Warren Bennis - uno de los grandes pioneros en cuestiones de liderazgo- decía que ? el liderazgo es como la belleza, nadie la puede definir, pero cuando alguien la ve, la reconoce.? Razón por la cual es preciso hablar de aquellos líderes capaces de asumir la dirigencia del PRI en el próximo mes de septiembre.

César Camacho, el tercer presidente de este periodo, emitirá la convocatoria después del tres de agosto para elegir a su sucesor. Así pues, dada la importancia de la posición, se necesita a alguien con un perfil en específico y poco común:

* Experimentado, pero con reflexiones de cambio.

* Respetado como un político profesional y cuya actuación política sea compatible con la del Presidente de la República.

* Deberá haber pasado por el Congreso de la Unión.

* Haber sido político de alcances.

* No tener aspiraciones presidenciales para 2018.

 Actualmente, hay seis nombres que suenan fuerte para el relevo de César Camacho. Sin embargo, no todos cumplen con los requisitos y dan paso a la especulación de posibles escenarios.

Manlio Fabio Beltrones

Es el más posicionado de todos los candidatos, además de que cumple con la mayor parte de los requisitos. No obstante, la obviedad del caso y los rumores de sus aspiracionespresidenciales, le abren paso al beneficio de la duda. En política raramente las cosas son lo que parecen.

Por otro lado, darle una cartera como la presidencia nacional del PRI puede ser una apuesta arriesgada, que lo empoderaría aun más y discreparía en cierto grado con la línea del ?Primer Priísta? hacia el 2018.

Enrique Martínez y Martínez

El ex gobernador de Coahuila asumió la titularidad de la SAGARPA desde el inicio de la administración de Enrique Peña Nieto, dependencia en donde ha destacado por llevar una línea de impulso a la modernización y a la competitividad de la actividad agroalimentaria. Si bien su llegada al CEN del PRI lo eliminaría moralmente como presidenciable, el saltillense tendría a su mando las elecciones presidenciables de 2018, y podría influir para las estatales en Coahuila en 2017.

César Duarte Jacques

El titular del Poder Ejecutivo en Chihuahua es impulsado por un bloque de gobernadores, entre los que se encuentran el del Estado de México, Eruviel Ávila, y el de Coahuila, Rubén Moreira.

Alfonso Navarrete Prida

Es Secretario del Trabajo y Previsión Social, miembro del grupo Atlacomulco, y políticamente compatible con el Presidente. Ha sido secretario particular de Jorge Carpizo McGregor en tres ocasiones, Subprocurador de Procesos Penales de la PGR y Procurador General de Justicia del Estado de México durante los gobiernos de Arturo Montiel y Enrique Peña Nieto. En 2008 fue nombrado Secretario de Desarrollo Metropolitano del Estado de México, cargo al que renuncia para ser candidato del PRI a Diputado Federal.

 Aurelio Nuño Mayer

Ha sido representante del Presidente en diversas negociaciones con los partidos políticos para sacar adelante reformas estructurales. Es el representante personal del mandatario en el Estado de México y en el Distrito Federal. Tiene buena formación académica, y aunque su experiencia en el servicio público es escasa, siempre ha estado cerca de EPN. Sería un excelente contrapeso para el liderazgo de Ricardo Anaya en el PAN.

Fidel Herrera Beltrán

Ex gobernador de Veracruz y recientemente reivindicado a la actividad partidista. Para el proceso electoral de 2015, el PRI lo nombró delegado nacional en el estado de Oaxaca pero su encomienda como operador abarcaba Chiapas y por supuesto Veracruz, entidades donde los resultados le fueron favorables. Es una de las personalidades con mayor peso político, y sin duda un líder capaz de unir a su partido. Al igual que Manlio, cumple con la mayor parte de los requisitos del perfil.

A continuación, se presentan tres escenarios :

Los escenarios anteriores reflejan realidades posibles, encaminadas a ejercer un fuerte contrapeso a las otras fuerzas políticas, y a trazar los puntos de fuga para la ya cada vez más cercana contienda de 2018. La nueva dirigencia nacional tomará posesión en septiembre próximo, y tendrá que demostrar en las elecciones de 2016 que es capaz de brindar el equilibrio y peso político necesario para un escenario en 2018 que incluye cada vez más retos y exigencias ciudadanas. Gran parte del desempeño del Partido, sin duda, recaerá sobre esta decisión.