Debido a la urgencia por ganar votantes que puedan llevar a las urnas a mediados del presente año, en el Congreso mexicano, figuras del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del Partido Acción Nacional (PAN) tienen como principal bandera legislativa el aumentar el salario mínimo mexicano y unificar zonas salariales, partiendo del escenario de un deterioro en la calidad de vida de la población a raíz de ingresos insuficientes.

Aunque es cierto el punto de partida de los legisladores, la propuesta parece carecer de un sustento teórico y de investigación económica que determine cuál es la meta a alcanzar, ya que los 82.86 pesos diarios fijados para el corto plazo parecen insuficientes si utilizamos otras variables para comparar dicho dato, o si se considera al elevado número de personas que laboran en condiciones de informalidad.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) establece que para Noviembre de 2014, una persona puede alcanzar el mínimo de bienestar si posee 1,273 pesos mensuales, lo que le serviría únicamente para alimentarse, sin incluir traslados al centro de trabajo o escuela, vestido y ocio.

Al considerar la estructura familiar mexicana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través del Censo de Población y Vivienda de 2010, afirma que México sigue siendo un país donde el padre es el principal sostén económico y se cuenta con 4 miembros en promedio por familia, lo que significa que una familia necesitaría de 5,092 pesos mensuales solamente para alimentar a los integrantes de un hogar; la propuesta de aumento de salario mínimo arroja una cifra mensual de 2,486 pesos, lo que significa tan sólo la mitad del mínimo necesario. Algunos legisladores afirman que el grueso de la población ocupada se encuentra en la franja de los dos salarios mínimos, lo que equivaldría a percibir 4,972 pesos mensuales, cifra más cercana al mínimo deseado para cubrir la alimentación de 4 personas, pero aún por debajo de ella.

Si tanto el padre como la madre son trabajadores activos con dos salarios mínimos cada uno, el ingreso familiar sería de 9,944 pesos después del posible aumento, lo que significaría estar por encima de los 5,092 pesos mensuales, dejando el resto para cubrir costos de transporte a los centros escolares o laborales.

Justo en este punto vale la pena detenerse, ya que el escenario planteado en el párrafo anterior no será visto en 2015, por lo que es probable que en 2016 sea el inicio de dicho cambio, aunque con la incertidumbre de cuánto aumentarán los precios durante todo este tiempo en que se discutirá la medida y se pondrá en marcha; aunque la inflación es moderada en nuestro país y seguramente la cifra de 9,944 pesos mensuales para 2016 alcance para cubrir lo mínimo de acuerdo a cálculos de CONEVAL, la realidad mexicana en los últimos años da cuenta de un movimiento inflacionario incierto en varios bienes de la canasta básica, tales como la carne, huevo, frijol, jitomate por sólo citar algunos casos.

Los precios en los insumos alimenticios se elevan bruscamente por factores que el Gobierno Federal y local no son capaces de controlar como desastres climáticos, especulación o plagas; una vez dado el aumento en los precios, aunque tiempo después viene un reajuste, difícilmente se vuelve a ver un precio como el ocurrido antes del alza; como claro ejemplo está el huevo y lo ocurrido hace un par de años con ese insumo, lo que puede volver insuficiente el aumento en 2016.

Como escenario alterno al planteado en párrafos anteriores, existe el problema de una alta población ocupada en el sector informal (INEGI estima la cifra en 60%) lo que volvería inútil cualquier intento de alza salarial, ya que al encontrarse una buena parte de los trabajadores fuera de la ley, están fuera de los beneficios que se enmarcan en la legislación.

La realidad mexicana de insumos alimenticios muy volátiles en cuanto al precio lo cual daña el ingreso, más una población trabajadora con afiliación a la seguridad social y con contrato escrito del 30% (INEGI) hace que la propuesta de aumento salarial se quede como un logro legislativo que no termine por beneficiar al grueso de la población ocupada.