Cuando las campañas proselitistas de los candidatos a la presidencia de la República, han rebasado la mitad del tiempo previsto para ellas en el proceso electoral, la guerra sucia y la batalla mediática entre las distintas fuerzas políticas, parece convertirse en el elemento mediante el cual, los aspirantes a suceder a Felipe Calderón en la titularidad del Ejecutivo, buscan alcanzar el voto mayoritario que los lleve al triunfo el próximo 1º de julio.
Al menos así lo parece, ante la intensificación de la campaña de denotación y de odio, que el Partido Acción Nacional promueve en contra del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, que esta semana ha tenido una de las etapas más difíciles del proceso en cuanto a imagen se refiere, como consecuencia de la magnificación del ríspido encuentro que tuvo con estudiantes de la elitista Universidad Iberoamericana y de las marchas y concentraciones masivas que en su contra se promovieron en diversas partes del país para este sábado y domingo.
No es extraño que se invada la pantalla de televisión con mensajes en contra de Peña Nieto y del Partido Revolucionario Institucional firmados por el PAN, así lo hicieron hace seis años en contra de Andrés Manuel López Obrador y les dio resultado, quizás por ello repiten la estrategia, en tanto que de manera aparentemente casual, en medios impresos y alternativos surgen publicaciones destinadas a denostar a quienes colaboran con él o se consideran como parte de su equipo de confianza.
No es casual que en pleno proceso electoral y cuando se entra a una etapa de mayor intensidad de la campaña, surjan también publicaciones como la que este miércoles 16 de mayo en Reporte Índigo, exhibió el presunto envío de casi de 100 millones de pesos hacia un “paraíso fiscal en Panamá” por parte de Luis y Eduardo Osorio Chong, hermanos del ex-gobernador de Hidalgo Miguel Ángel Osorio, quien es pieza clave en el equipo de Peña Nieto y que en el CEN del PRI ocupa la tercera cartera más importante.
Reporte Índigo es un medio de comunicación serio, de creciente y amplio prestigio, pero que en el caso del reportaje “El Lanal de Panamá” sustentó su texto y video en estados de cuenta cuya autenticidad no ha sido avalada por la institución bancaria que supuestamente los emitió, HSBC, lo que no desmiente la publicación, pero si despierta dudas respecto al origen del papeleo, los objetivos de la denuncia y los fines electorales que se le pudieran dar y que para el caso no son estrictamente periodísticos.
De ninguna manera se trata de descalificar a Reporte Índigo, su seriedad no está a discusión, pero tanto ello como el especial 37 de Revista Proceso que incluye informaciones que ya fueron desmentidas por la propia Procuraduría General de la República, son un ejemplo de cómo la batalla electoral se está peleando no en el campo de las ideas sino en el terreno mediático, sustituyendo las propuestas por el escándalo y el golpe político, aunque después quede todo en una anécdota.
Los señalamientos contra los hermanos Osorio Chong, son graves, delicados y de ahí la importancia de que el ex-mandatario coincida en la necesidad de que se investigue al fondo la situación, que se conozca la verdad y se determine si hay elementos de veracidad en las acusaciones o si todo obedece a la misma estrategia mediática que promueven los panistas para obtener provecho político en el proceso en el que de otra manera no han podido crecer