Igual como partido que como gobierno, la posverdad, confusión y desinformación es su estrategia.

Hay algo en común entre la hospitalización de López-Gatell y el manejo de la crisis en Morena por la candidatura del impresentable Félix Salgado Macedonio: el silencio tendencioso, la desinformación, versiones encontradas y decisiones confusas.

La distorsión deliberada de la realidad parece tener siempre como objetivo “calar” a la opinión pública, “exhibir” a los mezquinos que se aceleran en opiniones y manipular con las falsas expectativas de los “cambios repentinos”.

El primer medio en publicar que López-Gatell se encontraría hospitalizado para recibir tratamiento por su contagio de COVID19 fue La Jornada, un periódico de izquierda que goza información de primera mano como nunca antes pues su directora, Carmen Lira, es cercana amiga del Presidente y cuenta con un amplio abanico de contactos directos con el Gobierno de la Cuarta Transformación. No tendríamos por qué desconfiar de sus fuentes.

Sin embargo, poco después de la filtración, la Secretaría de Salud negó lo negó. Otros periodistas con fuentes directas investigaron y tuvieron como respuesta que López-Gatell estaba en casa atendiéndose, como relata Pascal Beltrán del Río, director del periódico Excélsior.

Durante poco más de 7 horas, la red se inundó de versiones contradictorias sin importar que vinieran de opositores o de simpatizantes: Estaría internado de gravedad, lo habían intubado, convalecía, estaba muy estable, fue tratamiento preventivo, era únicamente para brindarle oxígeno, etcétera. Importa porque se trata del principal vocero para el manejo de la pandemia, aunque su cargo sea de Subsecretario de Salud. 

Después resulta que no solo sí está hospitalizado, sino que lleva 5 días. Casi una semana sin que fuese de conocimiento público. ¿El estado de salud de un funcionario público encargado de diseñar la estrategia contra la COVID19 es información pública? Tendría que serlo por la relevancia nacional.

Más tarde, el doctor Ruy López Ridaura confirmó que se encuentra internado Convenciones City Banamex; hasta el día de hoy, López-Gatell publica una carta confirmando la noticia negada por la propia Ssa, aclarando el tema y con un sutil “no pasa nada”. ¿Mientras tanto? Se desea su recuperación, tanto como la de cualquier persona contagiada, pero la incertidumbre continúa.

Incertidumbre, posverdad, mentiras

La misma incertidumbre molesta del 74% de mexicanos que cree que López Obrador debe oponerse a la candidatura de Félix Salgado Macedonio según SIMO Consulting para EL PAÍS, y que de nuevo recibe por parte del presidente calificativos, desdén y simpleza.

Según la Comisión de Honor y Justicia de Morena, había irregularidades suficientes para reponer el procedimiento; los medios pensaron que “bajaban” al acusado por 5 mujeres de violación (en un inicio, las feministas también); después, aclara el mismo organo intrapartidario de justicia que los derechos políticos siguen intactos (como si tuvieran jurisdicción para retirarlos), asegurando que los agravios contra Macedonio eran “infundados e improcedentes”.

Tres militantes que hasta hace unos días consideraba comprometidos con algo más que el poder decidieron desechar un proyecto que eliminaba la posibilidad de que Salgado Macedonio formara parte del nuevo procedimiento. Nestora Salgado alza la mano y de nuevo, la desinformación y posverdad para las propias militantes de ese partido inundan versiones oficiales y extra oficiales: que si lo van a bajar y fue un gran logro; que fue Citlalli Hernández la que defendió a las feministas en la encerrona con Mario Delgado; que no lo dejarían pasar y finalmente, Delgado anuncia que el Toro acusado de violar va

AMLO insiste en que “por más que una mentira se repita, no se convertirá en verdad” y desacredita todas las denuncias de todas las mujeres víctimas de delitos sexuales llamándoles MENTIROSAS.

MIENTRAS tanto, esos medios que tanto critica ya habían replicado que Macedonio caía y hoy de nuevo, en una narrativa contradictoria y esquizofrénica, dicen que Salgado Macedonio va, ahora, casi como único competidor pues Amílcar Sandoval ha decidido bajarse de la contienda.

Ojalá que la memoria nos alcance para recordar todo el sexenio en que la mayor fuente de desinformación, mentiras y posverdad fueron las instituciones con sus comunicados “oficiales” y contradictorios, con sus verdades a medias y manipulación completa. El caso es de estudio sociológico: México, el primer país en el mundo que vive en permanente estado de gaslighting oficial.

El gaslighting o hacer «luz de gas» a una persona es una forma de abuso psicológico que consiste en manipular la percepción de la realidad del otro. Sin embargo, el caso mexicano rompe el paradigma del gaslighting en las relaciones amorosas para convertirlo en gaslighting de Estado: un trato constante y permanente, manipulador de la información, revelador a medias, que hace el Gobierno, su partido y sus militantes hacia todo un país que diariamente debe lidiar con el abuso informativo de versiones falsas, sobre aclaradas y poco transparentes de las que únicamente se beneficia una nueva élite.

Una tan pequeñita, que a veces, ni los propios morenistas por muy alto rango que tengan, conocen cual es la verdad de verdades.