La intención de este texto, que espero se prolongue en una serie de escritos en el mismo sentido, es para dar a difundir y conocer muchos conceptos que desconocen la mayoría de las personas y que no falta el niño o la niña curiosos, o hasta amigo o compañero, que nos lo pregunte porque ese día se le ocurrió cuestionar o es algo que vio o se le quedó revoloteando en la cabeza desde la noche. Por eso creo necesario empezar esta serie para dar a conocer algunos de esos conceptos básicos para que nunca te tomen desprevenido ni al trote y despertar tu curiosidad para ir más a fondo.

    Empecemos por ese objeto brillante que al salir por el Este nos da el día y cuya energía hace posible florecer la vida: a nosotros, a los animales, las plantas y no olvidemos al eslabón más importante en esta cadena que son las cianobacterias conocidas comúnmente como algas verdiazules que se apiñan en toda la tierra y sobre en todo los océanos, principalmente, a través de cuya luz provoca que mediante su metabolismo liberen el oxígeno que respiramos.

 Pero dejemos a un lado las exaltaciones y eufemismos de sus bondades y hablemos de qué tipo de objeto es el sol. El sol es un astro  que brilla por sí mismo.

    El sol es una estrella2 y frente a lo que se cree no es un cuerpo hecho de gas hipercaliente sino de plasma que sería algo parecido, pero no del todo, sino que un estado de la materia en que los electrones se desprenden de los átomos y saltan de átomo en átomo liberando energía electromagnética.

El estado de la materia que conforma las estrellas ocurre porque efectivamente las estrellas se forman a partir de nubes de gas, hidrógeno y helio, los elementos más abundantes del universo y que aún abundan en nuestra galaxia en cantidad intermedia. Aún no es seguro si la explosión de una supernova precipitó la condensación de una nube de gas en sus inmediaciones, pero todo parece indicar que sí porque el sol es rico en metales pesados. Una vez que la nube se condensó en una o varias esferas tan densas y pesadas de ese gas las mismas se encendieron. Esto ocurre porque el peso del gas en la región más interna de esas esferas hace que los átomos se encuentran tan juntos que hacen que terminen uniéndose atrapando momentáneamente los electrones que se unen a otros átomos formando helio: esto se llama fusión nuclear que crea tanta energía que es capaz de iluminar y esparcir otros tipos de radiaciones como las microondas, rayos x, rayos gamma, luz ultravioleta e infrarrojo, que es la encargada del calor que sentimos. Otra cosa que se pasa por alto es que al ser un bola de plasma, la energía del núcleo no puede salir directamente así que el plasma que lo envuelve saca ese calor por medio de la convección, esto es, el plasma más frío baja dejando subir al más caliente, rotando, y por eso podemos ver el sol como es: una esfera de plasma que se mueve y provoca tormentas en su exterior, tormentas muy peligrosas ya que son disparos de plasma y lo que eso es que fácilmente atravesarían nuestra atmósfera, poniendo en peligro la vida. Afortunadamente nada de ello ha pasado y el sol se ha mantenido como una estrella inocua para la tierra,

    Ahora bien, cuando el sol se formó, no sólo de gas sino de polvo interestelar de este se fueron en otros lados uniendo y formando pequeñas esferas que iban atrapando otras, creciendo y que cuando eso ocurrió el sol apenas empezaba a brillar y dio tiempo suficiente para que se formara lo que hoy conocemos como planetas, y esta acción se le llama viento solar. El viento solar es plasma que el sol expulsa mediante la convección o las tormentas que se generan en él. Los planetas al ser de gran tamaño cuando el sol empezó a irradiar más calor y su actividad en su superficie aumentaron las tormentas de su atmósfera comenzó a arrojar fuera de sus límites los restos que no habían podido unirse, dejando sólo una estela de varios girando en torno suyo. No es el caso del cinturón de asteroides entre marte y júpiter que son el resultado de un planeta que no pudo formarse por la intensa gravedad de júpiter, aunque alguno puede que sí. Lo cierto es que la materia expulsada por el sol llegó un poco más allá de los límites de neptuno al que ahora conocemos como cinturón de Kuiper, una región de cuerpos helados que de cuando en cuando por la atracción gravitacional de los planetas y de nuestra ella se acercan al sol y se desmoronan por así decirlo, dejando a su paso una bella estela de luz, esto son los cometas.

    Pero no todos los cuerpos helados del cinturón de Kuiper salen disparados al interior del sistema solar, sino que han formado cuerpos celestes más pequeños que nuestra luna y que rondan más allá de neptuno. Este es el caso de Plutón que ya no es considerado planeta3 sino un planeta enano, planetoide o rocas gigantes de hielo.

