Francamente es absurdo y ridículo el afán de acusar de misógino a López Obrador por decir una verdad: Margarita Ester Zavala Gómez del Campo es esposa de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa. ¿O qué, no es así? Porque por más que le han sugerido a la señora que se divorcie de quien supuestamente le infringe un daño político por su sangriento desempeño como encargado del ejecutivo, ella sigue aferrada al matrimonio. Es decir, que sigue siendo leal al esposo que gobernó ilegítimamente al país hundiéndolo en un abismo de violencia e inseguridad que con el regreso del PRI a la presidencia se ha acentuado.

El tuit de una tuitera inteligente pasó volando y cantó: “ninguna feminista de verdad votaría por una mujer sólo por el hecho de ser mujer”. Por más que se envuelva o la envuelvan en la bandera de un falso feminismo, esa es la prospectiva de Zavala Gómez del Campo de Calderón-Hinojosa: Ninguna mujer inteligente votará por ella. Porque más allá del género, hay que considerar lo que cada persona representa. ¿Y qué representa Zavala sino una gris carrera burocrática bajo la sombra y protección de su partido y su marido?

Los que la defienden como víctima de misoginia argumentan que la señora panista tiene una trayectoria independiente. Muy cuestionable argumento. Si se mira bien su currículum, además de magro es de absoluta dependencia.

Zavala ha sido dos veces diputada por la vía de representación proporcional, jamás ha sido votada. Y cuando quiso ser diputada sin votos por tercera vez en 2015, no pudo siquiera convencer a sus adversarios dentro del PAN; es decir, se quedó solamente con la pensión multimillonaria que, obligados, los mexicanos pagan al esposo. Por otra parte, hablando de éste, ella lo acompañó cabalmente, como “primera dama”, en su política de guerra y muerte durante su sexenio; nunca se escuchó expresión crítica o deslinde de su parte.

Ya los expertos en especulaciones han dicho que Zavala se despide de su ex partido tan sonriente y amorosa porque en realidad el esposo ha hecho ya arreglos “en lo oscurito” con Enrique Peña Nieto y su partido, en particular por la vía Luis Videgaray Caso-José Antonio Meade Kuribreña, para que ella continúe luchando por la democracia como candidata independiente. Que es asunto de fortalecer este cauce dispersor del voto y enfrentar en 2018 de manera “independiente”, no al PRI, no al Frente Amplio (en corrupción) sino al adversario de todos, el monstruo número uno de México, al “coco”, al lobo feroz, al que los hijos putativos de Enrique Krauze Kleinbort llaman mesías y los prianistas todos, “peligro para México”: Andrés Manuel López Obrador.

Esta especulación es confirmada no sólo por los favores intercambiados por el esposo de la esposa con el esposo de Angélica Rivera Estrada de Peña-Nieto (iba a escribir La Gaviota, pero las acusaciones de misoginia están a la orden del día), ahora mismo ha salido Ernesto Ruffo Appel a ratificarlo: la esposa del esposo no sólo es “la pus” expelida del PAN, es el “plan B del PRI”. Literal. Y antes, el esposo había dicho ya, “yo voy donde mi esposa vaya”. Y todo parece indicar que la esposa del esposo va en camino de cumplir lo que predice Ruffo (cuya esposa también se llama Margarita), pues hay un dato nada menor, la esposa de Luis Videgaray Caso, Virginia Gómez del Campo de Videgaray-Caso, es prima de la esposa de Calderón. Y bueno, hablando de primas, la esposa de Felipe es también prima de la senadora Mariana G del C Gurza y de una de las propietarias de la trágica guardería ABC de Hermosillo, Marcia Matilde Altagracia G del C Tonella. Y para continuar, Margarita Ester no sólo es esposa de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús, también es hermana de los beneficiarios de su esposo, Juan Ignacio Zavala G del C y Diego Hildebrando Zavala G del C.

Y así pudiera continuarse la relatoría de la parentela que ha cumplido una de las ideas más caras al PAN: la familia; católica en particular. Y en la pradera mexicana, los Gómez del Campo han pastado bastante bien, sobre todo a partir de que el esposo de Margarita arribara al poder “haiga sido como haiga sido”. Así, para continuar con los privilegios de familia, muy conveniente sería entonces que la línea G del C de la esposa de Videgaray pueda imponerse; lo sabe el esposo de Margarita y trabaja en ello.

Por lo tanto, resulta muy extraño que a un grupo que privilegia el sentido de lo familiar le moleste que a Margarita Ester Zavala Gómez del Campo de Calderón-Hinojosa se le llame esposa de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa y, más extraño aún, que salgan adalides del feminismo (no pocos periodistas objetivos entre ellos) a acusar de misoginia –aversión a las mujeres: RAE- a López Obrador (por cierto, la esposa de éste, es inteligente). En realidad, lo que ha hecho el político opositor es establecer dos cosas muy claras: 1. Decir una verdad de Perogrullo: Margarita es esposa de Felipe. 2. Establecer con ello el análisis y el juicio político sobre una potencial adversaria: su mérito ha sido hacer política a la sombra del marido, a quien ha secundado como “primera dama” y por tanto es corresponsable del mal gobierno del esposo; y cuando ha sido “representante popular”, lo ha sido sin votos, por la vía del dedazo dentro de su ex partido.

Eso es todo. Y si a Margarita Ester Zavala Gómez del Campo de Calderón-Hinojosa no le apetece más ser la esposa de Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, pues que se atenga al divorcio. Hasta del mismo vaticano puede obtenerlo. Como Vicente Fox Quesada que se divorció de Lilian de la Concha Estrada para contraer nupcias con Marta María Sahagún Jiménez de Fox-Quesada.

P.d. Ya me mareé con tanta ralea de esposas de esposos.