El refranero popular señala que las cosas se deben de tomar de quien las dice. Esto, desde luego, es en alusión a la desmesurada guerra sucia, colmada de infundios, que últimamente se ha emprendido con ferocidad en contra de algunos candidatos o candidatas de Morena, que compiten por puestos de elección popular. Caso relevante, muy sonado es el de la senadora Layda Sansores, quien en los últimos días, ha sido víctima de ataques arteros, incisivos, cargados de auténtico lodo por algunos medios de comunicación que lo han hecho de forma exagerada, con temerarios señalamientos, que rayan en el escándalo, en el amarillismo, en la calumnia o en la despreciable difamación hacia la persona.
El motivo de ello, seguramente es que Layda Sansores, en primer término, es una mujer muy destacada y cercanísima a Andrés Manuel López Obrador. En segundo lugar, habrá de considerarse, que hoy, ella compite como candidata a la Alcaldía por Alvaro Obregón, de la Ciudad de México. Sus posibilidades para salir victoriosa en esa demarcación capitalina son muy amplias, dado el peso político que representa su basta trayectoria como legisladora; su inobjetable prestigio social de ser una mujer solidaria con el desvalido; una mujer valiente, directa y claridosa, que jamás se oculta y que su costumbre es la de siempre ir para adelante, dar la cara ante cualquier circunstancia por adversa que sea; mujer posedora de principios inquebrantables y de grandes valores; mujer intachable, proba y honorable. Pero tal pareciera que esas cualidades de Layda Sansores a muchos de sus adversarios políticos por supuesto que no les gustan, les causa verdadero resquemor, y ante lo cual, han usado una estrategia medíatica, cobarde y ruin, al colocarse atrás de algunos comunicadores arietes, para desde esa posición furtiva, atizar con intensidad el fuego destructor que prepararon en su contra.
Han sido sorprendentes y a la vez ridículos los señalamientos, y desde luego coyunturales, porque en estos momentos propios de campañas político electorales, da la casualidad de que la han acusado de nimiedades, de pecatas minutas, dizque, de usar recursos públicos para cubrir necesidades personales, como son la compra de artículos de belleza, tales como tintes para el cabello y bilets, así como de adquirir múltiples juguetes navideños, artículos electrodomésticos y cuantas cosas más se les ha ocurrido achacarle. Pero lo cierto que esa artillería de estiércol que le han lanzado, es tan sólo parte de una guerra sucia, una estrategia infamante, con la que pretenden no nada más manchar la imagen pública de la senadora, sino que los los obuses difamatorios pretenden también que impacten en la línea de flotación que sustenta la exitosa campaña política del candidato presidencial Andrés Manuel. Ese mismo método de descrédito y de desprestigio, habrá de recordarse que primero lo intentaron aplicar para afectar la campaña de AMLO, al señalarle que había candidateado al Senado de la República a personajes polémicos, como Napolén Gómez Urrutia, Nestora Salgado o el autodefensa, José Manuel Mireles, quien aspiraba a ser diputado local en Michoacán. Layda ha pedido al medio de comunicación que arteramente la ha difamado que le dé su derecho de replica para defenderse, pero éste se lo ha negado injustificadamente. Entonces, nos preguntamos ¿cuál es la mano que mece la cuna con la que pretenden destruirla? ¿Quiénes se confabularon y están atrás de esos comunicadores cuenta-chiles? Creo que es simple guerra sucia, pero aun así, tal pareciera que Layda se convertirá en la primera alcaldesa de Álvaro Obregón. Lo veremos
Pálida tinta: ¿Será que golpe que no mata, fortalece? Esto es a propósito de la aspirante a Presidenta Municipal de Naucalpan, Patricia Durán Reveles, porque resulta que cuando su campaña política impulsada por la coalición Morena-PT-PES, Juntos Haremos Historia, iba viento en popa y en toda su intensidad, el Tribunal Electoral del Estado de México, simplemente se le atravesó en el camino, ordenándole que parara su campaña y retirara toda su propaganda, bajo el argumento de que había procedido una impugnación que alguien promovió en su contra. Lo cierto es que en el fondo hubo incredulidad de los electores naucalpenses respecto a esa argucia legaloide, ya que la consideraron tan solo como una burda maniobra política, ello para quitarle el buen ritmo y paso que llevaba en su proselitismo. Pero una vez que ella superó ese frenón arbitrario, retomó la celeridad a tope, y a ver ahora quien de sus adversarios la puede alcanzar, porque como suele suceder en este tipo de casos, en lugar de causarte un perjuicio, acaban acusándote un beneficio, lo cual es seguro que así se refleje, con un triunfo inobjetable el día primero de julio……….Claudia Sheinbaum, indiscutible ganadora del tercer debate capitalino, llevado a cabo la noche de este miércoles pasado. Evento en el que sencillamente en esa confrontación de ideas, fue brillante, mostró agilidad mental extraordinaria, fue destacada y contundente en la exposición de sus argumentos. Además, proyectó una imagen agradable de su persona. Se le percibió muy segura, sencilla y elegante. A sus adversarios en cada momento opotuno les detruyó sus descalificaciones y ataques. Les dio una probadita de su gran capacidad para polemizar y controvertir señalamientos. Mostró lo que verdaderamente es, una mujer preparada, científica, y que si la atacan sabe contestar con puntualidad, porque como en los otros dos debates, en este último evento le quisieron hacer lo mismo, convertirla en el blanco de sus ataques conjuntos, pero ella, con habilidad inucitada y de una forma espectacular, en una sola intervención, puso quietos, tanto al trasnochado Marcos Rascón, al priista demagogo, Mikel Arreola, y a la farsante, Alejandra Barrales. Pero sobre todo con Barrales se dio un recurrente mano a mano, un tu a tu o un toma y daca, a quien al final como resultado, la dejó opacada, la venció con categoría, la derrotó como si la hiciera caer estrepitosamente, al restregarle que en todos los cargos que ha tenido, siempre ha llevado como marca indeleble el sello de la corrupción. Vaya, demoledor señalamiento que a Barrales le hizo Sheinbaum. Pero además, en su turno de cierre de debate, su exposisción de propuestas fue esplendida, quizá sintiendo que ella fue no nada más la ganadora de este debate, sino que también que lo será la triunfadora el primero de julio. Así que, se puede resumir, que ese debate, fue la noche de la morenista, Claudia Sheinbaum.