Si usted ve que unas fieras se han adentrado en su barrio, y aún en su casa y en la de sus vecinos, devastando todo, diezmando su patrimonio, poniendo en riesgo su vida y la de sus hijos, la prioridad es, por supuesto, expulsar a tales bestias, y salvaguardar la dignidad de su familia y su propiedad.

 Usted se unirá a sus vecinos y juntos se organizarán de manera que todos estén a salvo, puedan vivir en paz, y queden fuera de peligro.

 ¿Habría algo distinto y más urgente en esa situación que echar fuera a las fieras de su hogar?

 Para algunos, sí. ¿Y qué puede ser más urgente que sacar a esas fieras? Para esos pocos, que acaso defienden a las fieras, es más importante que usted y sus vecinos tengan exactamente la misma ideología. Que estén de acuerdo en todo, que tengan una agenda vecinal común. Pero están equivocados.

 Lo están, porque de fondo no hay nada más urgente que poner a su familia y a su hogar a salvo de los depredadores. Esto es lo prioritario, expulsar al adversario común que afecta a todos por igual, sin distinciones. Eso es el primer objetivo.

 Y no hay que ser un genio para saber que exactamente esta es la situación que vive México hoy en día. Muchos priístas en el poder se han dedicado a socavar las entrañas del presupuesto, y estén donde estén, conciben el dinero público como un botín. Son los piratas del bien común.

Estos priístas tienen aún la mentalidad absurda de la rapiña, o mejor, durante décadas se escudaron en esa pseudoideología cuyo principal núcleo es que el poder sirve para robar, no para servir.

Esos mismos priístas y sus cómplices son los únicos que se cuestionan la “unidad de los vecinos” que quieren echar fuera a las fieras, alegando que los partidos opositores tienen diferencias ideológicas.

Pero sus alegatos son absurdos, ya que en todo el mundo ha habido coaliciones para echar fuera a algún partido depredador como el PRI, para ganar las elecciones primero, claro, y acceder al poder para poder usarlo para verdaderamente transformar la realidad social y que haya justicia.

De esta manera, la propuesta de integrar un Frente Opositor amplio y plural, incluyente, para el 2018, produce no sólo un respiro de alivio, porque con esto el PRI y sus muchos ejemplos de depredación del erario quedarían fuera del gobierno, ya no les alcanzaría para ganar la Presidencia, ni muchas gubernaturas que hay en juego el año próximo.

El primero objetivo del Frente Opositor, por supuesto, es quitarle de encima a las familias mexicanas el gran peso de que su dinero sea desviado a cuentas personales de los rateros en turno, de los virus del dinero público. Con eso todo puede empezar a cambiar para bien.

Por eso el primer objetivo es echar a las fieras de la casa, poner orden, y para ello se necesita la unión de los vecinos. Sin esa unidad en la diversidad, disminuye obviamente la capacidad opositora para llegar al poder, y con ello poner en marcha un proyecto de país constructivo y transformador.

Escucharemos a partir de ahora muchas voces que esgrimirán premisas absurdas en torno a que la unidad opositora es como “agua y aceite”, que unos son de extrema derecha y otros de extrema izquierda, y que no coinciden en temas de derecho a la vida, entre otras cosas. Todo lo cual no debe distraernos de la meta superior que es, efectivamente, sacar al PRI del gobierno. Ya estuvo bueno de crisis económica, y de inseguridad, deuda, corrupción, impunidad y cinismo. Ya basta.

Ya ha quedado demostrado que las alianzas opositoras son ganadoras. Sucedió en 2016, cuando se ganó Quintana Roo, Durango y Veracruz. Veracruz no es cualquier ejemplo, porque Javier Duarte seguiría gozando de los millones que descaradamente se llevó. Pero hoy está en la cárcel y mucho de lo que desvió hoy está siendo reintegrado al patrimonio de los veracruzanos.

En Veracruz, si no hubiera habido alianza, hubiera ganado el gran pillo de Duarte y su PRI. Le estarían cubriendo las espaldas. Por eso es tan importante que haya alianzas opositoras amplias. No sólo incluirán al PAN y al PRD, sino a otros partidos y expresiones políticas y sociales en su diversidad.

Las alianzas no sólo sirven para sacar al PRI del gobierno, para ganar las elecciones, también son útiles, claro, para gobernar mucho mejor. Se puede gobernar de manera más estable e incluyente con amplios consensos. Las alianzas ganan elecciones, forman gobiernos de coalición y aportan gran gobernabilidad.

 Este año se consolidará el cambio en Veracruz, con las alianzas para ganar en los municipios. Y en Nayarit hay una enorme posibilidad de echar fuera a un gobierno tan cuestionado por sus muchos puentes con grupos que operan fuera de la ley.

 Por estas razones, construir un #FrenteOpositor2018, incluyente, amplio, dialogante, que tiene bien claros sus principales objetivos, como sacar al PRI, tener un proyecto de país y llegar al poder para transformar la realidad social, desde la diversidad, con un gobierno de coalición que aporta gobernabilidad, es simplemente una prioridad patriótica de todos los mexicanos… Esto es así, menos para las fieras y sus defensores…

Es la hora de luchar.