En junio del año en curso la SEP implementó el Plan Nacional de Evaluación del Aprendizaje (Planea) a estudiantes de tercero de secundaria y hace un par de días se dieron a conocer sus resultados (evaluación diseñada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación). Planea se aplicó en todas las escuelas (públicas y privadas) para conocer el nivel educativo de sus estudiantes en los campos formativos de Matemáticas y Lenguaje y comunicación. Aunque este instrumento no se administró de manera controlada (los docentes de las escuelas aplicaron el instrumento) y no tuvo el propósito de hacer un diagnóstico del país, se publicó en algunos medios de comunicación que cerca del 55% de los estudiantes que presentaron la evaluación de matemáticas tuvo un nivel “insuficiente” de aprendizaje.

Es decir, la mayoría de los estudiantes que terminaron la secundaria no logró adquirir las competencias básicas que se especifican en el currículo nacional para este nivel educativo.

La evaluación también evidenció que los estados del sur obtuvieron puntuaciones más bajas que los del norte, fenómeno que está relacionado -entre otros factores- con el nivel de pobreza de las entidades federativas.

Es interesante hacer notar que Planea no solo mide lo que se aprende en el último grado de secundaria y que tampoco mide las competencias matemáticas más complejas. Por el contrario, Planea evalúa lo que se conoce como aprendizajes clave (aquellos que son indispensables para seguir aprendiendo) del currículo de los tres grados de secundaria. Por lo tanto, es doblemente preocupante que los estudiantes que ingresarán a la Educación Media Superior (EMS) no dominen las habilidades mínimas indispensables para poder tener éxito en este nivel educativo y, después, en el nivel superior. Por ello, muchos estudiantes no ingresan a la EMS, mientras que cerca del 15% desertan en el primer año de estudios.

Estos resultados no son nuevos y tampoco han cambiado a lo largo de los años. Los resultados de PISA, LLECE, Excale y Planea arrojan resultados muy desalentadores respecto al mejoramiento de los aprendizajes como producto de las reformas educativas implementadas en México; los pocos cambios que se observan no son importantes y se deben a inercias de mejoramiento de la población mexicana en los diversos ámbitos (pobreza, salud, mortalidad). Sin lugar a dudas, podríamos decir que: “reformas educativas van y reformas vienen, pero el aprendizaje en los estudiantes no se detiene (en sus cabezas)”. La pregunta es ¿por qué dos terceras partes de nuestros estudiantes que egresan de la EMS no adquiere las habilidades y conocimientos básicos?

La respuesta no es sencilla, pues los resultados educativos se deben a muchos factores, tanto de la SEP, de la escuela, del hogar, como del contexto social de los estudiantes.

Respecto a los factores escolares, donde se puede incidir con políticas y programas educativos, destacan tres grandes factores que influyen directamente en el rendimiento académico:

 

  1. El incumplimiento de la normatividad de la vida escolar: menor número de días efectivos de clases; inasistencia e impuntualidad de docentes y alumnos; falta de cobertura de los planes y programas de estudio, etc.

2. Poca exigencia de las escuelas y docentes respecto al aprendizaje de los estudiantes. Por lo general, la administración escolar mexicana (administración central, supervisión escolar y centros educativos) no se enfoca en la adquisición de aprendizajes de los estudiantes, sino en los requerimientos burocráticos y administrativos que les impone la autoridad educativa. Por su parte, la mayoría de los maestros centran su actividad docente en las actividades de enseñanza (prescritas en los planes y programas de estudio y libros de texto) y no en las necesidades de aprendizaje de los estudiantes que conforman su grupo de clases.

3. Falta de preparación de los docentes para utilizar prácticas pedagógicas modernas e innovadoras que enfaticen la adquisición de habilidades del pensamiento (comprensión, solución de problemas, aprendizaje profundo y pensamiento crítico), en vez de la memorización y el estudio para-pasar-el-examen.

El modelo de la Nueva Escuela Mexicana, que impulsa AMLO, tiene el gran desafío de mostrar que los estudiantes del país aprenden más ahora que con las anteriores reformas educativas. Las críticas de la 4T hacia la reforma educativa que abrogaron podrán revertirse en caso de no hacerlo.