Recordemos que la lucha de las mujeres por alcanzar su derecho a votar y ser votadas, fue producto de innumerables batallas y que si bien permitieron que la mujer lograra ejercer este derecho político, aún falta mucho por hacer.
En 1947, durante la presidencia de Miguel Alemán, se permitió votar a las mujeres en los procesos municipales. En 1952, durante la campaña política como candidato a la Presidencia de la República, Adolfo Ruíz Cortines, promete reconocer la ciudadanía de las mujeres mexicanas.
En 1953 con la reforma a los artículos 34 y 115 fracción I, constitucionales, se reconocen los derechos de la ciudadanía de las mujeres, bajo dos condiciones fundamentales: 1.- Que la mujer de 18 años tenía que estar casada para ejercer sus derechos y 2.- Que si era soltera tuviera 21 años de edad y en ambos casos debía tener un modo honesto de vivir.
El 3 de julio de 1955 las mujeres mexicanas ejercen su derecho a votar en la elección de Diputados Federales a la XLIII Legislatura.
Este logro femenino a lo largo de la historia, ha llevado a que las mujeres tengan una mayor participación no sólo política, sino también una participación más activa en todos los sectores de la sociedad. Sin embargo, aún falta alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer, conferida en el artículo 4° de nuestra Constitución.
En nuestro país se ha avanzado mucho. Con la Reforma en 2014 al artículo 41 Constitucional, se mandata a los Partidos Políticos garantizar la paridad entre géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales. A nivel nacional, el 7.2 por ciento de mujeres gobiernan Ayuntamientos, y en el Distrito Federal el 25 por ciento de las Delegaciones Políticas esta a cargo de una mujer.
Los datos anteriores reflejan el avance que se ha tenido en la paridad entre géneros, sin embargo, se debe seguir impulsando el liderazgo de las mujeres mexicanas.
Recordemos que hombres y mujeres somos iguales en todos los ámbitos, tanto públicos como privados, sin ningún tipo de discriminación. Todos los sectores de la sociedad en su conjunto, deben invertir en fortalecer los liderazgos de las mujeres.
Las autoridades electorales estamos para proteger y garantizar los derechos político-electorales de las mujeres. El trabajo conjunto nos permitirá ver cada vez más mujeres en cargos de representación popular. La igualdad de género ya no debe ser un sueño, sino una realidad.
Flor de loto: No se trata de tener la razón, sino de explicar tus razones.
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