“No enciendas tanto la hoguera contra tu enemigo que alcance a quemarte”.
<br>William Shakespeare
Posibilidades infinitas
Reales o imaginarios, Andrés Manuel selecciona y moldea a su antojo enemigos políticos para consumo del imaginario colectivo.
La idea es enfrentarse a ellos para demostrar su valía. “Vencerlos” en la tribuna del vulgo, ya que para él la esfera jurídica es secundaria.
La mecánica es burda: crear traidores para opacar otros temas de mayor valía y más apremiantes, y a medida que los “demonios” pierden lustre, identificar nuevos.
Las posibilidades son infinitas cuando de lo que se trata es de mantener encendida la llama de la hoguera pública.
Un brevísimo recuento nos llevaría a transitar desde el inolvidable “innombrable”, cuando se refiere a Salinas de Gortari, pasando por “la mafia del poder” (un grupo amorfo de empresarios) o un Felipe Calderón, de quien dice le robó la elección presidencial de 2006.
Luego, la prensa fifí, los pasquines, los intelectuales “orgánicos”, los periodistas que quieren hacer su chamba en Tabasco con motivo de las inundaciones...
Más tarde uno que otro neoliberal, bastantitos conservadores, un Claudio X. González (eso sí, con el papá de este no se mete), varios organismos de la sociedad civil, el INE.
Hasta cubrir también en el abanico de posibilidades a políticos como Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto.
Recientemente se ha referido solo veladamente a los últimos dos, pero no por ello se desconoce que están en la antesala de sus acusados.
Traición a la patria
Quien directamente sí los ha nombrado y denunciado es la FGR (aunque todos sabemos de quién depende la Fiscalía, así como que la autonomía del órgano es solo una simulación más).
Una acusación tan errada la que se ha interpuesto, por cierto, que el juez que lleva el asunto Odebrecht no la ha aceptado.
¡Vamos! Increíble acusar a Videgaray de ser el autor material, y mencionar que Peña Nieto es el autor intelectual pero contra este último no solicitar ejercer ningún tipo de acción penal. Mismo suponiendo que la acusación tuviese sustento (obviamente ni siquiera un expediente sólido ha podido formular la autoridad), resulta incongruente —por no decir ilegal— señalarlo públicamente sin acusarlo en lo formal.
En estos momentos Peña Nieto y Videgaray son los enemigos temporales de la 4T. Pero no se les va a juzgar nunca, haya o no haya consulta popular de por medio. Solo son nombrados durante el tiempo necesario para atizar el odio y relegar muy lejos los problemas actuales y la pobre actuación de quienes desde la esfera pública deberían dar soluciones a ellos.
Encarcelar a funcionarios corruptos siempre es posible hacerlo conforme a derecho; no es necesario bautizarlos como los malos de la película.
De anillos y compromisos
Ya podrán decirme que no tengo ningún sentido de la moda, pero a mí no me gustó el anillo de compromiso que le dio el ex presidente Peña Nieto a su novia.
Pero lo importante obviamente no es eso, sino que para demostrar el poco temor que le tiene EPN a López Obrador —o a la Fiscalía en su defecto—, al mismo tiempo que se daba a conocer la existencia de una acusación/no acusación en contra del ex mandatario, Tanía Ruiz presumía en sus redes sociales un anillo/no anillo de compromiso.
Quizo demostrar el amor que se profesan... poco creíble pensar que lo hizo de forma inocente o sin el consentimiento del galán de la telenovela política mexicana.
¿Qué tendrá de peso EPN contra AMLO y viceversa para prestarse a este juego? Tarde o temprano lo sabremos.
Los que faltan
Mientras Peña Nieto y Videgaray le dan morbo y tamaño a la hoguera de posibles culpables, se gesta una ofensiva en contra de Méxicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
En este caso en particular porque esta OSC sacó una investigación sobre las empresas fantasmas contratadas por Morena en las elecciones del 2018. Sus donatarios empresariales, muchos de ellos opositores al lopezobradorismo, por el solo hecho de serlo —y a pesar de la claridad y la estricta rendición de cuentas de MCCI ante el SAT— de acuerdo a la 4T invalidan todo el trabajo de la organización.
Poco importa que llevaron a cabo la investigación sobre la “estafa maestra” y el caso Odebrecht.
Total, a ojos del presidente López Obrador ahora solo sirven para acusarlos, señalarlos y llevarlos a juicio popular.
Y habrá otro tipo de enemigos, de traidores. Nadie se diga sorprendido cuando en alguna mañanera sean bombeados personajes como Carlos Slim, Bill Gates; seguramente dentro de poco Joe Biden también. Y es que nunca será tan “maravilloso” como el amigacho copete naranja apellidado Trump.
Les llamará enemigos, opositores, contrincantes, contrarios, adversarios, antagonistas, rivales. Servirán para descalificar a quien critique a la 4T e investigue su accionar.
Tristemente, el presidente AMLO no se ha dado cuenta que muchos de los que hoy llama sus adversarios, traidores a la patria, son su mejor defensa contra sus peores enemigos.
Sí, estos que amparados en el poder de la 4T son igual o peor de corruptos que en administraciones pasadas.
Hace oído sordos al respecto de las trapacerías de los verdaderos demonios y prefiere atacar a quien podría ayudarle a barrer las escaleras de arriba hacia abajo.
Al presidente le resulta más fácil esbozarlos cómo sus oponentes, que luchar contra quienes, llamándose su equipo, viven en la impunidad.