"¡Cuánto pesa esta corona!".

 Ricardo III (Shakespeare)

‘The Crown’ es una serie histórica-dramática bastante popular de NETFLIX que nos hace un recorrido de lo que ha sido la vida de la Reina Isabel II de Inglaterra. No digo de su legado, porque su reinado aún continúa; lleva más de 67 años en el trono.

Volviendo al punto, como decía: hoy en día es uno de los programas más exitosos de esa casa productora. Y sin duda una de las razones de ello es que nos ofrece una perspectiva “desde dentro” —si bien no necesariamente fidedigna— de la casa real de Windsor. Y cuando digo ‘casa’ me refiero a la familia real no a la vivienda o el palacio; en inglés, casa y familia a veces significan lo mismo.

Aunque los protagonistas, los lugares y las situaciones se parecen mucho a la realidad, la serie ‘The Crown’ es en gran parte ficción. Claro, su guión en general sigue los eventos históricos que han marcado la vida de la reina y sus más cercanos allegados.

Y a pesar de que es más invento que hechos documentales lo descrito, hasta ahora eso de que las empresas de la farándula televisiva nos dieran a modo de entretenimiento pedazos de eventos y asuntos privados de la vida de protagonistas importantes (realeza, políticos, criminales, narcos, cantantes, actores, etcétera) era tabú. Pero hoy se ha vuelto bastante común y genera efectos en la población de los que hablaré a continuación.

Para empezar, estas series humanizan a las celebridades. No digo que las vuelven más buenas o más respetables, solo que las pintan con virtudes y defectos como cualquier otro individuo. Después de cuatro temporadas, vemos que la reina es también humana como nosotros; de hecho la pintan bastante ‘pesadita’, insensible, terca, intransigente y hasta poco empática. Mejor ni hablar del resto de su familia... ¿Suena conocido?

Pero lo siguiente a preguntarnos es si eso, la película, nos hace simpatizar más con la casa Windsor, con la monarquía, o todo lo contrario. Así, el reto que trasmite la serie y que a su vez nos los endilga a nosotros como televidentes es el de una reina que debe demostrar la razón de ser de la realeza en pleno siglo XXI.

¿Por qué debiera aguantar y financiar la sociedad británica a la familia real? Todos sus gastos, su broncas, sus cuitas, sus gustos... especialmente cuando su existencia es paralela a un sistema exitoso llamado democracia parlamentaria basada en dos cámaras legislativas con representantes populares.

La familia real de Gran Bretaña conoce bien este dilema y trabaja duro —no sé si con éxito— para justificar su presencia. Así, no basta que se describa y muestre solamente a la institución, sino que es necesario ver desde las entrañas al humano que ha nacido para ser o para ocupar el mando.

Pero no termina ahí. La serie nos reta nuevamente casi sin que lo percibamos: ¿querríamos estar en los zapatos de la reina Isabel, no importando el esplendor y la riqueza que la acompañan?

Como yo soy mexicana, la serie me despierta otras interrogantes.

¿Pasaría el lopezobradorismo la prueba social, de los televidentes, en una serie que lo retratara así, en esos mismos términos como el programa referido?

Sería interesante ver la vida de nuestro presidente en Palacio Nacional con todos los miembros de su familia, plasmado en una serie dramática de este tipo. Y es que los mexicanos (bueno, algunos al menos) conocemos por las noticias al presidente y a la Presidencia, pero no a la persona que detenta el cargo ni a quien lo rodea.

No conocemos sus conversaciones —sean reales o inventadas— atrás de los muros de Palacio. No sabemos, ni nos imaginamos qué tipo de pijama usa, cómo se corta o peina su pelo. ¿Lo hace él mismo o tiene alguien de planta que se encarga de eso?

¿Cuál es la relación que lleva con el personal de intendencia en Palacio Nacional? ¿Cuáles son las intrigas y los juegos de poder en Presidencia; hay peleas entre los miembros de la familia López-Beltrán-Gutiérrez? ¿De qué tipo? ¿Quién gana?

Aunque fuera versión magna de NETFLIX, ¿interesaría proyectar el pensamiento de AMLO sobre algunos asuntos? No hablo de los posicionamientos públicos; esos están ahí presentados en las mañaneras todos los días. ¿La reacción de la sociedad a una recreación de la vida del ejecutivo federal en Palacio sería la que López Obrador querría generar? ¿La que en estos momentos él cree que provoca?

Así como al ver ‘The Crown’ en Netflix uno irremediablemente termina por aprobar o rechazar la corona británica, al ver la serie sobre Palacio Nacional y AMLO, terminaría uno hasta la coronilla de él, ¿o no?