericano a los Estados Unidos.

  • 24. Transportar insumos médicos, infectados y urnas de connacionales fallecidos por covid en los Estados Unidos.

  • 25. Vigilar instalaciones de salud.

  • 26. Reacondicionar hospitales para dar atención a pacientes covid.

  • 27. Repatriar mexicanos en el extranjero y trasladar extranjeros a sus países de origen.

  • 28. Confeccionar más de 3 millones de piezas de vestuario médico.

  • 29. Administrar 10 hospitales para atender la emergencia sanitaria.

  • 30. Implementar 308 filtros sanitarios en aeropuertos, carreteras, etc.

  • 31. Resguardar, distribuir y aplicar las vacunas anticovid.

  • 32. Más otras tareas impuestas en administraciones pasadas como son la desaparición de plantíos de drogas y labores de patrullaje y vigilancia zonas estratégica.

  • 33. Sin olvidar su participación en el rescate de Evo Morales;

  • 34. y la repatriación de las cenizas de José José;

  • 35. y, ahora recientemente, la construcción y administración de los cuatro centros de distribución nacionales de medicamentos Birmex.

Para absorber tantas actividades, la Constitución ha sido modificada y el plan DN-III (usualmente activado en emergencias) ha sido ampliado en su margen y escala de acción.

Adicionalmente a lo anterior, es menester recalcar que la SEDENA ha recibido —desde el 1 de diciembre de 2018– más de 50 contratos por adjudicación directa en montos superiores a los 2 mil 481 millones de pesos, de los cuales a la fecha no hay forma de conocer detalles. Para este año, dicha secretaría obtuvo el mayor presupuesto de su existir: 112 mil 557 millones de pesos. Lo cual NO incluye los montos destinados a la construcción y administración de todas las obras y tareas encomendadas antes relatadas.

Si le damos la razón al presidente AMLO, y son culpa de los gobiernos civiles los desmanes del ejército producto de ordenarles realizar ciertas acciones, entonces dentro de pronto él podría estar encabezando la lista de culpables. Así, las tareas del ejército y manchas en su actuar son responsabilidad del gobierno; en este caso, del gobierno de la 4T.

Hoy, sabemos, López Obrador se dice libre — sin demostrarlo— de toda impureza, y que eso basta y sobra. Pero en un futuro las “manchas”, errores y corruptelas cometidos por el ejército le serán atribuidas a él de la misma forma que López Obrador hoy señala a anteriores gobiernos y a sus dirigentes. Así será; así siempre ha sido.