"No se conformen con poco. Este será de hoy en adelante un país de mujeres. Ahora nos toca."

María Félix

Hace un par de días, un asesor legislativo me escribió para manifestarme su preocupación por la toma de la CNDh, acusando a la madre de una víctima de violación en San Luis Potosí de haberse amarrado a la silla tras interrumpir una reunión de la titular Rosario Ibarra piedra, cuestionada desde su nombramiento por el manchado proceso con que llegó y criticada en más de una ocasión por sus respuestas desdeñosas.

Me dijo que a pesar de acompañar la exigencia de justicia para la víctima de violación, las colectivas que acompañaron a la madre eran -según él- calderonista. Ciertamente, en un texto previo yo misma me atreví a cuestionar el origen de las “Brujas del mar”, en donde a pesar de tener presencia de una mujer con familia en política, las integrantes hacen activismo por cuenta propia; de orígenes distintos de la República y con causas clarísimas, de calle y de acompañamiento. No me atrevería a desacreditarlas por una sola de sus integrantes ahora que las he conocido mejor.

Tanto las Valquirias, Ni Una Menos, Brujas del Mar, Verde Aquejare y Brujas Feministas junto con otras activistas que integran la toma permanente de la CNDH son feministas de a pie, mamá de víctimas de feminicidio, sobrevivientes de violencia machista, acompañantes de abortos caseros y las mujeres que tienden la mano más rápido cuando cualquiera busca ayuda o justicia.

Rosario Piedra es mujer y ciertamente, merece una sonoridad que no implica dejar de exigir su desempeño como titular de la CNDH. El gran problema es que desde su llegada al cargo, las víctimas se han enfrentado con puertas cerradas, retrasos largos, esperas de más de 2 horas y hasta prepotencia al momento de pedir ayuda. Aunque la CNDH únicamente tiene la facultad de resolver quejas dando recomendaciones que no son vinculatorias, el simple ejercicio de sus facultades constitucionales hace la diferencia. Lo vimos en el caso de las reformas en materia de derechos de autor que amenazan la libertad de expresión y el acceso a la información. Ahí, la CNDH se portó a la altura y promovió a tiempo una acción de inconstitucionalidad.

El problema con las madres de víctimas de feminicidios es que en su peregrinar buscando justicia, les han cerrado las puertas una y otra vez: acamparon frente a Palacio Nacional por más de 2 meses; se manifestaron en la mañanera; Frida Guerrera pidió directamente al presidente que les diera audiencia y ahora que han exigido a la CNDH actuar sobre la negligencia en San Luis Potosí, todo reventó. Tanto la señora Silvia Castillo y Marcela Alemán, junto con Delia Icela Quiroa, buscaron a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. En los próximos días, publicaré en esta columna los casos sin atender de las mujeres que han sido víctimas de diferentes faltas por parte del Estado .

Sin embargo, el presidente prefirió defender un cuadro que el derecho a pedir justicia y a tener la protección de la CNDH -que es para lo que existe- y cometió un gran error. La dignidad rabia, revolucionaria, desesperada y rabiosa por tanta omisión entre el olvido justifica todo lo que las feministas han hecho.

Intervenir el arte como protesta es patriótico porque aunque el presidente no quiera escucharlo ni de las mujeres de su gabinete: nos están matando. La violencia que azota a las mujeres en México es cínica, institucional, de Estado, sistemática, estructural y no hay violencia más perversa que la de estigmatizar y criminalizar la protesta.

Las mujeres que tomaron la CNDH representan a millones de mujeres violentadas, desaparecidos y asesinadas que no tuvieron un mínimo de esclarecimiento a sus casos. Se trata de hombres, agentes ministeriales, legisladores, gobernadores, presidentes municipales, jueces, magistrados, ministros y un sinfín de servidores públicos que en su encargo, han atropellado los derechos a la verdad y la justicia de las madres y víctimas.

POR CIERTO. no parece coincidencia que un tribunal colegiado confirmó la sentencia de un juez federal de la Ciudad de México, que en diciembre del año pasado desechó por notoriamente improcedente el juicio de amparo que promovieron senadores del PRI para impugnar el proceso de designación de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Su nombramiento está firme mientras las activistas más valientes exigen su renuncia. Las mujeres que ponen el cuerpo y arriesgan su vida y libertad por todas merecen reconocimiento y respaldo.

En Amsterdam, una obra de arte intervenido por el graffitero y artista urbano, Banksy, es subastada en millones de euros mientras que en México, un grupo de indolentes protesta por un cuadro e ignora a las mujeres. Si la CNDH busca continuar trabajando, debe de encontrar oficinas alternas porque ante la falta de refugios para huérfanos por feminicidio, el antiguo edificio de la Comisión será -ya es- Casa para Víctimas. Si a usted le interesa apoyar la causa, haga donativos de comida, cobijas, higiene menstrual, camas, ropa y dinero a República de Cuba número 60 o escríbame para mayor información.