    Como vemos, nuestra estrella, el sol, ha jugado un papel muy importante en la formación de los planetas que lo circundan y que son el sistema solar. Gracias al sol la Tierra se formó en una región cómoda que la ciencia llama irrisoriamente “región ricitos de oro” ya que se encuentra a la distancia perfecta para no ser lo suficientemente caliente ni fría, que la vida pueda soportar los cambios estacionales de nuestro planeta. Tanto planta y animales han desarrollado características para soportar los cambios de temperatura.

    El sol brilla cada día, dándoles a las plantas su capacidad de metabolizar lo que hay en la tierra, es decir, crear su propia comida, usando el dióxido de carbono que el resto de seres desecha y formar almidón, una cadena de polisacáridos, o sea, cadena de azúcar otra azúcar más simple llamada glucosa, el alimento que nuestras células utilizan. En el proceso de creación de sus alimentos las plantan liberan el oxígeno, el gas que necesitamos para nuestro propio metabolismo. Sin embargo, el oxígeno es un gas altamente reactivo que al unirse a otros gases forma compuestos que vuelven a la tierra o se quedan en la atmósfera que sin la energía solar no podrían regresar las ingentes cantidades de oxígeno que necesitamos.

    Todo esto es posible a la energía solar que produce en las plantas la fotosíntesis que significa “transición de la luz en trabajo”. Dejaré ese tema para los botánicos.

    En síntesis, gracias al sol podemos respirar y realizar otras actividades biológicas como la formación de la vitamina D que es una enzima que fija el calcio en los huesos. Pero igual dejaré esto para los anatomistas. La importancia de nuestro sol no es sustantiva ni casual, es objetiva y activa en nuestro entorno. Cada vez que mires el cielo diurno siente el calor y disfruta de la luz solar y piensa en todo lo que ha tenido que acontecer para que exista y funcione, no lo veas como un astro con poderes sobrenaturales muy de moda hoy en día: nadie se carga de energía astrológica en los solsticios, simplemente reciben lo mismo que cualquiera que ande en la calle ese día.

    El sol es una estrella enana amarilla cuya vida total se calcula en diez mil millones de años, una paradoja, entre más pequeña sea una estrella más tiempo brillará, claro que hay un límite de tamaño y masa. Esto se mide en masas jovianas (1,89813±0,00019 ×1027 kg), si es superior a 12 masas jovianas tendremos una enanna roja que brillará muchísimo tiempo, bajo ese límite tendremos un cuerpo extraño llamada enana marrón, o sea un cuerpo que en un principio logró hacer fusión del hidrógeno en su núcleo, pero su peso no permitió más.

    Así que nos encontramos ante una gran estrella, insignificante en un brazo de nuestra galaxia espiral pero única porque es la única donde hemos encontrado vida y más vida inteligente, o sea nosotros. Velo así, no hay magia en ello, es el conjunto de muchos acontecimientos por los que estamos aquí y no por designios o causalidades formando una estructura de eventos por los que nos encontramos.

    ¿Somos especiales? No lo sabemos aún. Se han enviado mensaje de radio que viajan a la velocidad de la luz en muchas direcciones y si hay una respuesta tardará el mismo tiempo en llegar. Aun así, es de preguntarnos por qué no hemos captado alguna señal extraterrestre, si hubiera más civilizaciones, aún más avanzadas, en sus primeros días debieron usar el mismo medio de transmisión que usamos, las ondas de radio, ya habríamos captado la señal de un canal quizá de TV, de una comunicación, de un programa de radio, pero en fin, eso ya es trabajo de los astrofísicos.

    Como sea, aquí está el sol que permitió que en sus cercanías se formaran planetas rocosos, esto porque los elementos más pesados tenían que dirigirse hacia el interior y el viento solar aún no era un enemigo para el polvo interestelar y los cuerpos que se formaron, permitiendo que cuatro planetas rocosos, quizá un quinto si las circunstancias fueran otras, se formaran en torno suyo, uno en la zona adecuada para la vida. Estos planetas lo sabes son mercurio, venus, la tierra y marte.

    En el próximo artículo hablaremos del enigmático mercurio, un planeta que parece todo indicar que era más grande de lo que es actualmente, y no es que se encoja, es aún una incógnita.

    Gracias.

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Fuentes:

1.          Diccionario de la Real Academia de la Lengua: Cuerpo Celeste.

2.          Diccionario de la Real Academia de la lengua: Cuerpo celeste que emite radiación luminosa, calorífica, etc., producida por reacciones termonucleares.

3.          https://www-istp.gsfc.nasa.gov/Education/Mplasma.html: Es un gas en el que los átomos se han roto, que está formado por electrones negativos y por iones positivos, átomos que han perdido electrones y han quedado con una carga eléctrica positiva  y que están  moviéndose libremente.