La seguridad ha sido tan importante para el ser humano que ha estado presente desde el comienzo de las primeras comunidades hasta nuestros días. El concepto de seguridad había sido prácticamente monopolizado durante siglos por las elites políticas y militares, ya que se ligaba íntimamente a la preservación y estabilidad del Estado, la defensa exterior, las carreras armamentistas, la insurgencia y contrainsurgencia, y las amenazas al orden público, entre otros temas relevantes para mantener el monopolio estatal de la violencia. Es decir que la seguridad sólo estaba relacionada con la soberanía en sus dimensiones interna y externa. Es en este contexto que se desarrollaron los términos de seguridad nacional, seguridad interior y seguridad pública.

En el nuevo contexto mundial, las amenazas a la seguridad han cambiado sustancialmente. El cambio climático, los desastres naturales, las crisis alimentarias, la propagación de enfermedades pandémicas, la acentuada interdependencia de las poblaciones, el terrorismo y la delincuencia organizada son amenazas mundiales que dificultan que los Estados por sí solos hagan frente a todas las amenazas mundiales que dificultan que los Estados por sí solos hagan frente a todas las amenazas, y más aún si se presentan de una manera conjunta o regional.

Así, el concepto tradicional de seguridad se ha vuelto insostenible y no alcanza a abarcar los supuestos sociales del contexto internacional actual. La noción de seguridad humana surgió como respuesta al agotamiento del concepto de seguridad y su relación con el Estado moderno. Seguridad humana es una expresión que comenzó a utilizarse en la década de los noventa a partir de la publicación del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), instrumento mediante el cual se replanteó la importancia de los derechos humanos y su relación con el desarrollo de las personas; el concepto de seguridad humana nació de la adopción del desarrollo humano, que también está centrado en las personas, sus libertades y su entorno.

La noción de seguridad humana surgió del reconocimiento de que para la mayoría de las personas la sensación de inseguridad radica en las preocupaciones de la vida cotidiana más que en el temor a la guerra.

Flor de Loto: “La paz, el orden, la seguridad, la justicia y el bienestar general son los fines del Estado y del orden jurídico”.