El escándalo del nombramiento de Edith Arrieta como subdirectora en Conacyt me dejó un sabor de boca muy amargo y ojalá que la fuente que lo desató rectifique y paren las descalificaciones por un título profesional como “Diseñador de Moda”.

Si en mis manos estuviera nombrar al director de un instituto de tecnología, no dudaría un momento en proponer alguien de la industria de la moda. Esta industria tiene todo que ver con tecnología, innovación y creatividad, sin mencionar la riqueza que genera y el sector tan amplio de la población que emplea.

Sí, Conacyt ya rectificó porque Edith no posee el perfil adecuado y con eso no me meto. En lo poco que pude averiguar sobre ella no encontré nada sobre su trayectoria como diseñadora, pero el escándalo empezó por su título académico y no por sus logros profesionales y eso es lo que preocupa.

Sí, estamos ante un gobierno que quiere alejarse de lo estético y lo superfluo; y podremos estar o no de acuerdo con eso. Solamente sugiero no hacer escarnio de una profesión tan válida y tan relevante como cualquiera. Si yo fuera diseñadora de moda, estaría mucho más que ofendida. Si vivieran y fueran mexicanos, yo propondría a Gabrielle Chanel (Coco Chanel) o a Yves Saint Laurent para dirigir Conacyt. Digo, estaría padre tener a alguien que construyó semejantes imperios con su creatividad, talento e innovación.

Soy la primera que levanta la mano para que en los puestos públicos esté gente preparada y lista para desempeñar las funciones que tiene asignadas. Alguna vez tuve la mala suerte de tener un jefe que fue contratado por su apellido y no por su talento y fue muy frustrante. Pero, ¿hacer un escándalo porque es diseñadora de moda? Eso tiene un solo nombre y se llama estigmatizar.