Andrés Manuel López Obrador se perfila para llegar a Los Pinos. Me doy un regaderazo y me voy al Casino.
La más reciente encuesta de El Universal confirma lo que ya había dicho Reforma: la gente está decepcionada del actual gobierno y hoy preferiría votar por el político más popular, aquél que un día irrumpió en el Distrito Federal para sacudir un aparato entonces anquilosado.
Cada día, el Casino me envuelve más. Ya casi no pienso en otra cosa que no sean fantasías: qué haré con el dinero que voy a ganar.
Las apuestas políticas que ha inventado este Casino son un hoyo sin fondo. Pero no importa, ésta vida no se hizo para ganar, sino para jugar.
AMLO se está configurando como una apuesta interesante. ¿Por qué?
Vayamos más atrás. Un día, este personaje llegó a gobernar el DF y renovó el concepto de desarrollo social. Lo renovó porque hoy todos lo han copiado. La ayuda a los más necesitados es bandera política, cuando en el tiempo de AMLO se criticaba tanto. Decían en el PRI y el PAN que era populismo. Hoy todos presumen las tarjetas de ayuda a los adultos mayores.
Vamos, AMLO obligó a la clase política a mirar con mayor énfasis a los pobres. Recuerdo que lo criticaban porque les daba dinero para que compraran la despensa. Tiempo después, esa figura se convirtió en ley local. Ahora la federación hace lo mismo, entrega tarjetas bimestrales.
¿Qué fue lo que hizo AMLO?: Etiquetar parte del presupuesto para entregárselo a los pobres. Hoy es una moda bastante fructífera para los políticos.
El Casino tiene una puerta inmensa, por donde entran los políticos apostadores, se gastan el dinero del pueblo y salen con ganas de seguir robando. Lo malo es que yo no participo de eso. Para hacerme rico, debo buscar una presidencia municipal.
Otro dato, bastante concreto: El Peje decidió hacer el segundo piso en el Periférico. Y esa decisión la sostuvo siempre, porque creía que iba a aliviar, en parte, el tráfico. El PRI se le echó encima, y unos años después le copió: hizo el segundo piso en Periférico Norte.
Un día, decidió crear el sistema MetroBus, con carriles confinados. Lo hizo a través de la principal avenida Insurgentes. Gran muestra de negociación política, pues incluyó a los choferes desempleados en el nuevo sistema.
La gran aportación de esta idea fue ordenar el transporte público, que en manos de los microbuses provoca caos y da una pésima imagen.
En ese sentido, el Estado de México es un pobre diablo. Su transporte público es de risa loca. Los camiones chatos parecen cuevas de delincuentes, los manejan tipos sin escrúpulos, con tatuajes y hablan casi con puras groserías. En manos de ellos está la gente. Además, estos camiones chatos tienen unas trompetas como claxon, que utilizan para intimidar. Son pistolas que disparan contra el pasaje que los espera con miedo en la acera. Suenan horrible, como si te estuvieran clavando un puñal. Se sube la gente a esos camiones y se persigna. Pero nada sirve, de todos modos los malandros se suben, asaltan y matan.
Claro, en el DF también sucede eso, pero en menor medida. En épocas de AMLO inició la reestructura del transporte público, el cual hoy, con Miguel Ángel Mancera, ha avanzado más.
El Estado de México hizo una mala copia con el MexiBus, el cual ha hecho de la Avenida López Portillo un infierno, por el tráfico y el desorden vehicular. Se tardaron muchos años para mal hacerlo, a cuentagotas. Mientras, el DF multiplicó las rutas de este transporte.
En este Casino han crecido los rumores de que AMLO puede llegar a Los Pinos. En las mesas de ruleta se disputan debates en torno a ello. Yo solo escucho, juego y no digo nada. Es temprano para que una buena apuesta se configure.
Es necesario que los empresarios respalden su candidatura. AMLO debe volver a sus orígenes. ¿Se acuerdan cuando era su brother Carlos Slim? Es una mentira esa de que El Peje está en contra de los empresarios. En su sexenio, la iniciativa privada tuvo un gran auge en la Ciudad de México. Slim fue el principal beneficiado. Y estoy hablando del más acaudalado empresario. Los centros comerciales tuvieron un despunte. ¿Ejemplos? La Torre Mayor en Reforma es emblemática. Grupo Danhos inauguró Parque Delta y Parque Lindavista. También Plaza Antara. El arquitecto Javier Sordo Madaleno lo sabe bien, pues fue el diseñador de ese paquete de edificios comerciales, que hoy, demuestran que AMLO no está en contra de la iniciativa privada, sino que la fomenta.
Hay más ejemplos, pero los dejaré para otra ocasión. Hoy quiero concentrarme en mi siguiente apuesta, la cual puede hacerme rico.
El Universal ha vuelto a poner al máximo las alertas. AMLO ha regresado, y viene por todo. Seguro El Peje dirá que estas encuestas no están cuchareadas. Su estilo es el de un provocador, y yo quiero ver al provocador de antes, el que llegó al DF para vigorizarlo.
Este Casino nunca cierra. La política es una excelente incertidumbre.