En el 2015, la ONU durante la Asamblea General, decide proclamar el 11 de Febrero de cada año “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. Dicha resolución se da por el derecho al acceso y a la participación de la mujer y la niña en la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología, incluso para la promoción de la igualdad de acceso de la mujer al pleno empleo y a un trabajo decente.
En México, según la UNESCO, las mujeres representan el 33% de los investigadores científicos, mientras que los hombres predominan en un 67%, prácticamente el doble. Cabe señalar que ésta profunda diferencia sólo se refleja en el ámbito laboral, es decir que las mujeres científicas son menos contratadas a pesar de que el porcentaje de mujeres con posgrado (48%) es similar al de los hombres (52%). Esta brecha de género en nuestro país es más notoria cuando observamos que las mujeres que se dedican a la investigación científica generalmente trabajan en los sectores académico y público (33%) mientras que en el sector privado disminuye su presencia al 27% Por otro lado, según la Federación Latinoamericana de Trabajadores Científicos (FedLaTCi), del 100% de los casos que dicha organización lleva en México de científicos y científicas que sufren inestabilidad laboral (despidos injustificados y acosos), el 70% corresponden a mujeres científicas mexicanas de diferentes estados del país y de distintos centros de investigación y universidades públicas; el ejemplo más reciente son los casos de científicas despedidas del programa de cátedras que están demandando que se les reconozcan sus derechos como trabajadoras del CONACYT, además de solicitar que las autoridades respeten la Ley Federal del Trabajo. Lo anterior, pone de manifiesto que para las mujeres en la ciencia hay pocas oportunidades de obtener un trabajo estable y por lo tanto para progresar, y que además se agudiza porque son las primeras en ser despedidas de sus empleos.
Nuestro país debería de aplicar, porque ya las reconoció, las recomendaciones de la UNESCO sobre la ciencia y los trabajadores científicos (13 de Noviembre 2017), como un punto de apoyo para el desarrollo de la ciencia como un bien común y como la garantía de mejoras en las condiciones laborales para todo el personal científico. Al compaginar éstas recomendaciones con la agenda 2030 de la ONU, específicamente con el objetivo 5 “Igualdad de Género” y considerando el punto 5.5 que propone asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública; tendríamos los instrumentos oficiales internacionales que respaldan y ayudan a visibilizar y darle solución a la precariedad laboral, provocada por la brecha de género, que enfrentan las mujeres científicas mexicanas.
El Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México como oportunidad para disminuir la brecha de género en Ciencia, Tecnología e Innovación.
En el Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México se integró la comisión de ciencia, tecnología e innovación; está formada por mujeres científicas pertenecientes a las ramas de la biología, ecología, materiales, salud, ingenierías y sistemas. Son feministas comprometidas con la disminución de la brecha de género en la ciencia, alzando la voz para promover el aumento de niñas y mujeres decididas a estudiar y ejercer una carrera científica, y al mismo tiempo preocupadas para que las condiciones permitan a las futuras científicas desenvolverse sin discriminación, acoso e inestabilidad laboral.
Por otro lado, la Constitución Política de la Ciudad de México en el Artículo 8 “Ciudad educadora y del conocimiento”, apartado C “Derecho a la Ciencia y a la Innovación Tecnológica” dice que: 1.En la Ciudad de México el acceso al desarrollo científico y tecnológico es un derecho universal y elemento fundamental para el bienestar individual y social. El Gobierno de la Ciudad garantizará el libre acceso, uso y desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, la plena libertad de investigación científica y tecnológica, así como a disfrutar de sus beneficios. Este artículo nos da un elemento de entrada para proponer políticas públicas o leyes que se enfoquen en garantizar la libertad de investigación científica y tecnológica de las mujeres científicas, al abrir más espacios y apoyar la equidad de género en ámbito laboral, académico y de investigación, tanto en el sector público como en el privado. Añadiendo el derecho de las mujeres científicas de la Ciudad de México a vivir sin discriminación y sin acoso en el ambiente científico.
Por lo anterior, el Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México podría ser el primero de donde se desprendan leyes a favor de la equidad de género en la ciencia, que a su vez puedan permear a nivel nacional.
Dra. Paola Rebeca Arteaga López
Presidenta de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación
del Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México.
Portavoz FedLaTCi