En México se agotó la izquierda, no existe. Existe una “derecha progre” pero no una izquierda. La izquierda que realmente se asuma como tal, exige un cambio de régimen, no un cambio en el régimen. Los derechistas “progres” lo siguen siendo, así se llamen Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal o Claudia Sheinbaum. Todos miembros destacados del sistema político mexicano.

La Ciudad de México no es de izquierda, es “progre” –como dicen los españoles–, un término que despreciaba con razón Octavio Paz. ¿Quién, de los precandidatos a asumir la gobernabilidad del país podría suscribir las palabras de Boaventura de Sousa Santos?

“- Esperar sin esperanza es la peor maldición que puede caer sobre un pueblo. La esperanza no se inventa, se construye con alternativas a la situación presente a partir de diagnósticos que permitan a los agentes sociales y políticos ser convincentes en su inconformismo y realistas en las alternativas que proponen.

- La construcción de alternativas se apoya en dos distinciones cruciales: entre la derecha de la democracia como coste y la derecha de la democracia como valor; y entre esta última y las izquierdas (en el espectro político actual no hay una izquierda que asuma la democracia como un coste). Las alternativas democráticas tienen que surgir de esta última distinción.

- ...para la izquierda, la democracia representativa de raíz liberal es hoy incapaz de garantizar, por sí misma, las condiciones de su sostenibilidad. El poder económico y financiero está concentrado y globalizado de tal modo que su musculatura logra secuestrar con facilidad a los representantes y gobernantes (¿por qué hay dinero para rescatar bancos y no lo hay para rescatar familias?). De ahí la necesidad de complementar la democracia representativa con la democracia participativa (presupuestos participativos, referendos, consultas populares y consejos de ciudadanos).

- ...el crecimiento sólo se transforma en desarrollo cuando es ecológicamente sustentable y contribuye a democratizar las relaciones sociales en todos los ámbitos de la vida colectiva (en la empresa, la calle, la escuela, la familia, el acceso al derecho, la opción religiosa).

- ...sólo un Estado providencia fuerte hace posible una sociedad providencia fuerte (padres jubilados con pensiones recortadas dejan de poder ayudar a sus hijos desempleados, así como hijos desempleados dejan de poder ayudar a sus padres ancianos o enfermos).

- La filantropía y la caridad son políticamente reaccionarias cuando, en lugar de complementar los derechos sociales, los sustituyen.

- ...la diversidad cultural, sexual, racial, religiosa debe ser celebrada y no sólo tolerada.

- Al contrario de lo que pretende el neoliberalismo, el mundo es lo que es porque nosotros queremos. Puede ser de otra manera si nos lo proponemos.

- ...en América Latina las izquierdas están polarizadas como nunca en torno al modelo de crecimiento y de desarrollo. La voracidad de China, el consumo digital sediento de metales raros y la especulación financiera sobre la tierra, las materias primas y los bienes alimentarios están provocando una carrera sin precedentes por los recursos naturales: explotación minera de gran escala a cielo abierto, explotación petrolera, expansión de la frontera agrícola. El crecimiento económico propiciado por esta carrera colisiona con el aumento exponencial de la deuda socioambiental: apropiación y contaminación del agua, expulsión de millares de campesinos pobres y de pueblos indígenas de sus territorios ancestrales, deforestación, destrucción de la biodiversidad, ruina de modos de vida y de economías que hasta ahora parecían garantizar la sostenibilidad. Desafiada ante tal contradicción, una parte de las izquierdas opta por la oportunidad extractivista con la premisa de que los rendimientos generados se orienten a reducir la pobreza y construir infraestructura. La otra parte, en cambio, entiende el nuevo extractivismo como la fase colonial más reciente por la cual América Latina está condenada a ser exportadora de naturaleza hacia los centros imperiales que saquean las inmensas riquezas y destruyen los modos de vida y las culturas de los pueblos.

- ...las izquierdas latinoamericanas deberían discutir las antinomias entre el corto y el largo plazo, teniendo en mente que el futuro de las rentas diferenciales generadas hoy por la explotación de los recursos naturales está bajo control de pocas empresas multinacionales y que, al final de este ciclo extractivista, los países podrían quedar más empobrecidos y dependientes que nunca. Deberían reconocer también que el nacionalismo extractivista garantiza para el Estado recetas que podrían tener una importante utilidad social solo si son empleadas, al menos en parte, para financiar una política de transición del actual extractivismo depredador a una economía plural en la cual el extractivismo únicamente será útil en la medida en que sea indispensable. Esta transición debería comenzar de inmediato.

- ¿A qué izquierdas me dirijo? A los partidos y movimientos sociales que luchan contra el capitalismo, el colonialismo, el racismo, el sexismo y la homofobia, y a toda la ciudadanía que, sin estar organizada, comparte los objetivos y aspiraciones de quienes se organizan para luchar contra estos fenómenos. Es un público muy amplio, sobre todo porque incluye a quienes llevan a cabo prácticas de izquierda sin considerarse de izquierda.

- Algunos ejemplos: defensa de los espacios públicos en las ciudades que prioricen lo peatonal, la convivencia social, la vida asociativa, con gestión democrática y participación popular, transportes colectivos, huertos comunitarios y plazas sensoriales; economía cooperativa y solidaria; soberanía alimentaria, agricultura familiar y educación para la alimentación sin el uso de agrotóxicos; nuevo paradigma de producción-consumo que fortalezca las economías locales articuladas translocalmente; sustitución del PIB por indicadores que incluyan la economía del cuidado, la salud colectiva, la sociedad decente y la prosperidad no asentada en el consumo compulsivo; cambio en la matriz energética basada en las energías renovables descentralizadas; sustitución del concepto de capital natural por la naturaleza como sujeto de derechos; defensa de los bienes comunes, como el agua y la biodiversidad, que solo permiten derechos de uso temporal; garantía del derecho a la tierra y al territorio de las poblaciones campesinas e indígenas; democratización de los medios de comunicación; tributación que penalice las actividades extractivas y a las industrias contaminantes; derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres; reforma democrática del Estado que elimine la pandemia de la corrupción e impida la transformación en curso del Estado protector en Estado depredador; transferencias de tecnología que atenúen la deuda ecológica.

- Si quieren tener futuro, las izquierdas deben adoptar el futuro contenido en estas propuestas y transformarlas en políticas públicas.”