Amigos míos, nomás vengo a decirles<br>La causa y el motivo de mi amargo dolor<br>Que la mujer ingrata a quien yo amaba tanto<br>La odio con espanto y maldigo su amor<br>

La Migra

Que amargo es saber <br>que ya no puedes vivir conmigo<br>Y que dulce es conocer<br>que sigues siendo mi amigo<br>Los tiempos y la gente<br>se pierden en la distancia<br>Pero tu vives cercano<br>como una rosa en mi mano<br>

La Sonora de Margarita

Hace más de seis años, aquí mismo en SDP Noticias, Manlio Fabio Beltrones escribía en un artículo de opinión lo siguiente sobre Luis Donaldo Colosio: “Todavía recuerdo en 1991 su expresión, él como presidente del CEN del PRI y yo subsecretario de Gobernación, cuando fui electo candidato del PRI a gobernador por nuestro Estado me dijo emocionado: ‘Siento un dulce dolor de saber que no voy a ser yo pero vas a ser tú’. Estaba parafraseando una canción que había aprendido y cantado cuando fue delegado de la CNOP en Sinaloa. Le respondí, agradecido, que si él en esta ocasión no era el candidato sólo lo explicaba una razón: estaba destinado para volar más alto.”

Hoy, que Morena (junto con el PVEM) decidieron finalmente abanderar a Clara Luz Flores, alcaldesa de Escobedo, para la contienda por la gubernatura de Nuevo León, compensando prácticamente en el acto a la diputada Tatiana Clouthier con la Secretaría de Economía, no puede más que recordarse aquel escrito.

Y si bien hay obvias diferencias (aquellos hombres, estas mujeres; aquellos aliados y buenos amigos, estas rivales; aquellos sonorenses; estas nuevoleonesas —aunque Tatiana por adopción), también hay muchas similitudes que hacen preguntarse: ¿están puestas las condiciones para que se repita la historia?

Naturalmente no hablo del triste y doloroso desenlace de Colosio Murrieta; eso ni se desea ni siquiera debe pensarse. Me refiero al ‘amargo dolor’ de la hasta hoy legisladora al ser privada de la gubernatura, misma que podría ganar o no Clara Luz (aunque todo indica que sí y con amplio margen de ventaja), pero que —como dije ayer— la metió de lleno a la carrera “grande”, la de la presidencia de la República para el 2024.

Y tampoco es que la historia se repita, si acaso de reedita. Pero lo que no cabe duda es que la narrativa que se va dibujando se parece y mucho.

En ese entonces el “arbitro electoral” era un presidente extremadamente fuerte: Carlos Salinas de Gortari. Y hoy resulta que —al menos a estas alturas del sexenio— Andrés Manuel López Obrador también detenta un poder político envidiable.

Otra similitud: Luis Donaldo Colosio entonces enfrentó a Manuel Camacho Solís. Hoy, para que Tatiana Clouthier resulte la candidata presidencial por Morena, además de que transcurran cuatro años, primero tendría que dejar atrás a Marcelo Ebrard (camachista de cepa). Eso, e ir a la final contra Claudia Sheinbaum, la cual a su vez deberá vencer en la otra semi final al impresentable de Hugo López-Gatell, a quien Ebrard no ha eliminado del todo...

Como sea, y aquí termino yo parafraseando una parte de la columna de Beltrones: esperemos que el candidato, la candidata presidencial por Morena (de hecho, por parte de todos los partidos políticos) en las siguientes elecciones presidenciales, sea un político, una política con el valor, la inteligencia, la visión, el carácter y el conocimiento que México en ese momento requiera.