Te vuelves ya de un lado ya del otro<br>en busca de reposo;<br>ni á la izquierda ni á la derecha le hallas, que es un potro la cama para tí.<br>Pero recuerda cuando en tu vida pública perores que esa dolencia<br>a muchos les consume el alma triste, y no se la empeores con fáciles diatribas. Quien presume de consecuente es como el hombre vano de su salud que al pobre enfermo insulta haciendo de sus fuerzas arrogancia;<br>un día cae el presumido sano, en la pizarra se le ve y resulta que no era su salud sino ignorancia.<br>
Miguel de Unamuno
Qué conste. Les anticipé aquí que Esteban Moctezuma se iría a Washington, D.C. como embajador. Y la decisión no recayó en Marcelo Ebrard, si bien este pugnó hasta el final por definir al sucesor de la —esa sí— diplomática de carrera, Martha Bárcena. De hecho, todavía hace un par de días se leía en Templo Mayor del Reforma cómo la cancillería promovía para el puesto a Roberto Velasco, director general para América del Norte de la SRE. Solo hicieron el ridículo.
Pero ya lo hemos dicho muchas veces: la lógica que se sigue en la 4T —que dicho sea de paso es lo primero que no opera en esta administración federal que nos gobierna— es la del presidente AMLO.
Su partida puede verse como un buen retiro para el político priista. Representar a nuestro país ante Estados Unidos es el sueño de cualquier diplomático de carrera, aunque no necesariamente la de un neoliberal ahora tornado en Cuarta Transformación...
Más allá de que algunos piensen que Esteban va como “aprendiz” de embajador o para velar por los intereses de su anterior patrón, uno de los hombres de negocios más importantes de México, lo cierto es que la preocupación no debiera ser su próxima actuación en tierras estadounidenses. La interrogante que en realidad urge resolver es ¿qué va a pasar con la educación en este país? El retiro estratégico de quien se vio rebasado, inutilizado en la SEP, ¿en qué se va a traducir?
Y para responder a dichas cuestiones, habría que aclarar primero esta: ¿quién controla a quién en el gabinete?
Todo parece indicar que el ala radical le va ganando todas las batallas a los moderados, lo cual en mi opinión no es buena noticia.
Se han ido Carlos Urzúa, Germán Martínez, Alfonso Romo, Martha Bárcena, Alfonso Durazo (aunque esa salida ya estaba más que cantada) y ahora Esteban Moctezuma. De los perfiles que llegaron a ocupar no necesariamente esos, sino sobre todo otros cargos, mejor no hablamos.
Así, lo de interés es saber quién queda como secretario de Educación y, con base en ello, cuál será la praxis discursiva para conducir de la formación académica en nuestro país.
Y aquí es donde se pone ruda la cosa. ¿Estamos hablando de Paco Ignacio Taibo II?
No, pero sí se rumora algo bastante parecido. Suenan para sustituir a Esteban un moderado (Juan Ramón de la Fuente) y dos radicales (Rubén Rocha y Luciano Concheiro).
El exrector De la Fuente, actual embajador en la ONU, más o menos llevaría las cosas en la línea de Moctezuma. El senador Rocha y el subsecretario de Educación Superior Concheiro me parece que se irían demasiado a la izquierda; nadie les niega capacidad y trayectoria académica —Concheiro es economista, con especialidad en agronomía—, pero en mi opinión su ideología no es la más adecuada para el actual sector educativo. Me temo que ninguno de ellos se opondría a los designios de López Obrador si estos fueran el regreso anticipado a clases presenciales.
La ideología es importante. No serían positivas para México, desde mi punto de vista, las implicaciones de una educación con orientaciones tan claras hacia la izquierda (el doctor Concheiro estudió economía en la UNAM, es maestro en ciencias sociales por FLACSO y tiene una especialidad en economía política y agrícola en el marxista Instituto Gramsci de Roma Italia. Esta última instancia, un dinosaurio de tiempos comunistas ya idos).
Lo que sí es que, ante la posibilidad, corresponde hacer una evaluación de lo que hizo y no se hizo por Esteban Moctezuma en sus dos años a cargo de la SEP. Quizá resulte, pese a todo, y especialmente ante lo que puede venir, que lo realizado no estuvo del todo mal...
En fin. Los cambios que vienen requieren de mucha diplomacia, cosa de la que sabe bastante Martha Bárcena, pero no los belicosos miembros de la 4T. Radicales, que ciertamente no quieren a los moderados, pues no soportan que procuren construir puentes. Esos extremistas que, mismo siendo gobierno, siguen sin entenderlo, pues se sienten oposición. Y desde esa concepción solo continúan destruyendo al Estado.
P.d.
Josefa González Blanco Ortiz Mena, la ex secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, sigue en firme para Londres como nueva embajadora. Rarezas de la 4T. Ojalá que, cuando presente sus credenciales ante la reina Isabel, no le vaya a decir que también habitan aluxes en el Palacio de Buckingham.