La oclocracia o el gobierno de la muchedumbre.(Viene del griego ὀχλοκρατία ojlokratía ‘poder de la turba’) es una de las formas de degeneración de la democracia, del mismo modo que la monarquía puede degenerar en tiranía o la aristocracia en oligarquía. A veces se confunde con la tiranía de la mayoría, dado que ambos términos están íntimamente relacionados.<br><br>El término fue acuñado por Polibio, historiador griego, en su obra Historias (6.3.5 a 6.4.10), escrita en torno al año 200 a. C. Polibio desarrolló su propia teoría de la anaciclosis, basándose en las tres formas de gobierno aristotélicas y sus correspondientes formas impuras, sustituyendo la demagogia, como forma degenerada de la democracia, por el nuevo concepto de oclocracia.)​

Polibio.

El INE resolvió con apego a la ley. Me congratulo de lo anterior. En lo personal también del sentido y contenido de las determinaciones. Y del que los once consejeros electorales no se hayan dejado amedrentar.

Dicho esto, todos hemos perdido; la sociedad mexicana en su conjunto, incluida la autoridad electoral.

Y es que antes de que el Instituto Electoral reiterara su resolución (al menos por lo que esta se refiere a las candidaturas de Felix Salgado Macedonio y Raúl Morón) ya se habían rebasado los límites de una convivencia entre iguales a la que será difícil —por no decir imposible— regresar.

Son esos límites superados lo que exige la siguiente pregunta: ¿dónde estuvo la autoridad gubernamental para evitarlo? ¿Dónde?

Se incita al linchamiento y se permite el insulto. El presidente de Morena da resonancia a esto y la autoridad en el gobierno no pronuncia una sola palabra.

Olga Sánchez Cordero, sin salir a condenar lo anterior, lanza un tibio tuit donde pide a ambos actores (INE y Morena) comportarse de forma pacífica...

Ante el vociferante y seriamente cuestionado candidato, Morena saca provecho para erosionar la autoridad electoral. El mismo instituto político que aplaudió que no diera el registro a México Libre, hoy no acepta las decisiones del árbitro porque no le conviene.

El acusado de violación diciendo “no me rasquen los huevos”, el pueblo festinando su vulgaridad y la autoridad en ‘modo silenciado’.

El Tribunal Electoral sin tomar la decisión que le correspondía y regresándosela al INE. Contribuyendo a que un personaje por demás exaltado (obviamente me refiero a Salgado Macedonio) siga vulnerando la democracia. Un TEPJF que no quiso resolver, y que pronto tendrá que hacerlo de cualquier manera.

¿Dónde está la autoridad?

Esa que no guarda silencio cuando debe hacerlo por ley, pero ante la pregunta del reportero: “¿no considera que sus comentarios crispan el ambiente electoral?” , responde: “sí, pero crispan más el ambiente los que hacen fraude”.

Un líder de la nación que no ve el fraude cometido para construir y sustentar candidaturas de manera ilegal.

El ejecutivo federal defendiendo la actuación de Felix Salgado Macedonio y comparándola con el proceso de desafuero que él enfrentó en el 2005.

El presidente de la República, quien uno supondría le debe respeto a las instituciones dado que juró sobre la Constitución servir al país y defender la ley, siendo el primero en amagarlas y amenazarlas de forma directa.

El que firmó un acuerdo para la democracia hace unos días, redactado por él mismo, no respetando la veda electoral. (En el calor de la situación se nos olvida: todas las declaraciones vertidas por AMLO el día de ayer son ilegales. Él no puede referirse en estos momentos a temas electorales.)

Un AMLO que no le importa romper la ley y opinar de lo que no puede ni debe. La primera autoridad del país que, desde su investidura presidencial y su palestra matinal, sobaja y denigra todos los días a quienes no piensan como él.

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Y, así, aunque el INE cumplió la ley, hoy escucharemos en la mañanera -otra vez- que el mandatario no cree en esa autoridad electoral (en ninguna, de hecho); dirá que son corruptos sin demostrarlo. Tratará de desaparecerlos.

Se ha institucionalizando el insulto; personas celebran la injuria, la ofensa y el ultraje. Esa es una honda huella con terribles consecuencias en la vida diaria de República. Al grado que ya ni cumplir con la ley evita que todos perdamos.