A Gerardo Toledo Coutiño. Erisel Hernández, y Carlos Z Cadena
El periodismo en Chiapas se ha refugiado en una zona de confort, en donde los beneficios recibidos tienen mayor peso que el papel de informar, que paradójicamente representa la función más importante de esta profesión. Dos sucesos recientes –La demanda de Sabines por daños ”moral”, en contra del director del periódico Diario de Chiapas, y los columnistas políticos Erisel Hernández y Carlos Z Cadena, y la gira de Andrés Manuel López Obrador a Chiapas-, confirman mi dicho. Ambos sucesos han sido ignorados olímpicamente en los medios locales.
Sin embargo, ambos acontecimientos han sido cubierto por las Redes Sociales y por las páginas electrónicas, que muestran claramente cómo se viene construyendo y funcionando nuevas formas comunicativas. En este sentido, las Redes Sociales transformaron los medios de comunicación en el mundo y muchos colegas periodistas utilizan estas redes para ventilar asuntos que difícilmente pueden verse publicados en los periódicos. Esto parece que los dueños de los medios locales de información y el gobierno mismo, no lo quieren entender, pues siguen manteniendo la política de ocultar o ignorar información de hechos que se vienen presentando cotidianamente en la calle.
En décadas pasadas, los distintos gobiernos practicaban la censura, sobre todo a lo referido a la crítica política, pero hoy día el asunto está peor, en virtud de que los dueños de los medios practican actualmente la autocensura. Frente a esta conducta, las Redes Sociales representan la libertad efectiva y cada día, ante la falta de credibilidad, se distancian más de los medios escritos. Este fenómeno está conduciendo a la reducción de los tirajes de los periódicos en el mundo, en donde la prensa escrita empieza a perder un peso significativo. En contrasentido, las redes sociales se incrementan cada día y su influencia es cada vez más determinante, en donde los movimientos sociales han encontrado un espacio de divulgación y de reflexión, que ha posibilitado la multiplicación de las protestas. Al respecto hay ejemplos trascendentales en el mundo que confirman la influencia de las redes sociales, ejemplo de ello son: la revolución silenciosa en Islandia, que ante la crisis económica provocada por la bancarrota bancaria, generó un movimiento social de protesta que llevó al encarcelamiento de los dueños de los bancos y de la clase gobernante culpable de la crisis; esta movilización popular de “cacerolazos” en la calle, produjo la sustitución del parlamento y la redacción de una nueva constitución; el movimiento de los Indignados en España son otra prueba de ello, este movimiento, impulsado por la crisis del empleo, promueve a la conformación de una nueva democracia participativa, en donde los principales partido -el Popular y el PSOE- son rebasados por el movimiento; La Primavera Árabe, es otro ejemplo de cómo las redes sociales permitieron una comunicación y difusión de las ideas, que posibilitó que dictaduras en el Oriente Medio fueran derrocadas, Egipto y Libia son dos casos significativos; el proceso electoral del 2012 en México, no hubiera despertado el interés, que finalmente tuvo, si no hubiera surgido el Movimiento Yo soy 132, un desliz del candidato puntero en la Universidad Iberoamericana, alcanzó una vertiginosa multiplicación en donde miles de personas en línea contemplaban la vulnerabilidad de Enrique Peña Nieto. Este movimiento oxigenó la candidatura de López Obrador, que en poco días remontó la distancia con el puntero.
Creer que las redes sociales no son significativas en los tiempos de hoy, o son una ignorancia o son el ejemplo de que se quedaron encerrados en un mundo que se niega a cambiar. Por eso si los medios escritos quieren preservarse, necesitan renovarse. Una reforma necesaria es la apertura; abrir los espacios a la pluralidad en virtud de que el ocultamiento de los conflictos que se manifiestan en la calle no significan la solución de los problemas. De igual manera el culto a la personalidad del gobernante termina indigestando a la población, que cuando ve propicia la ocasión desata su ira, que terminan linchando al gobernante.
En Chiapas es urgente o una autoreforma de los medios de comunicación o un cambio de la política informativa por parte del gobierno. A la sociedad ya no se le puede seguir engañando. El ocultamiento de la protesta en contra de la tenencia vehicular, no beneficia al actual gobierno; de la misma manera, el cerrar el espacio informativo a López Obrador no abona nada a la democracia. AMLO, desde hace 12 años es el más importante líder de la oposición en el país y aunque no aparezca en los medios locales va a continuar teniendo un atractivo político para sectores de la población en Chiapas.