El tema no es si se debe regular la vivienda en renta... Claro que hay que regularla, pero hay que hacerlo bien... Y la iniciativa que presentó la bancada de Morena para regular la vivienda en renta en la Ciudad de México está muy mal hecha.
Está mal porque en un afán grillo y clientelista perdió de vista lo que debiera ser el verdadero objetivo de la vivienda en renta y su regulación, y se fue por el camino fácil de enrollarse en la bandera de la defensa de los inquilinos y tirarse del balcón.
También exageran los que señalan que regular implica un atentado contra la propiedad privada... Y salen a buscar otra bandera para entamalarse con ella y tirarse del balcón de junto.
Claro que se debe regular la vivienda en renta... Y claro que la vivienda en renta debe ser reconocida como la evidente posibilidad de atender buena parte del reto habitacional.
Porque es absurdo pretender que todo mexicano deba ser dueño de la vivienda que habita. Esto no es sensato, tampoco es económicamente viable... Y hay que decir que tampoco es que ser propietario sea lo que necesita, quiere o puede gran parte de la población, incluyendo a los que ya viven en una vivienda rentada.
Ni la solución al reto habitacional ni la atención al Derecho a la Vivienda están ligados a que reto o Derecho sólo puedan ser atendidos con una vivienda en propiedad.
Porque es evidente que tener casa propia implica querer y poder comprarla, o tener a una persona o institución pública o privada que esté dispuesta a regalártela.
Pero si hay que comprarla quedan dos opciones, pagarla de contado, lo que está fuera del alcance de la mayoría de la población, o comprarla con el respaldo de un crédito, lo que implica una deuda importante en monto y plazo, lo que no necesariamente responde al plan de vida de todas las personas, incluyendo a quienes económicamente puedan hacerlo.
Y bueno, también hay que considerar que comprar o rentar una vivienda depende del plan de vida de cada persona, y ello puede significar la necesidad de rentar porque no es mucho el tiempo que se pretende estar en un trabajo, una escuela, un barrio o una ciudad.
No hay que olvidar que estos tiempos marcan la necesidad de que todos, muy en especial los jóvenes, valoremos mucho más que antes la movilidad... Y para ello estar pagando una casa puede ser un lastre.
Por eso la vivienda en renta debe ser, y es, parte puntual del Plan Nacional de Vivienda.
No es un bicho raro y aislado, y su solución empieza por formar parte de un sistema integral encaminado a atender las necesidades de vivienda de cada segmento de población.
La vivienda en renta es, junto con la vivienda en venta ―nueva o usada―, la mejora de vivienda existente o la autoproducción, modalidades de ocupación que, complementadas con esquemas de crédito y/o subsidio, también adecuados a cada segmento de población, den forma a un sistema integral de atención al reto habitacional.
Por ello regular vivienda en renta debiera tener como prioridad el fomentar modelos que incrementen la oferta de viviendas destinadas a la renta, buscando atender las diferentes capacidades y necesidades de todos.
Debiera tener también como prioridad buscar equilibrios que protejan tanto al inquilino, como al propietario, el desarrollador y el inversionista en la vivienda en renta.
No hay que olvidar que en México ya tenemos el antecedente de la mensada de las “Rentas Congeladas”, que con el pretexto de “proteger al inquilino”, violentaron los derechos del propietario, quitaron atractivo a la vivienda en renta y prácticamente acabaron con la posibilidad de desarrollar una industria encaminada a producir desarrollos inmobiliarios destinados a ese fin.
La propuesta de Morena es un chiste... Mal armada, populista y sin visión, que de aprobarse lo más seguro es que consiga exactamente lo contrario de lo que dice buscar.
Propone, entre otras cosas, la validez de contratos verbales, contratos mínimos por tres años, prohibir meses de depósito, prohibir solicitar avales con bienes raíces y habla incluso de la posibilidad de controlar precios de rentas...
Esa no es la forma de proteger a los inquilinos, porque si todo esto se logrará, sería la forma más directa de quitar todo incentivo a invertir en vivienda para renta, provocaría que los propietarios buscaran intermediarios que resolvieran la falta de garantías, y muy probablemente todo esto provocaría escasez y encarecimiento de la vivienda en renta, así como mayores requisitos para quienes en verdad necesitan rentar una vivienda.
Claro que hay que regular la vivienda en renta... Hay que regularla para garantizar que exista una oferta suficiente y adecuada, modelando un mercado que proteja a inquilino y propietario y dé las certezas necesarias para garantizar que este modelo de ocupación sea, en verdad, una respuesta adecuada como parte de un sistema encaminado a hacer frente al reto habitacional.
* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.